flashy Brotherhood

28

Durante la cena, Ace no puede evitar echarle un par de miradas furtivas a Buggy. Es extraño. Realmente extraño. Más extraño de lo que parece. Su nariz puede ser lo menos extraño de él. La última persona que Ace conoció que tenía tan poco sentido fue Luffy e incluso él necesitó más de un par de días para que Ace se sintiera tan cómodo a su lado.

Buggy también lo está mirando. A él y a Luffy. Cada vez que uno de ellos tropieza o parece dudar, él parece realmente preocupado. Es estúpido, algunos pequeños golpes en la cabeza y está actuando como si se fueran a morir en cualquier momento. Ridículo. Comparados con el Viejo Chiflado, los tigres eran casi amables con ellos.

De todos modos, Ace también entretiene a Luffy con algunas historias sobre su tripulación, por lo que al menos está aprovechando al máximo parte de su energía. Las historias son buenas, lo suficientemente buenas como para que Sabo se absorba en ellas casi tanto como Luffy, pero Ace no parece poder concentrarse en las palabras.

La herida en su brazo palpita un poco, pero Ace la ignora y se concentra en Luffy. No parece sentir dolor. Pero tampoco parece sentir mucho dolor después de Porchemy, las heridas solo parecen dolerle cuando se las hacen, después suelen dejar de molestarle. Pero Luffy no se deja noquear fácilmente y si Buggy no hubiera estado allí...

Ace sacude la cabeza. Buggy dijo que todo estaba bien, que todos estaban bien. Eso era lo que importaba.

Pero es bueno que Buggy esté aquí, está dispuesto a admitirlo. Es un buen luchador y un mejor maestro y Ace se ha divertido estos últimos días. Sería bueno que pudiera quedarse. No siempre, por supuesto. Tener un adulto cerca todo el tiempo sería molesto.

—Entonces, ¿cuánto tiempo te vas a quedar? —le pregunta a Buggy e intenta sonar aburrido pero el tic en sus labios (y en el ceño fruncido de Sabo) le dice que no lo ha logrado.

—Un par de días más por ahora —responde Buggy y parece que también lo siente bastante. Serán como cuatro días enteros, el viejo solo se queda ese tiempo para sus vacaciones anuales—. Se suponía que solo me quedaría una noche, así que mi equipo se pondrá nervioso si lo alargo mucho más. Me aseguraré de venir más días la próxima vez.

-no te metas en problemas por nosotros —la voz de Sabo suena indiferente, pero no tan hostil como probablemente buscaba—. No pasa nada si no vuelves.

Ante esto, por supuesto, Luffy protesta: “¡Nooooo! ¡Prometió ayudarme con mis ataques de goma! ¡Tiene que volver!”.

—Está bien —suspira Ace porque sabe que Luffy se enfadará si no está de acuerdo—. Pero déjanos un par de semanas para nosotros antes de que vuelvas. Estoy cansado de estar rodeado de gente mayor.

—¡¿A quién llamas viejo?! ¡Todavía no tengo treinta! —Buggy está tan rojo como su nariz.

“Antiguo”, asiente Sabo.

Buggy está a punto de protestar cuando un sonido extraño proviene de debajo de su capa. “Mushi, mushi. Mushi, mushi”.

Saca un pequeño caracol que se parece bastante a Slimy y los ojos de Sabo se iluminan. "¿Es ese un bebé den den mushi?"

—En efecto. —Buggy frunce los labios con preocupación cuando responde.

—¿Capitán Buggy? —Una voz que Ace reconoce llama a Buggy y... sí, es la persona que interrumpió su llamada con el domador de leones, está bastante seguro.

—Cabaji —reconoce Buggy—. ¿Estabas celoso de no haber podido hablar con los mocosos como Mohji y decidiste llamar? —Su tono es ligero, pero Ace puede leer en él que en realidad no esperaba que ese fuera el caso.