-𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔- | ❛Después de años sin tener contacto entre las dos familias reales. La princesa heredera, regresó a King's Landing junto a toda su familia en un intento de defender el nombre de sus hijos ante la corte.
Esto revivió relaciones tant...
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El príncipe Targaryen entró en la habitación, desesperado y agitado, su rostro cubierto en enojo. Los ecos de sus pasos resonaron en ella, y Rhaenyra alzó la vista desde los pergaminos que estudiaba con expresión pensativa. Al verlo, su semblante cambió a uno sorprendido.
—Madre. —comenzó Jace, sin rodeos. —¿Dónde está?
Rhaenyra lo miró tratando de disuadirlo, como si no supiera de qué hablaba.
—¿Quién, hijo? —preguntó con un tono más bajo y una media sonrisa.
—No quieras mentirme, madre. —replicó con su notoria furia. —Puedo reconocer perfectamente a mi esposa.
La reina suspiró, su mirada intentando suavizar el tono implacable de su hijo. Se levantó en silencio y trató de acercarse al borde la mesa y tomar control de la discusión, mientras que Jacaerys se acercaba de igual manera.
—Se ha ido con Daemon a Harrenhal. —respondió, manteniendo la compostura. —La envié con el para probarla, y que ambos se encargaran de Riverlands.
El príncipe frunció el ceño, su mandíbula apretándose.
—¿Y por qué no fui informado de esto? —preguntó con frustración contenida, su voz subiendo de tono. —. Ni..ni siquiera pude hablar con ella, dejar que me explicara todo..
Rhaenyra observó a su hijo, manteniendo su propia calma mientras respondía:
—No era un asunto en el que debieras involucrarte en este momento.
—¿Qué no debía involucrarme? —repitió Jacaerys con sarcasmo, su frustración brotando de sus palabras. —. ¡Visenya es mi esposa! —se quedó en un silencio por unos segundos luego de escucharse a sí mismo. No podía pensar en nada más que en su rostro o en volver a escuchar su voz. Su mente comenzó a procesar y la frustración mezclada con una ligera importancia lo consumió. —. Debí ser el primero en saber que ella había vuelto. O tan si quiera debieron esperar a que yo estuviera aquí.
La voz de Jacaerys temblaba, cargada de un enojo apenas contenido. Sus ojos reflejaban una mezcla de angustia y traición que Rhaenyra percibió de inmediato, pero ella no se dejó intimidar y mantuvo su semblante firme.
—Era lo mejor, Jace.. —se acercó sutilmente, tomando las manos de su primogénito entre las suyas, tratando de apaciguar su temperamento. —Visenya.. podía ser un arma de doble filo.. No quería que te ilusionaras en caso de que viniera en nombre de Aegon..
Jacaerys aceptó por un momento las palabras y el contacto de su madre, queriendo ver todo desde el mismo punto que ella. Pero, volvió a sus recuerdos las planeas urgentes de su madre pidiéndole que se fuera de Dragonstone, aún cuando no era necesario. Nunca podría dudar de aquella mujer que le había dado la vida, pero algo encajó en su mente. Ella sabía algo. Algo en su mirada le decía que le mentía. Algo en su tranquila voz lo hacía dudar.
