Capítulo 6

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Yuki se había dado cuenta de que la misión de hace algunos meses no solo la había afectado a ella. Podía observar cómo, poco a poco, Suguru se veía más delgado, distante y apagado de lo habitual. Ya no era el chico alegre que solía bromear y discutir con Satoru; ahora tan solo era una sombra de lo que solía ser. De hecho, dudaba que siquiera hubiera hablado mucho con el albino en este tiempo.

Tras esa misión, tanto Suguru como Satoru habían sido ascendidos a hechiceros de grado especial, lo que hacía casi imposible que ambos coincidieran en la escuela.

Shoko había reducido sus misiones, debido a su habilidad curativa, y Yuki también se vio obligada, apenas recibía asignaciones porque Satoru prefería no llevarla consigo. Además,siendo una usuaria de energía maldita inversa, rara vez le asignaban misionesindividuales. Ahora, se dedicaba a estudiar y perfeccionar sus técnicas junto aIeri.

—¿Qué tal estuvo la misión? —preguntó Yuki mientras entraba en la habitacion de Suguru. Como ella siempre estaba en la escuela, el profesor Yaga le informaba cuando sus compañeros regresaban para revisar si tenían alguna herida. Con Satoru no había problema; él aparecía en su habitación apenas llegaba de una misión. Pero con Suguru.... él era diferente.

—Bien, aunque estoy cansado y un poco asqueado. Al menos conseguí otra maldición de grado especial —respondió mientras su amiga lo revisaba.

—¿Qué te parecen unos pasteles que me enviaron desde casa? Ume los trajo esta mañana.

—No creo que a Satoru le guste que me coma sus dulces.

— No te preocupes por él. Espérame aquí, vuelvo en unos minutos.

Pasaron la tarde juntos, viendo algunas de las películas viejas que Satoru tenía en su habitación y comiendo los pasteles. Durante esos momentos, Yuki podía ver el viejo brillo que solia tener Suguru en sus ojos, algo que le alegró el corazón. Pero aún tenía miedo. Miedo de perder a Suguru en la oscuridad.

Ella tenía ciertas sospechas sobre lo  que atormentaba la mente de su amigo, pero no quería ser indiscreta. Le gustaría que Satoru se tomara el tiempo para ver el estado de Suguru, pero últimamente estaba ocupado con misión tras misión.  Y los pocos momentos en que estaba en la escuela, se dedicaba a perfeccionar sus técnicas. De no ser porque  ella lo habia obligado a pasar a revisarse después de cada misión, casi no lo vería.

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Yuki no podía creer lo que estaba viendo: Nanami bajaba de un auto, cargando nada menos que con el cuerpo sin vida de Haibara.

Acompañó al rubio hasta la morgue. Sabía que este era un momento difícil, perder a un compañero nunca es fácil, y por lo que entendía, la misión había salido horriblemente mal. 

Los malditos superiores no se habían encargado de confirmar el grado de la maldición, como se les hacía costumbre,  y enviaron a dos estudiantes de primer año a enfrentar una maldición que requería al menos un hechicero de primer grado. ¡Qué idiotas! Yuki los odiaba, esos imbeciles nunca tenían consideración por nadie.

Mientras acompañaba a Nanami, Yuki vio llegar a Suguru. Se acercó lentamente a la camilla donde yacía el cuerpo de Haibara. Se tomo su tiempo observando el cuerpo inerte, cuando por fin hablo, le pidió a Nanami ir a descansar, mencionando que Gojo se haría cargo de esa misión. Mientras volvia a cubrir el cuerpo de ese alegre chico con la sábana.

Fue en ese momento cuando Yuki notó como algo cambio en los ojos de Suguru. Esa no era la mirada de su amigo, tampoco se podía ver el dolor de alguien que ha perdido a un compañero. No, Suguru estaba pensando en algo más, y lo que fuera, no era nada bueno. Algo oscuro y profundo se estaba gestando en su mente,  y ella ya no podía mantenerse al margen. Sabía que debía intervenir en el delirio mental que se estaba formando en la cabeza de Suguru, antes que fuera demasiado tarde.

JUNTOS; Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora