La justicia

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Para muchos daría risa la expresión de los hombres en esa habitación, solo que no era momento para reír.

Garp había llegado minutos atrás, pero la mirada asesina de la pelinegra hizo que las palabras no pudieran salir de su boca. La tensión del ambiente se podía cortar con unas tijeras, hasta que uno de los hombres habló.

-¿Y qué hay de tu vida princesa?.

Sengoku y Garp voltearon a ver al hombre de luz al instante, en cambio la mujer no tuvo ninguna reacción.

-Mi vida no es de tu interés- dijo Lilian de forma terrorífica.

La pelinegra tenía un aura peligrosa, cualquiera podría decir que ella estaba utilizando haki del conquistador. Los ojos de aquella mujer que eran normalmente cálidos, brillaban con una intensidad aterradora, y su respiración se volvió profunda y pesada.

El cuerpo de Lilian se tensó, y un escalofrío recorrió la habitación.

-¿Y tu no me piensas dirigir la palabra?- dijo la mujer dirigiéndose a su suegro con una voz baja y llena de veneno- Mírame cuando te hablo Garp... Te lo juro, pronto descubrirás que hasta los héroes más grandes caen- a pesar de que el hombre no la mirara la escuchaba atentamente, ella estaba enojada y lo mejor para el era agachar la cabeza y callarse la boca.

-Señorita Lilian, se que se encuentra molesta pero si nos llega a dar razones para pensar que usted es un peligro, me temo que tendré que dar la orden de llevarla a una celda para ser vigilada durante la ejecución- hablo Sengoku igualando el tono serio de la mujer.

Hubo un momento de silencio gracias a las palabras de Almirante de flota, pero Lilian no retrocedió a sus palabras.

-Si uno de mis hijos llega a morir por ustedes, haré que tu y toda la marina caigan de tal forma, que desearán terminar en el fondo del mar.

-¿Segura de eso?-dijo Borsalino yendo a la salida y volteando hacia la mujer para hablar antes de irse- Si decides hacerlo realmente, creo que será tan divertido como un paseo.

Borsalino parecía que se dirigía a la pelinegra con una mirada que revelaba muchos sentimientos, pero en sus palabras se podía notar completamente el desden y la furia por las anteriores amenazas.

A pesar de todo, la nostalgia invadía los pensamientos del hombre luz, él solo recordaba a esa chica bromista y dulce, pero en ese momento tenía frente a el a una mujer rota y vengativa, habían muchas cosas diferente en la mujer, su postura, su forma al hablar, parecía que los traumas de su pasado se habían quedado clavados en su presente.

Y aún así seguía siendo la mujer más bella que podían apreciar sus ojos, siempre fue hermosa, un aire fresco para él, una mujer frágil pero con una belleza atemorizante, y ahora era una linda flor a la que le intentaron quitar sus pétalos, tenía espinas y su color era mucho más marchito, pero con todo eso, seguía siendo hermosa.

Y a pesar de todo eso, seguía enamorado de esa flor marchita.

Las ganas de llorar empezaban a aparecer pero eran cubiertas por unos lentes amarillos y una sonrisa sarcástica.

Y con eso Borsalino decidió salir de aquella oficina, con dolor en el corazón, al principio estaba feliz de verla de nuevo pero nunca espero que un momento así llegara, ver las lágrimas y la ira en esos ojos que para el eran tan únicos, le parecía doloroso.

Y con eso Borsalino decidió salir de aquella oficina, con dolor en el corazón, al principio estaba feliz de verla de nuevo pero nunca espero que un momento así llegara, ver las lágrimas y la ira en esos ojos que para el eran tan únicos, le parecía...

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