Uzumaki Harry

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El bosque donde había ido a parar no estaba dentro de las murallas de Konohagakure, por lo que tuvieron que atravesar una de las puertas que eran vigiladas por dos Jounins. Lo miraron con sospecha al escuchar la versión de Gai, pero Harry usó un poco de Legeremancia para persuadir a ambos de que al menos lo dejaran llegar hasta el Hokage para la interrogación. Los dos shinobis accedieron y uno se retrasó para seguir cuidando la puerta mientras que otro lo acompañaba.

Mientras llegaban, el mago pidió a Gai que le contara un poco del lugar, inventando en el momento que él venía de otra aldea de donde había salido porque su familia había sido asesinada durante un robo hecho por nuke-nin's (ninjas en falta) y ya no había nada que lo enlazara al lugar. El pequeño le creyó enseguida (no así el Jounin) y parecía extasiado al tener audiencia de alguien que pudiera escuchar sus oraciones entusiásticas. A Harry le recordó a Colin Creevey.

Llegaron a la Torre y unos shinobis con máscaras le preguntaron el motivo de su visita, Harry supo por las memorias compartidas por Shinigami que eran ANBU's, el Jounin lo dejó allí y el ANBU con máscara de oso lo guió hasta la oficina del Hokage. Todo el tiempo supo que era mirado críticamente, no que le importara, él no venía a atacar. Solo a buscarse una nueva vida. Además, con su flaco cuerpo de 17 años él no parecía ser un ninja. Aunque las apariencias podrían engañar.

Se anunciaron con la secretaria y solo tuvo que esperar unos veinte minutos hasta que pudo entrar. Se despidió de Gai, prometiéndole volver a verlo pronto.

El hombre que era Hokage parecía estar cerca de sus 50 años, ojos marrones oscuros con algunas arrugas aquí y allí, no podía ver su cabello por el sombrero que usaba, pero estaba seguro de que ya era canoso.

- Siéntese, por favor. - dijo el hombre, con una mirada de curiosidad, pero una sonrisa amable en su rostro.

Harry se sentó y miró varios segundos al hombre, era evidente que esperaba a que él comenzara la conversación.

- Señor Hokage. - Sarutobi enarcó una ceja ante el "Señor" ya que era mas común que se use el sama después de su título. Su interés aumentó más. - Voy a contarle la historia de mi vida, sé que le parecerá loca e increíble, pero le pido por favor que no me interrumpa y me escuche hasta el final.

- Tiene toda mi atención, muchacho.

- Me llamo Potter Harry y...

DESPUÉS...

- ... lo último que recuerdo es despertarme en medio del bosque gracias a Maito Gai.

El tercer Hokage solo estaba allí, fumando su pipa con tranquilidad, mientras lo miraba con ojos brillosos. Algo que estaba crispando los nervios del mago, casi le recordaba la mirada de Albus Dumbledore. ¿La obsesión por fumar era el equivalente a los caramelos de limón?

- Una historia muy interesante, Harry-san. Usted está en lo cierto al decir que no puedo creerle. Sin embargo... - se apresuró a decir al ver que Harry iba a abrir la boca. - tiene el derecho de la duda. Por lo tanto, me veo en la necesidad de pedirle alguna prueba.

Harry frunció el ceño, pensativo.

- Puedo enseñarle algo de mi magia y entrar en su mente para mostrarle algunas de las imágenes de lo que le he contado.

Sarutobi enarcó una ceja y asintió. El moreno se apresuró a sacar su varita y la agitó para transfigurar uno de los pergaminos que estaba en la mesa del Hokage en un gatito blanco que maulló contento y se desperezó antes de saltar al regazo de Harry. Los ojos del Sandaime se abrieron como platos y este hizo algunos movimientos con las manos para comprobar si no era un Genjutsu (técnica ilusoria). No era...

Pacto Con Shinigami-samaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora