El equipo 7

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Corrían a velocidades que solo un ANBU preparado y el Jounin calificado junto él podían alcanzar gracias a sus capacidades de ninja, lo que también hacía que todo el recorrido se hiciera en el más absoluto silencio. Llegaron hasta la pared del lugar y se detuvieron para buscar que sus respiraciones se calmaran.

Su misión era infiltración para encontrar información sobre un grupo de Piedra-nin que los espías decían que querían preparar un pequeño ataque para tomar venganza de lo sucedido durante la guerra. Era por eso que Harry y Morino Ibiki fueron los elegidos para este trabajo, ellos eran expertos en búsqueda de información.

El moreno de ojos verdes asintió a su compañero y entraron al lugar con un salto impresionante. Les llevó bastante hasta encontrar la sala de reuniones por debajo de la casa destartalada. Era todo para despistar a los curiosos, la casa era vieja y casi destruida, pero la verdadera base estaba bajo el suelo, en una serie de cuevas de piedra.

Cuando al fin encontraron lo que buscaban, notaron que no eran más que un grupo de diez hombres dolidos que perdieron a su familia y que buscaban una venganza sangrienta. Harry podía entenderlos, pero no podía dejarlos seguir con sus planes a coste del sufrimiento de los aldeanos de Konohagakure.

Un sonido de pasos los alertó y ambos se miraron antes de esconderse. Sin embargo, no contaron con las trampas que había en el lugar, las cuales estaban minuciosamente escondidas gracias a la poca luz y a la tierra fangosa del suelo.

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Arashi se removió inquieto en su lugar y volvió a mirar por la ventana, viendo como llegaba la noche. Era el tercer día en que Harry no se presentaba para dar su informe. Él e Ibiki seguían en la Aldea de la Piedra y algo en su pecho de decía que tenían problemas. Pero aún no estaba seguro y no podía mandar a sus ANBU's solo porque su amante no llegaba cuando era debido. Los dos eran ninjas entrenados y capacitados, pero eso no evitaba que se angustiara al tener sentimientos personales por uno de ellos.

EN OTRO LUGAR...

- ¿Qué te sucede, koibito?

Sirius miró a su pareja y le dio una sonrisa forzada. La preocupación no lo dejaba desde hace tres días.

- Es Harry-kun... no regresa de su misión y estoy preocupado.

- Él es un ninja, Sakumo. - murmuró, acercándose para abrazarlo. - Podrá salir de lo que sea en que se haya metido y si no... nosotros estamos preparados para mo...

- ¡No! ¡No lo digas! - exclamó - Harry no puede... no... - negó con la cabeza, tratando de convencerse. - él estará bien, estoy seguro. Él aún no esta listo para dejar este mundo.

- Aprecias mucho a ese muchacho. - musitó con el ceño fruncido.

Sirius sonrió de lado y besó a su pareja, acariciándole una mejilla.

- Es un cariño diferente, Hi-chan. No te pongas celoso.

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Harry hizo una mueca al escuchar los gritos de dolor de Ibiki, lo estaban torturando para sacarle información. No sabía si pensar en que tuvo suerte o mala... ya que fue al otro ninja a quien eligieron primero para sacar información. Sin embargo, a Harry no le dio buena espina como lo miraron, vio lujuria pura en los ojos del enemigo y estaba seguro que era por eso que lo reservaban, para abusar de él. Pero él se dijo que moriría antes de que le pusieran una mano encima.

Suspiró y volvió a mirar sus cadenas, hoy iba a intentarlo, estuvo acanalando toda su magia en sus manos. Al no tener su varita, hacer magia sin ella era muy agotador y difícil, pero después de tres días estaba preparado para usarla y, esperanzadoramente, su cuerpo no se iba a agotar tanto.

Pacto Con Shinigami-samaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora