CAPITULO 10

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Samara

Mis pies punzaban y el sudor escurría por mi frente, exprimi el trapeador con mis manos y después lo deslice por el suelo comenzando a trapear, Samantha y Gabriela estaban terminando de arreglar la bodega solo consistía en barrer, quitar las cajas extras que solo estuvieran haciendo bulto para que los muchachos que nos había informado Valeria que vendrían tuvieran más espacio para acomodar todo. Las escuchaba cuchicheando en la planta baja del salón, eran apenas las 5:30 PM nuestro turno terminaba a alas 4 en punto pero hoy nos quedaríamos un rato más para esperar lo que iban a hacer esos muchachos.

Pase el trapeador por última vez y me baje con mi cubeta a las escaleras, pasando el trapeador escalon por escalón, estaba tan entretenida que no me percate de las conversaciones, levanté la mirada y por la vidriera que daba a la parte de el patio, donde estaba acomodado los licores solicitados por el cliente. Vi a cuatro hombres platicando con las niñas y comenzó a mover lo antes mencionado hacia la bodega.

— está re' chulo ese Samy...

Escuché una vocecita a mis espaldas, me limpie la frente con el trapo que traía en mi hombro, la mire de reojo con una sonrisa.

— te alborotas mucho Valeria — la regañe con una mirada, burlóna.

Pase el trapeador por los últimos dos escalones, mientras iba bajando con mi cubeta.

— no me culpes mi reina, es que mira nadamas que chulada de cabron.

— ya, ya, hombre.. a ti lo ojo alegre cuando se te va quitar

Solté una carcajada abrace el trapeador y me traje la cubeta, salí por la cocina hacia la calle tire el agua en el césped de la banqueta, enjuague la cubeta al igual que el trapeador me metí y los guarde en la cocina en nuestra gaveta.

Me estaba lavando las manos con jabón, en el lavabo cuando vi de reojo un muchacho que abrió en la alacena acomodando algo.

— buenas tardes.

Saludé con amabilidad antes de girarme sin escuchar su respuesta, me acerque con una sonrisa a las niñas que estaban embelesadas viendo a uno de ellos entre risitas por qué parecía que aquel les correspondía el coqueteó.

— mucha risa no, pos' que traen ya, ni que nunca hubieran visto a un...

Me quedé en silencio por qué cuándo lo mire a el ahora sí, me di cuenta quien era ala vez que me habló alguien, palideci al ver a ovidio mirarme confundído pero después sonrió con algo más que diversión.

— Samara.

Oí su voz de nuevo los recuerdos de aquella noche llegaron a mi como balde de agua fría, podría jurar que mis piernas flaquearon mi corazón casi se me sale del pecho.

— mira nadamas, donde te vine a encontrar mi chula.

Levante la mirada a las niñas ellas me veían igual de confundídas y es que no les conté del todo la verdad, me gire lentamente hacia el levanté la mirada, topandome con aquellos sádicos ojos chocolatosos que me ponían a temblar, sonrió ladeando la cabeza.

— ¿No, nos vas a presentar? — un hombre que estaba junto a ovidio que se había acercado también, nos estaba mirando.

Trague saliva y Iván sonrió mientras se limpiaba las manos para acercarse a mi.

— se conocen veda' a mi no me hacen tonto.— aquel moreno tenía el acento marcado.

— no, señor se equivocó.. yo no lo conozco.

Me gire con rápidez salí de la cocina y fui hacia el vestíbulo en la entrada, escondiéndome detrás de un muro donde estaban unos sofas elegantes que eran parte de la decoración.

OJITOS DE MIEL//IVAN ARCHIVALDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora