Sombras del Mafioso

010

Mientras Woobin y Bora seguían en su propio mundo, Jihoo y Yijeong los observaban desde la distancia. Jihoo sonreía al ver a su amigo de esa manera, pues era la primera vez que lo veía tan relajado y feliz. Al notar que seguían abrazados, se apresuró a sacar su cámara del bolso.

—¿Y eso de dónde salió? —preguntó Yijeong, alzando una ceja al ver la cámara.

—La traje por si aparecían Junpyo o Jandi —respondió Jihoo sin darle mayor importancia, mientras enfocaba en dirección a Woobin.

—¿Qué haces? —inquirió Yijeong cuando escuchó el clic de la cámara.

—Tengo un presentimiento —dijo Jihoo con una pequeña sonrisa.

Yijeong se rió suavemente. Le parecía casi imposible imaginar a Woobin en una relación seria.

Mientras esperaban a Woobin, una voz familiar surgió a su lado.

—Felicidades por tu graduación, Sunbae.

Era Jandi, con una sonrisa tan cálida que alegraba el corazón de Jihoo.

—Gracias —respondió él, devolviéndole la sonrisa.

Jandi iba a decir algo más, pero en ese momento Woobin se acercó con Bora a su lado. Una vez frente a ellos, tomó la palabra:

—Chicos... Jandi, quiero presentarles a mi amiga, Bora —dijo con una mezcla de orgullo y nerviosismo. Luego miró a Bora con ternura. —Bora, ellos son Jihoo, Yijeong y Jandi.

—Es un placer conocerlos —respondió Bora con una pequeña reverencia, tímida pero amable.

Los tres le devolvieron el saludo y se presentaron con amabilidad. Fue entonces cuando Woobin notó la cámara en las manos de Jihoo, y una idea le cruzó la mente.

—Jihoo, ¿nos tomarías una foto a mí y a Bora? —preguntó, señalando la cámara.

Jihoo asintió y los ubicó para la toma. Woobin rodeó con su brazo los hombros de Bora, mientras ella sonreía sosteniendo su ramo. Al tomar la foto, ambos se separaron, pero compartieron una mirada y una sonrisa cómplice.

—Después de todo, sí tendrás un recuerdo de hoy, ¿no? —le susurró Woobin.

Bora asintió, sonriendo.

—¿Y nosotros qué, Woobin? —bromeó Yijeong—. ¿No te tomarás una con nosotros?

Woobin rodó los ojos y rió ante el comentario de su amigo.

—Bueno, nosotros vamos a celebrar con Jandi —intervino Jihoo—. ¿Te gustaría acompañarnos, Bora? —preguntó con amabilidad.

Bora miró a Woobin, quien esperaba su respuesta con curiosidad.

—Lo siento mucho —dijo con un deje de tristeza—, pero tengo una cena con mis padres más tarde.

Woobin no pudo ocultar su decepción, algo que Bora notó, y le enterneció.

—Pero la próxima vez, ¿sí? —dijo, tocándole suavemente el brazo, lo que hizo que Woobin la mirara.

—Claro —respondió él, más relajado.

—Bueno, nosotros nos vamos, te esperamos allá, Woobin —dijo Yijeong, antes de mirar a Bora con una sonrisa coqueta—. Bora, fue un gusto.

Jihoo y Jandi le sonrieron también, haciéndole una reverencia de despedida antes de marcharse.

Ya solos, Woobin y Bora también se preparaban para despedirse.

—Gracias por lo de hoy, Woobin —dijo Bora con sinceridad—. Aunque no lo creas, significó mucho para mí.

—Me alegra escuchar eso —respondió él, rascándose la nuca con timidez.

El silencio se instaló entre ambos por un momento, hasta que el teléfono de Bora vibró. Ella revisó el mensaje con la mirada fija en la pantalla.

—Son mis padres —comentó distraída.

Woobin, al ver su teléfono, recordó algo que había querido preguntarle desde hace tiempo, pero siempre se le olvidaba.

—Bora... —comenzó, captando su atención—. ¿Te parece si intercambiamos números de teléfono?

Bora lo miró sorprendida al principio, y Woobin se sintió inseguro de si había sido una buena idea pedírselo de ese modo. Sin embargo, al ver que ella se relajaba, él también lo hizo.

—Claro —respondió con una sonrisa—. Así los encuentros casuales podrían ser menos necesarios. Es una buena idea.

Después de intercambiar números, ambos se despidieron con una última sonrisa antes de seguir cada uno su propio camino.

Cuando Bora llegó a su casa, lo primero que hizo fue colocar el ramo de flores en un jarrón con agua. Con cuidado, lo llevó a su cuarto y lo dejó en su mesita de noche. Mientras las miraba, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.

"Después de todo, hay personas que nos dan consuelo sin necesidad de palabras."