TIEMPO DESPUÉS
Harry sonrió a su bebé y peinó un poco el cabello rubio como el de un ángel. Fue un poco desilusionante no ver que su segundo niño heredara su color de cabello, pero era hermoso y la salud excelente lo compensaba todo. Sin embargo, ahora con sus cuatro meses de edad, el moreno pudo ver que los ojos de su chibi eran tan verdes como los suyos, algo que lo llenaba de orgullo.
- Ne... ne... ¿Hikaru-chan sigue dormido?
Harry levantó sus ojos y sonrió a su primogénito.
- Hai, Naru-chan.
Naruto encrespó su labio inferior en un puchero.
- Él solo sabe dormir. - se quejó.
- Cuando tú tenías su edad hacías lo mismo. Dormías, comías y ensuciabas tu pañal. - sonrió.
Naruto se ruborizó ligeramente al escuchar las risitas contenidas de Sasuke y Kiba. El niño giró su cabeza y fulminó a sus amigos con la mirada.
- ¿Sasuke y Kiba hacían lo mismo, ne papá? - pidió con la nariz alzada en desdén.
- Claro... todos los bebés lo hacen.
Eso cortó las risas de los niños y Naruto sonrió triunfante.
- Yo no. - dijo Gaara, cruzándose de brazos.
- Sí, tu sí. - replicó Naruto.
- No... yo no...
- ¡Sí!
- ¡No!
Se fulminaron con la mirada durante unos segundos, hasta que Sasuke puso los ojos en blanco y le dio un coscorrón a cada uno.
- ¡Son unos dobes!
-¡¿A quién le dices dobe, teme?! - chilló el rubio, restregando su cabeza. Gaara solo pasó a fulminar con su mirada de Naruto al moreno.
- ¡Naruto! ¡Esa boca! - reprendió Harry, resignado a que su hijo tuviera ese vocabulario al estar tanto tiempo vagando con sus amigos donde había adultos que no se medían frente a los niños.
EN OTRO LUGAR
Itachi dejó salir un suspiro antes de entrar al Complejo que formaba parte del territorio de los Uchihas, la verdad era que ya no se placía de vivir allí, si no fuera por su pequeño hermano y su padre, Itachi hace mucho que le hubiese dicho a Shisui que se fueran a vivir juntos a algún departamento en el centro de Konoha, como lo habían hecho Iruka y Tenzo. El motivo de su desdén por vivir allí se debía a que las cosas con su madre y algún que otro Uchiha cada vez eran más tensas. Muchos parecían envidiosos de que él esté pronto a ser un ANBU a la pequeña edad de 11. La peor era su madre, que siempre le mandaba miradas de rencor cuando lo encontraba hablando de buena manera de su sensei.
Haciendo una media sonrisa dibujada, para que nadie notara su mal humor al estar allí, caminó rumbo a la casa principal. Sin embargo, por el camino, algo captó su atención. Se trataba nada más y nada menos de su madre, hablando en lo que se le hizo una actitud sospechosa con tres de los Uchihas más violentos y amargos del Clan. Esos tres hombres tenían mucho rencor hacia los de la familia principal, porque sus hijos no habían podido despertar el Sharingan, por lo que eran relegados y mirados mal por los que sí. Su padre trataba de hacer su mejor esfuerzo e igual enseñarles las técnicas de Taijutsu y Ninjutsu de la familia, pero no podía contra la presión de los ancianos del Clan, quienes le decían que a esos "incompletos" no se les revelaba los secretos de los Uchihas.
Por instinto, sintiendo que la actitud de su madre era sospechosa, Itachi se escondió tras una columna cerca de donde hablaban y trató de escuchar.
- Es peligroso, mi Señora. - decía uno.
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Pacto Con Shinigami-sama
FanfictionHarry Potter cumplió con su profecía y derrotó a se Nemesis. Lastimosamente, todo ese esfuerzo significo su muerte, pero el Shinigami tiene otros planes para él. El gran Dios de la Muerte hace un pacto con el héroe y, tras darle algunas memorias, lo...