Cap. 13 - El príncipe telmarino

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–¡No, para!

Llegué junto al centauro a la vez que el grito de Lucy hacía que Peter se detuviera, finalizando así su lucha contra un pelinegro que intentaba sacar la espada del Sumo Monarca atorada en el tronco de un árbol.

El centauro a mi lado no era el único narniano que había ido hacia el sonido de las espadas de ambos chicos, y no estaba segura de si era el momento de asombrarme ante, no solo un par de centauros más, también ante el minotauro, los sátiros, enanos... hasta animales que no lucen salvajes como el oso junto al río.

Peter también los observaba, calmándose hasta que un suspiro de alivio se escapó de entre sus labios al verme junto al centauro, intercambiando miradas con Lucy. Miré a la más joven de los Pevensie, quien también parecía aliviada de verme.

–¿Estás bien, Hailey?

–Me encontré con un centauro. – Le respondí a Lucy tras asentir en respuesta a su pregunta, sonriendo levemente mientras miraba por un momento a Glenstorm. Luego dirigí mi mirada hacia Peter y el pelinegro, para decirle a Peter: – Él debe ser el príncipe telmarino.

–¿Eres el príncipe Caspian?

–Sí. – Respondió el pelinegro a la pregunta de Peter. – ¿Y tú quién eres?

Peter no tuvo la oportunidad de responder por él mismo, ya que se escuchó a Susan gritar su nombre con preocupación un segundo antes de que apareciera junto a Edmund y ambos se detuvieran al lado de Lucy. Trumpkin apareció un segundo después que ellos, observando con cierta sorpresa la situación.

–¡Hailey! – Exclamó Edmund con alivio cuando me vio haciendo que fuera consciente de su estado de agitación, ¿había estado preocupado por mí? La respuesta a ello era el hecho de que llevaba tanto su espada como la que me había dado en Cair Paravel, la que había dejado en mi lugar antes de marcharme sola hacia un rato.

El silencio se hizo alrededor, todos observando a los Pevensie como si estuvieran dándose cuenta de quienes eran. El príncipe Caspian observó con atención la espada de Peter en su mano, más detenidamente la empuñadura con la cabeza de un león, lo que le hizo mirar asombrado a Peter.

–Eres el Sumo Monarca.

–Creo que me has llamado. – Dijo Peter, haciendo que Susan levantara una ceja con cierta molestia ante el hecho de que hablara solo por él y no contara con ellos en sus palabras.

–Sí, pero... – Caspian sí miró hacia el resto de los Pevensie, antes de seguir. – Os creía mayores.

–Si quieres, volvemos en unos años. – Comentó Peter ahora sí incluyendo a sus hermanos en la ecuación.

–¡No! – Exclamó Caspian evitando que Peter caminara hacia sus hermanos. – No importa, es solo que no sois como esperaba.

Su mirada pasó por los demás Pevensie, deteniéndose unos segundos de más en Susan. Lucy y yo intercambiamos miradas divertidas ante ello, antes de mirar a Susan que parecía entre alagada e incómoda por la atención del príncipe.

–Tampoco tú. – Dijo Edmund rompiendo el momento, su mirada desviándose hacia un minotauro con algo de desconfianza.

A mi parecer, era normal que se sintiera así teniendo en cuenta lo que me habían contado, la mayoría de los minotauros, al igual que muchos enanos entre otras criaturas, habían estado en el pasado de parte de la Bruja Blanca.

–Un enemigo común une incluso a los adversarios. – Habló un tejón con solemnidad, haciéndome sonreír ante lo curioso que me resultaba escuchar justo a ese animal decir esas palabras, porque me hacían pensar en mi madre y otros Hufflepuff que conocía.

Witch in Narnia (Edmund Pevensie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora