El sol se filtraba perezosamente a través de las cortinas mal cerradas de la sala común, dibujando patrones dorados sobre el suelo de madera pulida. En medio de este escenario cotidiano, Ryo Mitaka yacía desparramado sobre el sofá más grande, su figura un perfecto retrato del desinterés y la rebeldía.
Su camisa blanca, desabotonada y arrugada, revelaba un torso esculpido por años de peleas callejeras y entrenamientos esporádicos. Los intrincados tatuajes que adornaban su piel contaban historias silenciosas de un pasado turbulento, cada línea y sombra un testamento de decisiones cuestionables y lecciones aprendidas a la fuerza.
Las cenizas de un cigarrillo a medio consumir se habían esparcido sobre su abdomen, formando un fino velo gris sobre su piel bronceada. Sus pies descalzos, normalmente protegidos por un par de sandalias desgastadas, colgaban del brazo del sofá, balanceándose suavemente con cada respiración profunda.
El cabello negro de Ryo, una maraña rebelde que parecía desafiar la gravedad, enmarcaba un rostro que oscilaba entre la belleza clásica y la dureza callejera. Sus ojos, de un azul tan intenso que parecían capaces de congelar el aire a su alrededor, permanecían cerrados, ajenos al mundo que lo rodeaba.
La puerta de la sala común se abrió con un chirrido, rompiendo la quietud del momento. Maki Zenin entró con paso decidido, su figura esbelta y atlética contrastando con la languidez de Ryo. Sus ojos, ocultos tras unas gafas de montura gruesa, escanearon la habitación con eficiencia militar antes de posarse en la figura dormida de su compañero.
Un suspiro exasperado escapó de sus labios, cargado con el peso de la frustración acumulada. "¿Cuántas veces tengo que ver esta escena?" murmuró, más para sí misma que para el durmiente. "Ya van cinco veces esta semana, y apenas estamos a martes."
Como si hubiera sido convocado por las palabras de Maki, Ryo comenzó a desperezarse. Sus ojos se abrieron lentamente, parpadeando para ajustarse a la luz. Con movimientos deliberadamente lentos, se incorporó, estirando sus músculos como un gato perezoso.
Una sonrisa ladeada, más cercana a una mueca que a una expresión de genuina alegría, se dibujó en su rostro cuando sus ojos se encontraron con los de Maki. "Buenos días, señorita Maki," arrastró las palabras, su voz ronca por el sueño y el humo. "¿A qué se debe la interrupción de mi sueño reparador?"
Maki cruzó los brazos, su postura una mezcla de irritación y resignación. "Eres un holgazán," declaró, sin molestarse en ocultar su desaprobación. "No entrenas, no vas a clases, no haces misiones. No es como que me importe, pero el olor a tabaco es insoportable. ¿Alguna vez has considerado, no sé, hacer algo productivo con tu vida?"
La sonrisa de Ryo se ensanchó, una chispa de diversión bailando en sus ojos. El silencio se extendió entre ellos, cargado de tensión no resuelta y palabras no dichas.
Maki, incapaz de soportar el mutismo de Ryo, estalló: "¿Eres un idiota o qué? ¿No dirás nada?"
Ryo se encogió de hombros, un gesto estudiadamente casual. "No hablo con feas," soltó, su tono ligero contrastando con la crueldad de sus palabras.
La reacción fue instantánea. Una vena palpitó en la frente de Maki, sus puños se cerraron con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos. Estaba a punto de lanzarse sobre Ryo cuando la puerta se abrió de nuevo.
Satoru Gojo entró en la sala, su presencia llenando el espacio con una energía casi palpable. Su sonrisa, oculta tras su característico antifaz, era audible en su voz. "¡Ahí está mi súper dúo dinámico!" exclamó, aplaudiendo con entusiasmo exagerado. "Justo a quienes estaba buscando."
Maki, aún temblando de rabia contenida, se volvió hacia el recién llegado. "¿Qué quieres, Gojo?" preguntó, su tono cortante.
La sonrisa de Gojo, si era posible, se ensanchó aún más. "Tengo una misión especial para ustedes dos," anunció, como si estuviera ofreciendo un regalo invaluable.
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Jujutsu Kaisen: El Dragón Azul
FanficRyo Mitaka, un joven exlíder de una pandilla notoria, es forzado a dejar atrás su vida de delincuente y unirse a la Escuela de hechizeros enTokio bajo la tutela del poderoso hechicero Satoru Gojo. Con un historial marcado por violencia, tráfico de d...