Un beso (parte 1)

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Una joven Lilian estaba sentada en uno de los bancos del patio central, comiéndose una manzana que había "tomado prestada" de la cocina. Era su pequeño ritual nocturno que ya había tomado como costumbre, un momento de paz que se concedía después de un día tratando de esquivar a Garp y las extrañas dinámicas de aquel lugar lleno de marines.

El silencio de la noche se rompió por unos pasos pesados que se acercaban. Ella suspiró sabiendo de antemano de quién eran los pasos.

-¿Robando comida otra vez?- preguntó una voz grave.

Lilian levantó la vista y encontró a Sakazuki cruzado de brazos, mirándola con una mezcla de desaprobación y algo más que no lograba descifrar.

—No es robar si lo necesitan menos que yo —respondió la chica dándole otro mordisco a su manzana.

Sakazuki negó con la cabeza, pero se sentó a su lado sin decir nada más. Había algo en su presencia que siempre la hacía sentir extraña, como si él la estuviera juzgando, pero al mismo tiempo cuidandola.

-No entiendo cómo Garp no te ha lanzado al mar todavía- comentó Sakazuki rompiendo el silencio.

-Lo ha intentado- respondió Lilian riendo suavemente -Pero soy más lista que él- Sakazuki rodó los ojos con las palabras de la chica, pero no pudo evitar una pequeña sonrisa.

-No sé si eso es algo de lo que deberías presumir.

Lilian se encogió de hombros, terminando la manzana y lanzando el corazón del fruto a una papelera cercana con precisión sorprendente.

-¿Por qué siempre estás siguiéndome?- preguntó la pelinegra girando para mirarlo directamente -¿No tienes cosas más importantes que hacer, como… no sé, entrenar o quemar cosas?.

-No estoy siguiéndote- respondió Sakazuki manteniendo su tono serio -Solo me aseguraba de que no te metieras en problemas.

-¿Eso no es lo mismo?.

-No.

Lilian soltó una carcajada pero pronto se dio cuenta de que él no estaba bromeando. Lo miró con curiosidad, notando lo serio que estaba incluso en un momento como ese.

-Sakazuki… ¿por qué te importa tanto?

Él no respondió de inmediato. En lugar de eso, miró hacia adelante, como si estuviera buscando las palabras adecuadas.

-Porque supongo que alguien tiene que hacerlo- dijo Akainu finalmente con voz baja pero firme.

La sinceridad en sus palabras tomó a Lilian por sorpresa. Por un momento el siempre rígido Akainu parecía… humano.

-Gracias, supongo- dijo la chica suavizando su tono.

Él asintió levemente, como si fuera todo lo que necesitara decir. Pero Lilian sintió un impulso extraño, algo que no podía ignorar.

Antes de pensarlo demasiado, se inclinó hacia él y dejó un suave beso en su mejilla. Fue rápido, casi como un roce, pero suficiente para que Sakazuki se congelara en su lugar.

-¿Qué…?- comenzó a decir el hombre pero las palabras parecían fallarle. Lilian se echó hacia atrás, mirándolo con una sonrisa traviesa.

-Un beso de agradecimiento. Por, ya sabes, preocuparte por mí y todo eso.

El rostro de Sakazuki estaba completamente rígido, pero si uno miraba con atención, podía notar un leve rubor en sus mejillas.

-No vuelvas a hacer eso -dijo finalmente el hombre con su tono habitual de severidad.

•Todo por sus sueños•  {one piece y oc}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora