"Un Nuevo Sentimiento"

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Después de su separación de Chi-Chi, Goku se sentía como si hubiera perdido una parte de sí mismo. Aunque siempre había sido alguien que buscaba entrenar y luchar, la vida familiar había sido una constante en su vida, un lugar al que siempre podía regresar. Ahora, con esa parte desvanecida, no sabía muy bien cómo continuar.

Había pasado algunas semanas desde el divorcio. Goku había estado entrenando solo, alejándose de todo para reflexionar sobre su vida. Pasaba días en las montañas, entrenando su cuerpo y su mente, pero algo lo distraía, algo que no terminaba de comprender.

Cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Caulifla aparecía en su mente.

Desde ese día que hablaron y tuvieron su pelea, Caulifla había sido una presencia constante en sus pensamientos, pero hasta ahora, Goku siempre había asumido que era simplemente respeto y admiración por su fuerza. Después de todo, ella era una Saiyajin como él, apasionada por las peleas y siempre buscando ser más fuerte. Su energía era contagiosa, y sus entrenamientos juntos habían sido algunos de los momentos más emocionantes que había vivido.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Goku se dio cuenta de que había algo más. Algo más profundo, que iba más allá de la simple camaradería o competencia. Sentía una conexión con Caulifla que no podía explicar. Era como si ella lo entendiera de una manera que pocos podían, como si compartieran una parte de su esencia Saiyajin que iba más allá de las palabras.

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Un día, mientras entrenaba en el desierto, Goku sintió una energía familiar acercándose. Sonrió al instante, reconociendo el ki de Caulifla. No la había visto desde esa última pelea, pero siempre había tenido la esperanza de volver a pelear con ella.

Caulifla aterrizó frente a él, con esa misma sonrisa desafiante que siempre llevaba. "¡Ey, Goku! He escuchado que has estado entrenando solo. ¿Qué? ¿Te has olvidado de tus amigos del Universo 6?"

Goku sonrió de vuelta. "No me olvido de los buenos oponentes, Caulifla. ¿Vienes a entrenar o a buscar pelea?"

Ella rió con arrogancia. "Las dos cosas, obviamente. Pero también vine porque... bueno, supongo que quería ver cómo estabas. Escuché que las cosas no han ido bien con tu esposa."

Goku bajó la mirada por un momento. Aún era difícil hablar de eso, pero con Caulifla, de alguna manera, sentía que no tenía que ocultar nada. "Sí, Chi-Chi y yo... nos divorciamos. No fue fácil, pero creo que fue lo mejor."

Caulifla cruzó los brazos, mirándolo con una mezcla de interés y preocupación. "Sabes, Goku, aveces eres raro. Siempre te he visto como el tipo que solo piensa en pelear, pero... eres más que eso, ¿no?"

Goku la miró, sorprendido por sus palabras. "¿Qué quieres decir?"

"Digo que siempre pensé que tu vida giraba solo en torno a las peleas, pero parece que te importa mucho más de lo que dejas ver. Esa es una parte que descubrí desde nuestra charla anterior."

Por un momento, Goku se quedó en silencio. Nunca había pensado en sí mismo de esa manera. Para él, las peleas siempre habían sido el centro de su vida, pero ahora, con la separación de Chi-Chi y el vacío que sentía, comenzaba a darse cuenta de que también había otras cosas que lo movían.

"Es complicado," dijo finalmente. "Siempre he querido hacerme más fuerte, proteger a los que me importan. Pero a veces... creo que no soy bueno en otras cosas."

Caulifla lo observó detenidamente. "No te subestimes, Goku. Eres más fuerte de lo que piensas. Y no me refiero solo a lo físico."

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El momento de claridad

Los días pasaron, y Goku y Caulifla comenzaron a entrenar juntos con más frecuencia. Cada sesión de entrenamiento se sentía diferente, más intensa, pero también más conectada. Había una energía entre ellos que ambos sentían, pero ninguno mencionaba. Cada vez que intercambiaban golpes, había algo en el aire, algo que Goku no podía ignorar más.

Un día, después de una larga jornada de entrenamiento, ambos se sentaron en una roca cerca de un arroyo, agotados pero satisfechos. El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Goku, mirando el horizonte, sintió una calma que no había sentido en mucho tiempo.

"Sabes, Caulifla, siempre he disfrutado pelear contigo," dijo, rompiendo el silencio.

Ella sonrió, pero esta vez no fue la sonrisa desafiante de siempre, sino una más suave. "Sí, tú también eres un buen oponente. Pero no es solo eso, ¿verdad? Hay algo más."

Goku la miró, sorprendido por su intuición. "¿Qué quieres decir?"

Caulifla suspiró, su habitual arrogancia desvaneciéndose por un momento. "Desde esa batalla, he sentido que hay algo entre nosotros, algo que va más allá de ser simples Saiyajins que disfrutan pelear. Sé que lo sientes también."

Goku se quedó en silencio. Nunca había sido bueno para expresar lo que sentía, pero en ese momento, supo que Caulifla tenía razón. Había algo más. Algo que había estado creciendo dentro de él, una sensación que había comenzado como admiración y respeto, pero que ahora se sentía más como... amor.

"Sí," admitió finalmente, con una seriedad que rara vez mostraba. "Lo siento. No sabía cómo ponerle palabras, pero... creo que me importas más de lo que pensaba."

Caulifla lo miró fijamente, y por primera vez, Goku vio una vulnerabilidad en sus ojos que rara vez mostraba. "Goku... yo también. Nunca pensé que me sentiría así por alguien, y menos por ti, un tipo tan despistado y tan centrado en las peleas. Pero hay algo en ti... que me hace querer estar cerca."

Goku sonrió, sintiendo una calidez en su pecho que no había sentido en mucho tiempo. No sabía cómo había sucedido, pero había descubierto algo nuevo dentro de él, un sentimiento que no se basaba solo en la lucha o el poder, sino en una conexión más profunda.

"Caulifla..." dijo suavemente, sin saber exactamente cómo expresar lo que sentía, pero sabiendo que no tenía que decir mucho más. Ambos lo entendían. Habían encontrado algo más allá de la rivalidad, algo que no necesitaba ser explicado.

Caulifla sonrió de vuelta, esta vez con una sinceridad que pocas veces mostraba. "Bueno, no sé a dónde nos llevará esto, pero supongo que podemos descubrirlo juntos, ¿no?"

Goku asintió. "Sí, juntos."

Y en ese momento, mientras el sol se ponía en el horizonte, Goku supo que, por primera vez en mucho tiempo, había encontrado algo más que una razón para pelear. Había encontrado a alguien con quien compartir esa pasión, y quizás, mucho más.

Continúa...

"Dos Almas Guerreras" [Goku x Caulifla]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora