Sombras del Mafioso

014

Los días pasaron desde que el grupo regresó a Corea, y había llegado el momento de volver a la realidad. Mientras los F4 y Bora comenzaban su primer año en la universidad de Shinhwa, Jandi se preparaba para su último año de secundaria.

Desde su regreso, Woobin y Bora empezaron a verse más seguido; cada vez disfrutaban más de la compañía del otro. Habían desarrollado una conexión natural, y se entendían sin esfuerzo, lo que hizo que su amistad creciera rápido.

Ahora mismo, ambos se encontraban en el patio que unía la universidad con la escuela; se sentaron en un banco que estaba vacío y comenzaron a hablar, como habitualmente hacían.

—¿Así que derecho? No esperaba que eligieras eso —dijo mientras hojeaba el plan de estudio de Bora.

—La verdad es que yo tampoco —respondió tranquilamente. — Pero cuanto más lo pensaba, más me daba cuenta de que el derecho encajaba mejor conmigo.

—¿En serio? —la miró sorprendido.

—Sí, me di cuenta que no es solo memorizar leyes y reglas. Se trata de entender cómo funcionan las sociedades, cómo afectan las decisiones a las personas y cómo podemos cambiar las cosas para mejor. Además, con lo que hacen mis padres, siempre estuve rodeada de conversaciones sobre justicia y diplomacia. Supongo que algo de eso se me pegó.

—Tiene sentido, pero sigue siendo sorprendente —dijo rascándose la cabeza. —¿Y no te estresa todo eso de las leyes y los juicios?

—No realmente. Lo veo como una forma de ayudar a otros, de hacer que las cosas sean más justas. Además, así podré ayudar a mis padres con temas legales, sobre todo en asuntos que involucren a otros países. Es algo que me parece realmente interesante y útil.

Algo que a Woobin le agradaba de Bora era su manera de hablar y expresarse; realmente pensaba que ella veía las cosas de una manera diferente. Como podía percibir a las personas, y se tomaba su tiempo para todo.

Más tarde, cuando Woobin llegó a su casa, uno de sus hombres le entregó un sobre. Era la invitación para el cumpleaños de Junpyo, y al parecer, este año iba a ser especial.

Yijeong le había mencionado que le pidió a Gaeul que llevara a Jandi a la fiesta, con la intención de confirmar si la historia entre Junpyo y ella realmente había terminado. Justo cuando estaba a punto de dirigirse a su oficina, su teléfono comenzó a vibrar. Era Bora.

—¿Bora? —preguntó extrañado. No era habitual que se llamaran tan tarde.

—¿Tú me enviaste esto? —le soltó ella sin preámbulos.

—¿De qué hablas?

—Me llegó una invitación para el cumpleaños de Junpyo. ¿La mandaste tú? —insistió.

Woobin soltó una leve risa, dándose cuenta de la situación.

—Creo que Junpyo quiere conocerte.

Llegó el gran día, y todos estaban expectantes por el tan esperado cumpleaños de Gu Junpyo, el futuro del grupo Shinhwa. Bora, por su parte, seguía indecisa sobre asistir, ya que le parecía extraño ir a la fiesta de alguien con quien no había interactuado antes. Sin embargo, Woobin la convenció, explicándole que si Junpyo la había invitado, era porque realmente quería conocerla. Además, él mismo se aseguró de investigar quién había enviado la invitación, y resultó que Junpyo lo había hecho personalmente, no su madre. Al final, Bora aceptó asistir.

Los F4 fueron los primeros en llegar al evento, seguidos por Jandi, acompañada de Gaeul. Bora apareció justo cuando la celebración estaba por comenzar. Woobin la recibió y le señaló el asiento libre junto a ellos.

Todo parecía transcurrir con normalidad hasta que la madre de Junpyo se acercó a su mesa, pidiéndole a Jandi que tocara el piano como parte del cumpleaños de su hijo. Todos se sorprendieron ante la petición inesperada. Jandi, a pesar de la presión, aceptó tocar y, aunque lo hizo de manera impecable, la madre de Junpyo no perdió la oportunidad de humillarla frente a todos.

Además, como guinda de la torta, presentaron a la prometida de Junpyo. Sin duda, el evento fue especial.

Finalizada la velada, todos se reunieron para hablar de lo sucedido, excepto Bora, que se encontró con algunos conocidos de sus padres.

—El grupo JK —dijo Woobin pensativo—. Esto definitivamente es obra de su mamá.

—¿Es tan poderosa? —preguntó Gaeul, intrigada.

—No realmente en Corea, pero en Estados Unidos está en todos los negocios —explicó Yijeong—. Desde inversiones hasta resorts. No hay nada que no le pertenezca. Es una empresa mundial.

—Debimos investigar más cuando estábamos en Macao —añadió Woobin con cierto pesar.

Justo en ese momento, la madre de Junpyo intervino en la conversación, señalando que Jandi no estaba a la altura de su hijo. Minutos después, apareció Junpyo para confrontarla por el compromiso y para reclamarle a Jandi su presencia en la fiesta. Pero para añadir más tensión, también llegó su prometida, exigiendo explicaciones sobre el compromiso sorpresa.

Junpyo intentó hablar a solas con Jandi, pero en su confusión tomó la mano de su prometida en lugar de la de Jandi. Sin mirar atrás, se detuvo un momento antes de salir.

—Woobin, será para la próxima.

Y sin darse cuenta de que aún sostenía la mano equivocada, salió de la sala.

Después de esa incómoda escena, Yijeong decidió llevar a Gaeul a casa, mientras que Jihoo acompañaría a Jandi. Woobin, por su parte, les informó que se encargaría de investigar más sobre la situación. Se dio la vuelta para dirigirse a la salida, pero se encontró con Bora caminando a su dirección.

—Vaya fiesta —comentó Bora, rompiendo el silencio.

Woobin asintió, recordando lo que Junpyo había dicho minutos antes.

—Junpyo mencionó que la próxima vez tendrán la oportunidad de conocerse apropiadamente —le dijo.

—Bueno, ya sabes, la tercera es la vencida —respondió Bora con una leve sonrisa.

Woobin se ofreció a llevarla a casa y ella aceptó con gusto.

Cuando llegaron, justo antes de bajarse del coche, Bora se giró hacia Woobin y puso una mano en su brazo.

—Ya verás que todo se resolverá a su tiempo.

Woobin le agradeció con la mirada y se despidieron, concluyendo la noche.