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Después de mucha insistencia por parte de Yijeong, consiguió que el secretario de Junpyo los ayudara para poder reunirse con él.

Sin embargo, la reunión no salió como ellos esperaban. Junpyo había cambiado mucho y ahora mostraba una actitud fría e indiferente respecto a su relación con Jandi, negando cualquier responsabilidad por la situación. Este comportamiento distante y despreocupado los enfureció, quienes recordaban cómo Junpyo había insistido en iniciar esa relación. La tensión aumentó cuando Yijeong, lleno de rabia, lo confrontó, mientras Woobin intentaba mantener la calma. Tras mucho tiempo sin verse, habían discutido.

Por su parte, Bora y Jandi salieron a recorrer la ciudad con la intención de distraer a Jandi un poco. Sin embargo, Bora notó que Jandi seguía decaída, mostrando pocas señales de entusiasmo. Luego de unas horas, Woobin llamó a Bora para que se reunieran y contarles lo que había sucedido con Junpyo.

Al llegar al punto de encuentro, Jandi, con la mirada perdida, se apoyó en la baranda de un puente y se quedó mirando un anuncio de Junpyo, conteniendo las lágrimas. Bora optó por simplemente acompañarla en silencio, quedándose a su lado.

—¡Jandi, Bora! —llamaron los chicos al llegar.

Ambas se giraron y fue Jandi quien rompió el silencio primero.

—¿Está bien Junpyo? —preguntó, con una sonrisa que claramente no llegaba a sus ojos.

Ninguno de los chicos respondió de inmediato, confirmando las sospechas de Jandi.

—¿Qué sucede? —preguntó inocentemente— ¿Paso algo?

Yijeong fue el primero en hablar.

—No es nada... Excepto por el hecho de que se ha vuelto extraño—dijo, pero Woobin, al notar la expresión de Jandi, puso una mano sobre su hombro para que no continuara.

—¿Qué? —se quejó Yijeong—. Geum Jandi debe saberlo.

Woobin asintió y tomó la palabra, tratando de suavizar la situación.

—Como sabes, muchas cosas han pasado. El estrés tampoco es broma.

—¿Él dice... que no me va a ver? —preguntó Jandi con tristeza.

Ellos quedaron sorprendidos de que ella ya lo supiera.

—No deben preocuparse tanto —añadió Jandi, tratando de sonreír—. No importa lo que sea, vine aquí para escucharlo del propio Gu Junpyo. Tengo que enfrentarlo.

—¡Tu sí que eres Geum Jandi! —Woobin intentó animarla, cambiando el tema abruptamente—. Vaya, el aire de la noche es tan lindo...

Mientras veía el cielo, algo más cruzó por su mente.

—¿No se acuerdan? —dijo ahora mirando a Yijeong y Jihoo.

—¿Qué? —preguntó Yijeong confundido.

—¿Lo que hacíamos aquí cuando éramos jóvenes?

Yijeong y Jihoo se miraron, entendiendo a qué se refería, mientras que Jandi y Bora se mantenían confundidas, sin saber de qué hablaban.


Se pusieron a jugar a las escondidas con máscaras para darle un toque más divertido. Woobin, al perder en "piedra, papel o tijeras", fue el encargado de contar mientras los demás corrían a esconderse. Bora encontró un lugar detrás de unos pilares, un poco más alejados del centro. Ya pasado un buen rato, empezó a escuchar unos sollozos. Siguiendo el sonido, notó que Jandi y Jihoo estaban escondidos a unos metros de ella. Jandi, que había intentado contener sus emociones durante todo el día, finalmente rompió en llanto, buscando consuelo en los brazos de Jihoo.

Luego se percató que Woobin se acercaba, no lo pensó dos veces y corrió hacia él para hacer que la encontrara primero, distrayéndolo y alejándolo de donde estaban Jandi y Jihoo. Permitiendo que Jandi pudiera desahogarse tranquilamente.

Después de que Woobin la "encontrara", la miró con una sonrisa divertida.

—¿Por qué te dejaste atrapar?

—Si no lo hacía, te habrías demorado hasta mañana para encontrarme. —le respondió en tono juguetón.

Woobin soltó una risa ante su comentario y siguió buscando a los demás. Cuando terminaron de jugar, decidieron regresar a su alojamiento para descansar.

En la madrugada, Jihoo despertó a Jandi para que fueran a un lugar, pero Bora no se dio cuenta de su ausencia hasta la mañana siguiente.

Al levantarse, se dirigió a hacer el desayuno; pero se encontró con la sorpresa de que Woobin ya estaba en eso.

—Buenos días —dijo él cuándo notó su presencia.

—Buenos días —le respondió—, no sabía que cocinabas.

—Hay muchas cosas que todavía no sabes de mi—bromeó.

Bora se rió y fue a servir la mesa para que se pudieran sentar.

—¿Y los demás?—preguntó extrañada.

—Jihoo llevó a Jandi con Junpyo, así que tal vez les llevara todo el día. Y Yijeong fue a conseguirnos unos pasajes de vuelta —comentó mientras comía.

Bora solo asintió.

Mientras desayunaban, Woobin se dio cuenta de que nunca había compartido un momento tan cotidiano y tranquilo con una chica.

Algo en él comenzó a relajarse de una manera extraña, pero agradable. Bora, a diferencia de otras chicas con las que hablaba, no transmitía nada más allá de una amistad sincera, y tal vez, pensó Woobin, eso era lo que le permitía sentirse tan cómodo.

Después de terminar, Bora se dirigió a empacar sus cosas. Yijeong le había avisado a Woobin que ya había conseguido un vuelo para esa misma tarde. Jihoo y Jandi regresarían más tarde, así que ellos tres partirían hacia Corea primero.

Durante el vuelo, Woobin no pudo evitar observar a Bora, que estaba completamente absorta en su libro nuevo. Parecía estar en otro mundo, sin preocuparse por lo que sucedía a su alrededor. Mientras la miraba, recordó la discusión con Junpyo.

"Ustedes también conocen chicas y terminan con ellas. ¿Acaso yo no puedo hacerlo? Lo que me están reclamando, ¿no es exactamente lo mismo que está haciendo Woobin con esta chica nueva?"

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Bora, se dio cuenta que la estaba observando. Woobin se disculpó, avergonzado, pero Bora solo negó con la cabeza, indicándole que no le molestaba.

Antes de que Woobin pudiera apartar la mirada, Bora sacó algo de su bolso y se lo ofreció: era un libro.

"Peter Pan".

Una ligera sonrisa se formó en sus labios.

No, ella definitivamente no era como las demás.

Sombras del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora