4. Beso/Pasado

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Ryo salió de la habitación de Maki, su mente aún dando vueltas por los recientes acontecimientos. El pasillo estaba silencioso, apenas iluminado por la tenue luz del atardecer que se filtraba a través de las ventanas. Caminó lentamente, sus pasos resonando en el suelo de madera pulida, mientras intentaba aclarar sus pensamientos.

De repente, una mano surgió de las sombras, agarrando su brazo con sorprendente fuerza. Antes de que pudiera reaccionar, Ryo se encontró arrastrado hacia una habitación oscura. La puerta se cerró tras él con un chasquido suave, y se encontró cara a cara con Kaori Tanaka, la capitana del equipo de kendo.

Los ojos de Kaori brillaban con una mezcla de preocupación y determinación en la penumbra. Se acercó a Ryo, estudiando su rostro con intensidad. Sin previo aviso, extendió su mano y la posó sobre la frente de Ryo.

"Lo sabía", murmuró Kaori, retirando su mano. "Algo no anda bien contigo".

Ryo, recuperándose de la sorpresa inicial, adoptó su habitual sonrisa despreocupada. "¿De qué hablas, princesa?" preguntó, su tono juguetón ocultando la tensión que sentía.

Kaori entrecerró los ojos, su expresión volviéndose más seria. "¿Tomaste o oliste el afrodisíaco?"

La pregunta tomó a Ryo por sorpresa, su máscara de despreocupación vacilando por un momento. "¿De qué hablas?" respondió, su voz perdiendo parte de su confianza habitual.

Kaori soltó un suspiro profundo, pasándose una mano por su cabello rojizo. Por un momento, pareció luchar consigo misma, como si estuviera decidiendo si continuar o no. Finalmente, levantó la mirada, sus ojos encontrándose con los de Ryo.

"Quizás sean mis hormonas de adolescente", comenzó, su voz apenas un susurro, "pero algo me dice que debo contarte esto a ti".

Ryo permaneció en silencio, esperando. La tensión en el aire era palpable, como si el mismo edificio contuviera la respiración en anticipación a las palabras de Kaori.

"Soy la hija del Sr. Tanaka", reveló Kaori, su voz mezclada con una combinación de orgullo y preocupación.

Ryo asintió lentamente. "Eso explica el mismo apellido", comentó, su mente trabajando rápidamente para conectar esta nueva información con lo que ya sabía.

Kaori continuó, sus palabras saliendo ahora en un torrente, como si hubiera estado conteniendo esta información durante mucho tiempo. "Mi padre se casó con la que ahora es mi madrastra, la directora Sakamoto. Pero..."

Se detuvo abruptamente, mordiéndose el labio inferior. Ryo podía ver el conflicto en sus ojos, la lucha entre el deseo de hablar y el miedo a las consecuencias.

"¿Qué pasa?" preguntó Ryo suavemente, su tono desprovisto de su habitual sarcasmo.

Kaori lo miró, la duda clara en su rostro. "No sé si me creerás".

Ryo dio un paso hacia ella, su expresión seria. "Créeme, he visto y oído cosas que la mayoría de la gente consideraría imposibles. Sea lo que sea, te escucharé".

Esas palabras parecieron darle a Kaori el valor que necesitaba. Tomó una respiración profunda y, con voz temblorosa, continuó: "Mi madrastra... ella secuestra jóvenes".

Ryo sintió que su cuerpo se tensaba, pero mantuvo su expresión neutral, animando a Kaori a continuar.

"Les roba la juventud", prosiguió Kaori, su voz apenas audible. "Tiene... encuentros con ellos. Y de alguna manera, eso la mantiene joven. Por eso el afrodisíaco".

Un silencio pesado cayó sobre la habitación cuando Kaori terminó de hablar. Ryo procesaba la información, conectándola con los cuerpos que habían encontrado en el sótano secreto.

Jujutsu Kaisen: El Dragón Azul Donde viven las historias. Descúbrelo ahora