Capítulo XIII.-Revelaciones

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Fuutaro sintió una presión incómoda en todo su cuerpo antes de recuperar la consciencia por completo. Abrió los ojos lentamente, el mundo a su alrededor era borroso y lleno de sombras difusas que parpadeaban como luces lejanas. A medida que su visión se fue aclarando, se dio cuenta de que estaba sumergido en una especie de cámara de recuperación, rodeado por un líquido tibio que le brindaba una sensación extraña de alivio y entumecimiento. Su respiración era lenta, el sonido de su corazón reverberando en sus oídos mientras trataba de ubicarse en el tiempo y el espacio.

Con esfuerzo, sus manos se movieron ligeramente, buscando algún indicio de dónde estaba. Fue entonces cuando su mirada descendió hasta su brazo izquierdo, su corazón se detuvo por un segundo, como si el tiempo se hubiera congelado.

Su muñeca estaba vacía.

El Omnitrix no estaba.

Un torrente de recuerdos lo golpeó de golpe: el combate con Vilgax, la desesperación en los ojos de las quintillizas, el sacrificio de Ichika, el poder de El'Terhor... Y la aplastante sensación de derrota. Había perdido. Había perdido no solo la batalla, sino también el arma que representaba su única oportunidad de defenderse.

Fuutaro apretó los dientes con rabia contenida, su cuerpo temblando levemente mientras intentaba incorporarse dentro de la cámara de recuperación. Su brazo sintió un vacío extraño, como si faltara una parte de él, como si le hubieran arrancado algo que se había vuelto una extensión de su propio ser.

Se quitó lentamente los tubos de respiración que tenía en la boca y en la nariz, y el líquido de la cámara comenzó a drenar a medida que la máquina detectaba que su huésped estaba despertando. Finalmente, el vidrio se abrió, dejando que Fuutaro cayera sobre sus rodillas, jadeando ligeramente por la debilidad que aún sentía en su cuerpo.

Miró a su alrededor, una habitación aséptica y futurista lo rodeaba. Recordó vagamente la nave espacial, y las palabras de Azmuth resonaron en su mente: "Este es el peor universo con la peor línea del tiempo posible". El peso de esas palabras lo aplastaba, pero no tanto como el vacío que sentía en su muñeca izquierda.

El Omnitrix estaba en manos de Vilgax.

Fuutaro cerró los ojos con fuerza, su mandíbula apretada, mientras un profundo sentido de fracaso se apoderaba de él. Había fallado... no solo a sí mismo, sino a las chicas. No había podido protegerlas. Y ahora, el poder que había usado para luchar estaba en manos de su peor enemigo.

Su respiración se tornó más agitada por un momento, una mezcla de rabia y desesperación quemaba en su interior. Pero rápidamente, esa furia se transformó en determinación. No importaba cuán mal estuviera la situación, no podía quedarse de brazos cruzados.

Aún no había terminado.

Fuutaro se levantó con dificultad, su cuerpo temblando por el esfuerzo. Miró su reflejo en el cristal de la cámara. Estaba más demacrado de lo que recordaba, su rostro delgado y lleno de cicatrices recientes, pero en sus ojos ardía una chispa de resolución.

Había perdido el Omnitrix, sí. Pero no había perdido la voluntad de pelear.

Fuutaro comenzó a abrir los ojos lentamente, sintiendo una pesadez en todo su cuerpo. Su visión se aclaraba poco a poco, revelando que estaba dentro de una cámara de recuperación. Al intentar mover su brazo, se dio cuenta de que ya no sentía el Omnitrix en su muñeca. Un vacío profundo llenaba su pecho al comprender lo que había ocurrido.

Fuutaro: (con voz apagada) Perdí... el Omnitrix...

El ambiente frío y metálico a su alrededor le hacía sentir aún más solo. Mientras su mirada vagaba por la sala, vio a Ichika, Nino y Yotsuba, todas descansando en cámaras de recuperación similares a la suya. El peso de su fracaso lo aplastaba, mientras los recuerdos de la batalla con Vilgax y El'Terhor lo golpeaban con fuerza.

Fuutaro 10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora