~Hare lo que sea para que mis pequeños cumplan sus sueños, no me importa si tengo que poner a todo el gobierno mundial en mi contra o dar mi vida para que sus deseos se hagan realidad~
Los personajes no son míos, todos pertenecen a la obra de Eiichi...
-Capita, solo piénselo, la señorita es inofensiva, déjelo pasar por una vez.
-Hatchan, no quiero que me hables de esa mujer.
Ya habían pasado un par de días y la mujer seguía encerrada en ese lugar, Hatchan intentó convencer al tiburón múltiples veces que la liberará, dentro de todo ella no había hecho nada malo. Arlong se quería deshacer de ella, quería matarla, pero cada vez que la veía a los ojos le era imposible tocarle un solo pelo.
-¡¡Capitán!!- se escucharon varios gritos, esto puso a la defensiva a los dos gyojins que se encontraban en la pequeña oficina. De repente la puerta de la habitación se abrió de golpe y entro la mujer con una expresión de enojo. Arlong y Hatchan estaban sorprendidos, ¿como ella había logrado escapar?, nadie lo sabía, la mujer se acerco al escritorio quedando frente a frente con el tiburón sierra.
-¡Escúchame bien pescado de pacotilla, ya estoy cansada de jugar tú maldito juego, no soy tu esclava para que me tengas como animal de zoológico!- Arlong estaba en shock y no podía dejar de mirarla, pero no estaba enojado, sentía su corazón acelerado y de alguna forma sentía al de atracción por la valentía de la pelinegra.
Para Hatchan parecía que su capitán y la chica estuvieran teniendo una pelea de miradas, el podía sentir la tensión entre los dos, así que decidió irse rápido antes de que notarán su presencia.
-¿Que quieres?- dijo de forma seria el gyojin.
-Un barco- respondió la mujer con la misma seriedad.
-¿Y qué me darás a cambio de que te consiga un barco?- la mujer estaba algo sorprendida por la tranquilidad del hombre.
-No tengo dinero- dijo desconfiada la mujer.
-Que tal un beso.
-Primero muerta- esas palabras hicieron reír al tiburón.
-Sabia que dirías eso, entonces ¿que te parece si limpias de arriba a bajo Arlong Park? A cambio de un barco.
-trato hecho- dijo la mujer extendiendo la mano para cerrar su pequeño negocio.
[...]
Ya era muy tarde en la noche y los gyojins estaban impresionados por lo limpio que estaba el lugar, ellos sabían del trato que hizo su capitán con la mujer. Hatchan se puso a buscar a la mujer ya que no la había visto despues de que Lilian empezará a limpiar en la cocina, entonces la encontró dormida sobre el trono de Arlong, ella estaba arropada con una manta.
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Arlong ya le había dicho a el que preparara el barco para el día siguiente, Hatchan estaba sorprendido cuando le dijo eso, pero noto el comportamiento del tiburón cuando la pelinegra estaba cerca, aunque Arlong no lo quisiera admitir de alguna forma había sido flechado por la mujer.
Hatchan empezó a preparar el barco y algunas promociones para la mujer.
[...]
El día siguiente ya había llegado y Lilian ya estaba lista para irse.
-Bueno, fue un gusto conocerlos pero no los voy a extrañar- decía la mujer- menos tu Hatchan, a tí si te voy a extrañar.
-Yo también la voy a extrañar señorita Lilian- decia el hombre pulpo entre lágrimas.
-¡Hey Arlong! ¡Ojalá te derroten!- dijo con una gran sonrisa la mujer mientras se alejaba mucho más de la isla.
-Y ojalá que tú te ahogues o te coma un rey marino- respondió con el seño fruncido el tiburón.
-Ya quisieras tú comerme algo- decia Lilian con una sonrisa ladina.
Y de nuevo la pelinegra estaba devuelta al mar...
[...]
Ya había pasado un tiempo, se podría decir que ya había pasado un poco más de medio año en el que Lilian buscaba a su hijo, iba de isla en isla pero nada, cada vez que fracasaba en su búsqueda se deprimía más, hasta que un día en el que llegó el periódico tuvo una pista del paradero de su niño.
Lilian estaba realmente feliz por saber que su hijo estaba bien, solo había algo que no le hacía mucha gracia, su pequeño estaba bajo el mando de barba blanca, parecía que Ace apenas llevaba en el Moby Dick un par de semanas. Tenía que planear algo para no meterse en problemas, después de todo tendría que encontrarse con algunos viejos conocidos.
[...]
Lilian había llegado a tiempo para ver cómo su hijo intentaba atacar a barba blanca, ella no sabía cómo reaccionar, si reventarle la cabeza a barba blanca por lastima a su hijo o darle un puño de amor a su hijo por ser tan impertinente, para ella las dos opciones eran factibles. La mujer estaba escondida entre unos barriles cercanos a la pelea, tenía que ser precavida. Ella estaba tranquila hasta que escucho a su hijo hablar.
-¡Voy a acabar con Kaido!- los ojos de la mujer estaban tan abiertos que parecían que si irían a salirse sus cuencas.
-Kuzuki Oden no pudo con ese tipo... ¡Tu no podrás vencerlo!- el hombre de gran tamaño parecía algo enojado, entonces agarro su Murakumogiri e intentó golpear a su uso con el-¡No te sobrestimes, Ace!- y al terminar esas palabras golpeó al muchacho en la cabeza.
Lilian dejo de escuchar a su alrededor en el momento que vio a su hijo caer al piso, ahora lo tenía más que seguro, le reventaría la cabeza a ese maldito anciano por atreverse a tocar a su niño. Y de un momento al otro la pelinegra salió de su escondite y le sentó un golpe en la cara al capitán del barco.
Todos estaban paralizados, nadie esperaba esa situación, en cambio muchos de ellos se pusieron a la defensiva, eran como leones apuntó de saltar sobre su presa, solo que una voz logro confundir a muchos.
-¿Mamá?- Ace estaba sorprendido, su madre le había sentado un golpe al hombre más fuerte del mundo, por otro lado la mujer volteo a ver a su hijo con enojó, entonces Ace sintió en verdadero terror.
-¡Niño imprudente, casi me matas de un puto infarto!- en ese momento si a Ace no le había dolido el golpe que le dió barba blanca, ahora sentir dolor por el golpe que le daría su madre, chichon sobre chichón y sobretodo con haki.
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-yo también te amo mamá- decía el pecoso desde el piso.
__________________________________ Holaaa de nuevo, espero que les haya gustado el capítulo, nos vienen el siguiente.