-𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘 𝐍𝐈𝐍𝐄¹-

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Las horas pasaban mientras las tensiones se acumulaban. El viento aullaba mientras el príncipe de Dragonstone se preparaba para partir de Winterfell. Vermax volaba alrededor de toda la fortaleza, más inquieto de lo habitual desde que habían puesto un pie en el Norte. Parecía que incluso el dragón sentía la agitación de su jinete, reflejando en su vuelo el desasosiego que consumía a Jacaerys.

La noticia de la muerte de Lucerys había puesto el mundo de Jacaerys de cabeza. Estaba abrumado, su mente atrapada en un torbellino de pensamientos que no cesaban. Tener que dejar a sus hijos al cuidado de una desconocida en Vale, arreglar el pasaje de sus medios hermanos a Pentos, y ahora, perder a su hermano menor... Sentía que los dioses lo estaban castigando, que la sangre bastarda que corría por sus venas traía consigo una maldición. ¿Acaso ese era el precio a pagar por el pecado de su origen?

Tenía que actuar con rapidez, pero su mente no podía encontrar la claridad necesaria. No lloraba, pero tampoco podía respirar con normalidad. Cada inhalación era como un susurro de desesperación, un recordatorio de que algo le faltaba, algo vital que ni siquiera podía identificar.

Cada minuto que pasaba era un golpe más a su dolor, y la culpa se enroscaba en su corazón como una serpiente. Sabía que Luke no quería ir a Storm's End; su hermano se lo había dejado claro. Pero aun así, Lucerys había aceptado, sin querer avergonzarlo ante los ojos de su madre y de todos los demás. Y ahora, Jacaerys deseaba con toda su alma que Luke hubiera sido llamado cobarde, que hubiera sido ridiculizado por su miedo, si eso significaba que seguiría con vida.

Su mente no dejaba de reproducir el último instante en que había visto a su hermano, tratando de imaginar cómo había sido su final, pero cada pensamiento era peor que el anterior. Se sentía atrapado en un ciclo interminable de desesperación y remordimiento, incapaz de encontrar consuelo en ninguna parte. Había cometido el error de suponer que su posición como hermano mayor lo obligaba a ser el fuerte, a tomar decisiones difíciles, pero ahora, frente a la realidad de su pérdida, se daba cuenta de lo insignificante que era ese papel cuando se enfrentaba al dolor verdadero.

Ya con todo listo para su viaje de regreso a Dragonstone, recorrió cada pasillo de la ciudad con pasos rápidos y pesados, ansioso por dejar el frío norteño y la sensación de impotencia que lo envolvía. No prestaba atención a su alrededor, su mente estaba centrada en llegar a la salida y partir cuanto antes. El eco en sus botas resonaba contra las frías paredes de piedra, pero no registraba los sonidos, ni las miradas curiosas de los norteños que pasaban a su lado. Todo lo que podía pensar era en el peso de la responsabilidad que lo esperaba al regresar a su hogar.

Estaba a solo unos pasos de la salida del patio cuando una dulce y joven voz lo llamó por detrás. El sonido lo hizo detenerse en seco, con el corazón latiendo con fuerza. Por un momento, no quiso girarse, temiendo enfrentarse a más emociones cuando ya tenía el alma cargada de demasiadas. Pero la voz repitió en llamado, y esta vez, no pudo ignorarla.

-𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔- | 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora