3. Afrodisíaco

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La mañana llegó con una suavidad engañosa, rayos de sol colándose a través de las cortinas de encaje de la habitación de Maki. El canto de los pájaros fuera de su ventana contrastaba bruscamente con la tensión que se había instalado en sus músculos durante la noche. Maki se incorporó lentamente, sus sentidos ya en alerta máxima a pesar de haber dormido apenas unas horas.

Con movimientos precisos y eficientes, Maki se preparó para el día. Cada botón de su uniforme fue abrochado con cuidado, cada pliegue de su falda alisado con meticulosidad. Su cabello, negro y brillante, fue recogido en una cola de caballo perfectamente tirante. Mientras se ajustaba las gafas frente al espejo, Maki no pudo evitar pensar en la conversación nocturna con Ryo. Las piezas del rompecabezas estaban ahí, flotando en su mente, negándose a encajar del todo.

El pasillo fuera de su habitación bullía de actividad cuando Maki salió. Estudiantes de todas las edades se apresuraban en diferentes direcciones, sus voces mezclándose en un zumbido constante de excitación y nerviosismo adolescente. Maki se mezcló con ellas, sus ojos siempre atentos, sus oídos captando fragmentos de conversaciones.

"¿Escuchaste sobre el nuevo conserje?"
"Dicen que es guapísimo..."
"Mi hermana dice que anoche hubo otro ataque en el pueblo..."

Maki archivó mentalmente cada pedazo de información, construyendo un mapa mental de los rumores y secretos que circulaban por los pasillos del Internado Sakura.

Al doblar una esquina, Maki se encontró cara a cara con un grupo de chicas que parecían estar esperándola. Al frente del grupo estaba una joven alta y atlética, con el cabello teñido de un rojo brillante y una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

"Así que tú eres la nueva," dijo la pelirroja, su voz cargada de un desdén apenas disimulado. "Soy Kaori Tanaka, capitana del equipo de kendo. Escuché que vienes de una familia de artistas marciales."

Maki mantuvo su expresión neutral, aunque una chispa de interés se encendió en sus ojos. "Así es," respondió con calma. "Maki Zenin. Un placer conocerte, Tanaka-san."

Kaori dio un paso adelante, invadiendo el espacio personal de Maki. "¿Qué te parece si ponemos a prueba esas habilidades tuyas? A menos que seas solo palabrería, claro."

El aire alrededor de las dos chicas pareció cargarse de electricidad. Las otras estudiantes retrocedieron, formando un círculo expectante. Maki sintió cómo la adrenalina comenzaba a correr por sus venas, una sonrisa apenas perceptible curvando sus labios.

"Cuando quieras," respondió Maki, su postura relajada pero lista para la acción.

Kaori sonrió con fiereza, levantando los puños en una postura de boxeo. "Ahora mismo suena perfec-"

¡PLAF!

El sonido de una palmada resonó en el pasillo, interrumpiendo abruptamente la tensión del momento. Maki parpadeó, sorprendida, al sentir un leve dolor en la parte posterior de su cabeza.

"¿Qué demo-?" comenzó a decir, girándose para enfrentar a su atacante.

Allí, con una sonrisa descarada y la mano aún levantada, estaba Ryo. Vestía un mono de trabajo azul, manchado de grasa y polvo, que de alguna manera lograba hacer que pareciera un modelo en una sesión de fotos más que un simple conserje.

"Buenos días, señorita problemática," saludó Ryo, su voz cargada de diversión. "¿No es un poco temprano para meterse en peleas?"

Maki entrecerró los ojos, una mezcla de irritación y confusión en su rostro. "¿Qué haces aquí?" siseó, consciente de las miradas sorprendidas y emocionadas de las otras estudiantes.

Jujutsu Kaisen: El Dragón Azul Donde viven las historias. Descúbrelo ahora