Cuando se interfiere con el Destino...

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ACONTECIMIENTOS IMPORTANTES A LO LARGO DE LOS MESES...

Sirius suspiró mientras se sentaba en su cama de la casa de su ahijado, de vez en cuando hacía un gesto de dolor, llevándose una mano al vientre.

- En momentos como estos... odio haberme olvidado de lanzarme el maldito hechizo anticonceptivo. - gruñó, gotitas de sudor bañaban su frente.

Harry sonrió compasivo e incorporó a su padrino para darle masajes en la espalda.

- ¿Dónde está él padre?

- Fue a avisar a su familia, no sé por qué... a ellos no les interesa lo que pueda pasarme a mí o al bebé. Esos malditos hijos de... ¡ARG! ¡MIERDA! - exclamó dolorido. Harry hizo una mueca y miró desconsolado como su padrino apretaba su mano, casi rompiéndola en el proceso. Enseguida, el animago se relajó, dejando un suspiro cansado. - Espero que se apresure, este niño esta por nacer en cualquier momento.

- Hn. - masculló el menor, frotándose la mano dañada. - ¿Ya pensaron en el nombre?

- Hai, tuvimos un rato duro. - admitió con el ceño fruncido. - Yo quería ponerle Regulus, como mi hermanito, pero Hi-chan dijo que era un nombre muy extraño y que necesitábamos uno más tradicional y en nuestra lengua.

- Él tiene razón, la gente me mira raro cuando le digo que mi nombre es Harry. - sonrió. - Siempre puedes ponérselo como segundo nombre.

- Eso pensamos. Así que el peque será Hyuuga, Neji Regulus.

- Suena bien.

Tiempo después, en otro lugar, dos niños fruncían el ceño con frustración.

- No puede ser que nadie lo sepa. - masculló un pelinegro con sus brazos cruzados.

- Es lo mismo que pienso yo. - le respondió el castaño oscuro, desparramado sobre la alfombra de felpa. - Y estoy seguro que no es que nadie lo sabe Itachi-kun, de hecho me parece que todos los que son cinco o seis años mayores que nosotros lo saben, pero nadie quiere decírmelo.

- Esto es extraño, por lo que sé, mi sensei fue encontrado desmayado en el bosque por el entonces Genin Maito Gai, él alegó haber dejado su Aldea porque asesinaron a toda su familia y, como siempre quiso ser ninja, vino a Konoha. Eso fue casi un año y medio antes de que yo naciera. Es inverosímil que alguien como él se haya ganado el odio de mi madre sin una buena razón.

- No sé que decirte Itachi, intentaré averiguarlo, pero ya estoy agotando todos mis métodos. Es como si fuera algún tipo de pecado hablar de ello. Cuando se lo pregunto a alguien me mira raro, algunas se ruborizan y otros me dicen que soy "muy pequeño" para hablar de esas cosas. - su rostro mostraba claro desconcierto.

- Ve que puedes hacer, sino se lo sacaremos a la fuerza al primo Obito-kun.

Dos ninjas se encontraban peleando como si se le fuera la vida en ello. Lo que era bastante extraño, ya que ambos eran de la misma Aldea, pero no del mismo rango. Uno era un ANBU y el otro tomaría el examen de Jounin dentro de dos meses. La batalla llegó a su apogeo y el ninja revestido de verde fue quien terminó perdiendo, gracias a una patada certera del ninja de cabello plateado.

- Esta lucha queda para ti, mi rival eterno. - dijo el de cejas prominentes, con lágrimas en los ojos. Pequeñas nubes grises rodeaban su cabeza. - ¡Pero juro por la fuerza de mi juventud que me entrenaré hasta agotar mi chakra y te venceré la próxima vez!

- Hai, hai. - dijo perezoso. - Nos vemos, Gai. Tengo que comprar pañales para mi otouto.

- ¡Recuerda que estamos 20 a 15, mi rival eterno!

Pacto Con Shinigami-samaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora