"Decisiones Difíciles"

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La mañana había llegado, pero el día parecía más gris que de costumbre. Goku no había regresado a casa desde la noche anterior. Había volado sin rumbo, buscando un lugar donde pudiera pensar, donde pudiera escapar de la realidad que ahora lo abrumaba. Finalmente, encontró refugio en una pequeña montaña, un lugar apartado donde solía entrenar cuando era más joven. Sentado en una roca, con la vista puesta en el horizonte, Goku intentaba asimilar lo que había sucedido. Pero, por más que intentara, el dolor en su pecho no desaparecía.

El guerrero más fuerte del universo, que había enfrentado a dioses y seres poderosos, ahora se sentía completamente impotente. El amor de su vida, la mujer con la que había compartido tantos años, lo había traicionado de una manera que no esperaba. Goku sabía que había cometido errores, que había estado ausente emocionalmente durante mucho tiempo, pero la traición aún lo dolía profundamente.

Horas más tarde...

Goku decidió regresar a casa. Sabía que no podía huir de la situación para siempre. Tenía que enfrentarla, tenía que hablar con Chi-Chi y, aunque le doliera, debía tomar una decisión. Sabía que su relación no podía seguir como hasta ahora. Ya no.

Cuando llegó, la casa estaba en silencio. Chi-Chi lo esperaba en la sala, con los ojos hinchados de tanto llorar. La tensión en el aire era palpable, y el ambiente familiar, que alguna vez había sido cálido y acogedor, ahora se sentía frío y distante.

"Goku..." dijo Chi-Chi con la voz quebrada, pero él la interrumpió antes de que pudiera continuar.

"Chi-Chi, tenemos que hablar," dijo Goku, con una calma que no coincidía con el caos dentro de él.

Ella asintió, sabiendo que este momento era inevitable. Goku se sentó frente a ella, y durante unos segundos, ninguno de los dos habló. Era como si el peso de las palabras que estaban a punto de decir fuera demasiado grande.

"Sé que he estado ausente," comenzó Goku, "sé que no siempre estuve aquí cuando me necesitabas. Mi vida ha girado en torno a las peleas, al entrenamiento, a proteger a todos. Y sé que eso te afectó. Pero nunca pensé que... esto sucedería."

Chi-Chi bajó la mirada, incapaz de mirarlo a los ojos. "Goku, lo siento. Lo siento tanto. No quería que las cosas terminaran así. Solo quería sentirme querida, sentir que era más que solo la esposa de un guerrero que siempre estaba lejos. Pero sé que lo que hice estuvo mal."

Goku cerró los ojos por un momento, luchando contra la ola de emociones que lo invadía. "Sé que fui irresponsable en muchos sentidos. Siempre pensé que estaba haciendo lo mejor al entrenar, al luchar para protegerte a ti y a los chicos. Pero me olvidé de lo más importante: estar aquí, contigo."

Chi-Chi comenzó a llorar de nuevo, pero Goku mantuvo la calma. Sabía lo que tenía que hacer, aunque le rompiera el corazón.

"Chi-Chi, no puedo seguir así. No puedo seguir con esta relación sabiendo lo que pasó. Ya no confío en ti, y creo que tampoco confío en mí mismo para ser el esposo que mereces. Nos hemos distanciado demasiado, y no creo que podamos recuperar lo que teníamos."

Chi-Chi levantó la vista, sus ojos llenos de lágrimas. "¿Estás diciendo que... quieres divorciarte?"

Goku asintió, con una expresión triste pero decidida. "Sí. Creo que es lo mejor para los dos. No quiero que sigas sintiéndote sola, ni quiero que sigas esperando algo de mí que no puedo darte. Mereces ser feliz, Chi-Chi, aunque eso signifique que nuestras vidas tomen caminos diferentes."

Las palabras golpearon a Chi-Chi como una avalancha, pero en el fondo sabía que Goku tenía razón. Ambos se habían lastimado demasiado, y aunque había amor, el daño era irreparable.

"Goku..." murmuró Chi-Chi, temblando. "No sé qué decir."

"No tienes que decir nada," respondió él con suavidad. "Esto es difícil para ambos. Pero sé que es lo correcto."

El silencio volvió a inundar la habitación. Ambos estaban lidiando con la idea de que su matrimonio, que había comenzado con tanto amor y promesas de un futuro juntos, estaba llegando a su fin.

Finalmente, Chi-Chi tomó una respiración profunda. "Si esto es lo que quieres, entonces... lo aceptaré. Solo espero que podamos hacerlo de la mejor manera posible, por Goten y Gohan. Ellos no deben sufrir por nuestros errores."

Goku asintió. "Estoy de acuerdo. Quiero que ellos sepan que siempre estaremos para ellos, sin importar lo que pase entre nosotros."

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Días después...

El proceso de divorcio fue más rápido de lo que Goku había anticipado. Aunque era doloroso, ambos sabían que no había vuelta atrás. Chi-Chi se quedaría con la casa, y Goku seguiría visitando a Goten y Gohan, asegurándose de que ambos niños entendieran que, aunque las cosas entre él y su madre habían cambiado, su amor por ellos seguía siendo incondicional.

El día que Goku firmó los papeles, una sensación de vacío lo invadió. Había perdido muchas batallas en su vida, pero esta derrota era diferente. Era una pérdida personal, un fracaso que no podía medir en términos de poder o fuerza. Mientras sostenía el bolígrafo en su mano, firmando su nombre en el último documento, sintió que una parte de él se desvanecía.

Chi-Chi, aunque devastada, trató de mantenerse firme. Sabía que este era el final de un capítulo importante en sus vidas, pero también entendía que era una oportunidad para ambos de encontrar una nueva dirección.

"Goku..." dijo ella antes de que él se fuera, "gracias por los años que compartimos. A pesar de todo, nunca olvidaré lo que tuvimos."

Goku sonrió con tristeza. "Tampoco yo, Chi-Chi. Fuiste una parte importante de mi vida. Y siempre lo serás."

Con esas palabras, Goku dejó la casa que había sido su hogar durante tanto tiempo. No sabía qué le deparaba el futuro, pero una cosa era clara: su vida estaba a punto de tomar un rumbo diferente, uno que no había previsto. Y aunque el dolor de la separación lo acompañaría por un tiempo, sabía que tenía que seguir adelante.

Continúa...

"Dos Almas Guerreras" [Goku x Caulifla]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora