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Mientras el sol comenzaba a descender, Woobin y Bora se sentaron en la arena, contemplando el espectáculo del atardecer. La brisa fresca del mar acariciaba sus rostros, llenando el ambiente con una sensación de tranquilidad.

—¿Por qué elegiste la playa hoy? —preguntó con curiosidad, girándose para mirarla.

Bora sonrió suavemente, su mirada perdida en el mar que brillaba a la luz del atardecer.

—La playa siempre ha sido como un refugio para mí —comenzó, sus ojos iluminándose mientras hablaba—. No importa lo que pase, aquí siento que todo se vuelve más pequeño. El mar, con su inmensidad, me recuerda que el mundo es mucho más grande que mis preocupaciones. Aquí me siento libre.

Woobin la escuchaba con atención, sus palabras resonando más de lo que esperaba. Sin pensar mucho, desvió su mirada hacia ella, observando cómo sus ojos brillaban mientras hablaba, sin darse cuenta de lo que hacía.

—Veo por qué es tu lugar favorito —murmuró, casi en un susurro.


Desde aquel día, las cosas entre los F4 estaban tensas nuevamente. La madre de Junpyo los había pillado juntos a él y a Jandi, separándolos una vez más. En consecuencia, Junpyo decidió iniciar algo con Jaekyung, lo que creó aún más distancia entre el grupo.

Jihoo estaba siempre pendiente de Jandi, Junpyo no se separaba de Jaekyung, y no tenía noticias de Yijeong.


Tras encargarse de uno de los negocios de su padre, Woobin se encontraba solo en un puente, observando el paisaje mientras reflexionaba sobre los últimos meses. Bora había entrado en su vida y se había vuelto una constante. Sin embargo, no podía quitarse de encima la sensación de que había una barrera invisible entre ellos.

Recordó una conversación que había tenido con Jihoo el día en que presentó a Bora a los demás:

"—Entonces, dices que solo son amigos —comentó Jihoo, observándolo con calma.

Woobin asintió, con la mirada perdida.

—Pero hay algo que te preocupa —agregó Jihoo, su tono más firme. Woobin levantó la mirada, sorprendido de que lo hubiera notado tan fácilmente—. Nos conocemos desde niños, Woobin. Es obvio cuando algo te está rondando en la cabeza.

—Es solo que... —dudó antes de continuar—. Tengo miedo de que, una vez que me conozca de verdad, no quiera saber nada más de mí.

Jihoo lo miró con curiosidad y lo desafió con una simple pregunta:

—Si te preocupa que se aleje, eso significa que ella es importante para ti, ¿no?

Woobin esbozó una sonrisa débil, casi sin querer, algo que Jihoo no dejó pasar.

—Entonces déjala que te conozca —continuó Jihoo con tranquilidad—. Si ha llegado hasta este punto, ya habrá oído algo sobre ti y tu familia, ¿no crees que, si quisiera alejarse, ya lo habría hecho?"

Woobin sentía que, después de todo este tiempo, llegó el momento de abrirse con Bora. Así que, sin pensarlo mucho más, tomó su teléfono y la llamó en ese mismo instante. Si no lo hacía hoy, sabía que nunca tendría el valor de hacerlo.

—Woobin —respondió Bora de inmediato, su voz cálida al otro lado de la línea.

—Bora —contestó él, aliviado de escuchar su voz—, ¿estás ocupada?

—Mmm... no. ¿Por qué? ¿Todo bien? —preguntó ella, notando un cambio en el tono de Woobin.

—Sí, solo quería hablar contigo. Sé que es tarde, pero de verdad necesito hacerlo.

Al escuchar a Woobin, no pudo evitar preocuparse, así que aceptó y le preguntó donde se encontraba. Woobin le indicó que él podía ir donde estaba ella, pero lo que le dijo Bora lo dejó sin palabras.

—Creo que es mi turno de llegar a ti, Woobin.


Cuando Bora llegó, vio a Woobin apoyado en la baranda del puente, con la vista perdida en el horizonte. Aún no se había dado cuenta de su presencia, así que ella se acercó suavemente y se puso a su lado.

—Vaya, el aire de la noche es tan lindo—dijo imitándolo.

Woobin esbozó una sonrisa al escucharla y soltó una pequeña risa. Por unos momentos, se quedaron en silencio, contemplando el paisaje nocturno, hasta que él decidió romperlo.

—Te quería hablar sobre algo, de mi y mi familia... llevamos mucho tiempo siendo amigos y creo que es algo que mereces saber.

Bora notó el nerviosismo en Woobin, así que, con suavidad, tomó su mano y la acarició.

 —Soy toda oídos.

Woobin sonrió ante el pequeño contacto y, mirando fijamente el agua bajo el puente, decidió comenzar.

—Supongo que ya conoces algo sobre mi familia, ¿verdad? 

—Algo así... —respondió Bora, cuidadosamente.

Woobin suspiró antes de continuar.

—Bueno, es probable que hayas oído sobre nuestras conexiones... Con un lado no muy legal, por decirlo de alguna manera.

Bora asintió levemente, alentándolo a que continuara.

—Mi abuelo fue el fundador de Il-Sim Construction. En ese tiempo, Corea estaba en una época de mucha agitación. Para mantener a flote la empresa, era común que las compañías tuvieran que lidiar tanto con grupos de influencia legales como con los que no lo eran tanto.

Woobin hizo una pausa. Bora, en silencio, le dio el espacio necesario para continuar.

—Con el tiempo, esas conexiones se hicieron más profundas, y poco a poco mi familia se fue viendo más involucrada en asuntos... turbios. —Woobin apretó los labios—. Es algo que siempre me ha avergonzado.

—¿Por qué te avergüenza?

Woobin la miró un momento, y luego desvió la vista de nuevo hacia el horizonte.

—Muchas personas, por el simple hecho de pertenecer a este mundo... —hizo una pausa—, no me consideran un ser humano. Para ellos, soy solo otro mafioso.

Bora lo miró con suavidad, observando cómo Woobin luchaba con sus propios pensamientos, y decidió intervenir.

—Esa parte de tu vida te ha hecho quién eres. Nunca debes sentir vergüenza de eso.

Woobin dejó escapar una pequeña risa y se rascó la nuca, mirando el río bajo sus pies.

— ¿Sabes? Yijeong me gritó algo muy parecido una vez, justo aquí, cuando estaba en un mal momento por todo esto.

Bora sonrió, esperando que continuara.

—Pero tú... — Woobin hizo una pausa, como si estuviera reuniendo el valor para la siguiente pregunta—. ¿Tú también estás bien con eso? Quiero decir, conocer a alguien como yo, con todo este... peso.

Bora no tardó en responder, con voz firme pero cálida.

—Por supuesto que sí, Woobin. —Lo miró a los ojos, transmitiendo una confianza que lo desarmó por completo—. Estoy aquí porque he llegado a conocerte, a la persona que eres por dentro. Y, sinceramente, eres alguien que merece ser valorado por el corazón que tienes.

Y eso hizo que la barrera que inconscientemente puso Woobin se cayera.

Este suspiró mientras reía.

—Me alegra tanto —dijo susurrando.

Bora se rió al escucharlo, y sin darse cuenta, ninguno de los dos había roto el contacto de sus manos en todo ese tiempo. 

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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Sombras del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora