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Dos meses habían pasado de la gran pelea y Harry fruncía el ceño frente a su reflejo en el espejo, notando la ligera curva en su abdomen. Suspiró. No había dicho nada, pero desde hace bastante que sospechaba que su cuerpo estaba cambiando. Cambiando para albergar una nueva vida dentro de él. Tomando sus ropas, se vistió y decidió ir a casa de su padrino para que le hiciera aquella poción para saber si en verdad estaba embarazado.

OFICINA DEL HOKAGE

Unos suaves golpes a su puerta distrajeron la atención de los papeles que estaba leyendo. Dio su permiso para que entrara y sonrió al ver a su esposo y dos niños que lo acompañaban. Enseguida Naruto acometió a su persona para abrazar sus rodillas y pedir ser cargado. Gaara, por el contrario, seguía de la mano de Harry y miraba con desaprobación a su aniki.

- ¡Otou-san! ¡Papi tiene bebé en su panza! - dijo Naruto, haciendo un puchero.

Los ojos del rubio mayor se abrieron como platos y luego enarcó una ceja a su marido.

- ¿Me explicas eso...?

Harry alzó a Gaara en brazos y caminó hasta sentarse frente al escritorio del Hokage.

- Parece que nuestra reconciliación de hace dos meses fue muy... fructuosa. - sonrió. - Estoy embarazado, Arashi... vamos a tener otro bebé.

El mayor lanzó un grito de triunfo y se levantó para acercarse a su esposo y besarlo con todo el amor que sentía hacia él. Harry pasó los brazos por el cuello de su amante y se dejó mimar por Arashi.

- ¡Hmph! - Naruto bufó irritado, cruzando sus brazos sobre su pecho y poniendo mala cara.

- Oh... ¿y esa actitud a que viene? - preguntó el rubio mayor con una ceja enarcada.

- Creo que a Naru-chan no le alegra saber que papi va a tener a otro bebé aparte de él y Gaara-chan. - dijo Harry, mientras se desenredaba del abrazo de su esposo. Caminó hasta donde estaba su hijo y se agachó frente a él. - Pero Naruto tiene que saber que todos sus hijos son especiales para él y que no voy a amar más al bebé que viene en camino que a él. A todos los voy a querer por igual. ¿Lo entiendes, mi cielo? - pidió bajito, mientras acariciaba la mejilla regordeta del rubito.

Naruto lo miró con sus ojos azules dudosos y permitió que su papi lo cargara. La verdad era que él veía que toda la gente siempre prestaba mucha atención a los bebés y tenía miedo que su papi Harry ya no le hiciera caso por eso. Pero si su papi le decía que nada iba a ser diferente él iba a creerle, porque papi Harry nunca le mentía.

- Hn, bueno. - masculló, sin cambiar su expresión enfurruñada.

- Arigato, Naru-chan. - dijo Harry sonriente, antes de besar con cariño las mejillas de su hijo.

MESES DESPUÉS

Para ese entonces, ya el bebé de Mitarashi Anko, ahora Señora de Gai, ya había nacido. Se trataba de un niño con una mezcla tanto de su madre como de su padre. Agradecidamente, ella prometió a todos los ciudadanos de Konoha que no iba a permitir que su esposo influenciara tanto en la personalidad de su hijo como para que saliera algo como él. Aunque la perspectiva de que el niño tuviera la misma personalidad que Anko no era muy motivadora tampoco.

Estando ya de seis meses, Harry ahora solo tenía trabajo de oficina. Archivando y completando papeles en la oficina de los Jounins de élite, mientras sus hijos estaban en la Escuela de ninja, puesto que ya estaban en edad de entrar en lo que sería el preescolar para los ninjas, donde enseñaban a los niños a leer y escribir, más otras cosas.

Por lo demás, todo estaba bien. Tenzo e Itachi estaban prontos a ser Jounins, porque Nadeshiko había dicho que ahora que era Chuunin iba a dedicarse a la rama de veterinaria ninja.

Pacto Con Shinigami-samaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora