F.U.C.K • minsung

29 • ¿Y no es exactamente aquí donde me quieres?

La celebración se salió de control luego de comer pastel. Changbin se había apoderado de la radio y colocaba canciones de Bon Jovi la mayoría de las veces; Félix y Jeongin habían encontrado un cangrejo durmiente que pronto los persiguió enojado con sus tenazas; y Minho y Jisung continuaban compitiendo por hacer la torre de naipes más alta.

Si bien, no se veía como la gran cosa por la cual preocuparse, Changbin se les acerca con una botella y un cigarrillo en la boca para prometer bastante.

—¡Me aburro! ¡Juguemos de nuevo a la botellita! —invitó a todos al centro para sentarse y colocó la botella en medio del círculo creado, algo brusco.

—¡Eh! No vayas a quebrar la botella —advirtió Félix.

—¿Quieres jugar a la botella que se baila o a la botella que preguntas cosas? —consultó Jisung.

—La primera opción me tentaba, pero ya me duelen los pies —Changbin apaga el cigarro, aplastándolo contra las baldosas.

—Juguemos a besarnos.

Cada uno miró a Jeongin con un diferente nivel de escrúpulo.

—¿Quieres que te besen? —interrumpió Félix.

—Giramos la botella y, a quienes le caiga la boquilla o la base, les toca besarse. Si no lo hacen, toman un shot de ron —alza el ron a medio tomar y se levanta a rápidamente buscar los pequeños vasos.

—Me parece —acepta Changbin—. Me hubiera gustado que Chan hubiera estado aquí.

—Baboso —rió Félix.

Por una parte, Minho palideció. Miró ligeramente de soslayo a Jisung a su derecha, quien le regaló una sonrisa apenada y unas caricias en la espalda.

—¿Estás bien? —se acercó a preguntarle en un susurro.

Minho no responde, solo se permite mirarse las manos y calentarse la cabeza.

«No quiero que me besen» pensaba con sinceridad, intranquilo de lo que estuviera por suceder.

—¡Bueno, bueno! ¡La noche es joven! —Jeongin colocaba un vasito en frente de cada uno para rellenarlo al tope.

—Dijo el menor de todos nosotros —burló Félix.

—Gira la botella, papá —palmeó el hombro de Changbin.

—No me digas así cuando nos toque o te voy a vomitar encima.

Con la mano en la botella, Changbin la hizo girar y los cinco pares de ojos le siguieron las vueltas.

«En realidad,» temblaba Minho al notar la botella detenerse «no quiero que besen a Hannie.»

«Quiero que me bese solo a mi.»

—Pap-

—Ah, no —Changbin mueve la botella, apuntando a Félix.

—¡Ey!

—Bueno, esto es nuevo —parpadeó Jisung.

Félix le lanzó una mirada a Jeongin y levantó sus cejas, poniendo tímido al menor al taparse la cara.

—Vale, ven aquí —le hizo señas con las manos y Félix consintió.

El rubio gatea hasta enfrentar al pelinegro, quien no para de sonreír abochornado. Le toma de las mejillas y acaba regalándole un beso en la punta de la nariz.

—¡Eh! Que era una beso. ¿Por qué me lo diste en la nariz? —se quejó, arrugando la frente.

—Porque no le doy besos a pequeños diablillos —Félix rompe en carcajadas cuando Jeongin lo aleja de una patada—. Bien, sigamos —entornó los ojos con gracia y giró la botella.