Capitulo 2

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La joven del clan Momo al fin pudo respirar con tranquilidad, luego que su madre, y la madre del albino se retiraran del lugar.

Viejas brujas- pensó.

Ya con esta tranquilidad pudo al fin mirar a su ahora esposo, Satoru se encontraba mas tenso de lo usual, su mandíbula se encontraba apretada, marcando sus jóvenes facciones, ella pensó que, con la salida de las mayores él se iba a relajar, pero no fue así.

Ella siempre supo que este día llegaría, pero nadie le advirtió de la vergüenza posterior al acto, le gustaría poder acercarse al único otro miembro del salón, pero recordar todo lo vivido la noche anterior le impedía dar un paso hacia el albino.

La joven al final se rindió, soltó un leve suspiro para tomar rumbo a la puerta, para por fin librarse de esa tensión que se sentía en el ambiente, cuando ya se encontraba por salir una mano la detuvo, y escuchó un leve murmuro a sus espaldas.

-            Satoru disculpa, pero no te escuche, puedes repetirlo – volteo a verlo, estaba cabizbajo con el cabello cubriendo parte de sus ojos.

-            Lo siento, por lo de anoche, sufriste yuki, no quería eso- salto en un tono débil y bajo, pero aun así la azabache logro oírlo.

Ella no pudo evitar que sentir un peso en el pecho, ella no lo culpaba, sabía que él, al igual que ella, no tenían la culpa de nada, fueron sus padres y su deseo de poder lo que provoco esto, además tampoco podía culparlo de nada, cuando sabe bien que no fue ella la única que sufrió en ese momento, podía escuchar pequeños quejidos de los labios del albino, sonidos de dolor que solo a ella le permitió escuchar, junto a algunas lágrimas que pudo observar en sus hermosos ojos.

-            Satoru no quiero que te disculpes, nada de esto fue tu culpa- le hablo, mientas acunaba la cara del mayor entre sus manos.

-            Yuki te lastime, soy el más fuerte y debo proteger a los débiles - ella noto como su tono de voz se estaba poco a poco elevando- y ni siquiera pude protegerte a ti, ¡No te das cuenta! – termino de decir mientras se alejaba del tacto.

Ella podía notar como Satoru estaba temblando, pero no sabía si del enojo o tal vez se había puesto a llorar, porque ella no paso por alto lo rojo que se encontraban sus ojos.

-            Eso es mentira, escúchame no podías hacer nada, era algo que debíamos hacer, madre dijo que era normal que la primera vez no fuera buena para ninguno de los dos, no te culpo Toru, nunca lo haría – al escuchar su apodo se relajó un poco y pudo volver a mirarla, se acercó para finalmente rodearla con sus brazos, y Yuki pudo escuchar como sollozos salían de su amigo.

Estuvieron así un buen rato hasta que Satoru finalmente la soltó y solo se marchó de ahí, ella sin saber que más hacer, se retiró a su habitación, después de todo, ella también quería estar sola.

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Las semanas en la nueva mansión Gojo pasaban igual que cualquier día de verano en la que ambos jóvenes se veían obligados a convivir.

Satoru entrenaba todos los días en el jardín o en una habitación que el mando arreglar para entrenar en paz, mientras que Yukiko pasaba sus días leyendo distintos textos confidenciales del clan Gojo que Satoru mando a traer de su antigua vivienda exclusivamente para ella.

Todo fue calma hasta que mes y medio después, la matriarca del clan Gojo apareció, al parecer ella dudaba que ambos jóvenes cumplieran su "deber", por lo que dejo encargado a las sirvientas de la casa, observar si el albino visitaba la habitación de la menor.

Estas le comentaron que el albino nunca iba a ver a su ahora esposa, por lo que tuvo que encargarse de corregir eso, y dejo la orden de que su progenitor tenia que ir al menos dos veces por semana a quedarse en la recamara de la pelinegra, y por supuesto, dejo la amenaza que si el ojiazul no cumplía su deber, ella se vería en la obligación de quedarse con ellos y comprobar que el acto se cumpla.

Ese día el joven Gojo quería despedir a todas las sirvientas de la minka, pero su padre, el líder del clan, se lo prohibió, otra vez Satoru no pudo hacer nada.

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El tiempo paso, y ya era 10 de febrero, por lo que ese día se celebraba el cumpleaños de Yukiko, para ella, ese día fue el mejor cumpleaños de su vida, lo pasó con su mejor amigo, y junto a Ume, a quien le había agarrado bastante cariño en esos meses y ya consideraba una hermana mayor, pero lo que la hacía más feliz, fue que ni sus padres ni alguien del clan Gojo hicieron presencia ese día, sin embargo, su nuevo clan no dudo en enviar varios regalos en honor a la "nueva señora".

El día se celebró con un pastel de chocolate cortesía de Ume y una tarde de película los tres juntos, acompañados con unos chocolates caliente, además no podía faltar un pequeño presente de parte de Satoru, el cual era una bella pulsera de perlas.

Con las semanas, la relación de los jóvenes cada vez mejoraba más, nunca fue mala, pero nunca había sido tan buena como ahora.

El portador de los seis ojos se había encargado de que ella mejorará su combate cuerpo a cuerpo, recordaba como si fuera ayer el día que el albino le dijo que no pensaba distraerse en algún combate por culpa de que ella no se pueda defender, esa declaración fue el comienzo de un entrenamiento diario para la joven pareja.

Además, no se podían olvidar de empezar a forjar su unión, a través del lazo celestial, el llegar a formar ese vinculó permanente no era un trabajo fácil para la perteneciente al clan Momo, por lo que todos los días tenía que pasar al menos 2 horas junto al albino, tejiendo el lazo con su técnica maldita, eso para Satoru de verdad era tedioso, sin embargo, nunca se quejaba y dejaba a su querida amiga simplemente trabajar.


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° Espero les guste este nuevo capitulo ૮₍˶ᵔ ᵕ ᵔ˶ ₎ა

°No me gusta hacer que mis niños sufran, pero es por el bien de la trama (๑-﹏-๑)

JUNTOS; Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora