"Un Encuentro Inesperado"

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El sol brillaba intensamente sobre la Tierra, y Goku, como siempre, había regresado a su hogar después de su última aventura en el Universo 6. Sin embargo, había algo diferente en su energía. Su mente no dejaba de pensar en la pelea con Caulifla y en las palabras de Vegeta. Lo que sentía no era solo emoción por el combate; había algo más, algo que lo inquietaba y lo hacía sentir confuso.

Mientras se acercaba a su casa en el campo, Goku aterrizó suavemente en el patio delantero. Desde adentro, el sonido de una olla hirviendo y el golpeteo de utensilios le indicaron que Chi-Chi estaba cocinando. Él sonrió, sabiendo que un buen plato de comida lo esperaba.

"¡Goku!" La voz de Chi-Chi resonó desde la cocina. "¡Al fin regresas! ¿Dónde te habías metido? He estado cocinando todo el día, y Pan quería verte."

Goku entró a la casa con una sonrisa. "Lo siento, Chi-Chi, estuve entrenando en otro universo. Ya sabes cómo soy."

Chi-Chi apareció en la puerta de la cocina, con los brazos cruzados y una ceja levantada. "¿Otro universo, dices? ¿Y cómo fue? No me digas que estuviste peleando todo el tiempo, ¿verdad?"

Goku rascó su cabeza, un poco nervioso. "Sí... tuve algunas peleas, pero todas fueron muy buenas, ¡mejoré mucho!"

Chi-Chi suspiró y se acercó a él. "Goku, sabes que siempre te apoyo en lo que haces, pero ¿alguna vez piensas en descansar? La familia también es importante, ¿no crees?"

La pregunta lo tomó por sorpresa. No era raro que Chi-Chi le hablara sobre pasar más tiempo en casa, pero en ese momento, después de todo lo que había pasado con Caulifla, sus palabras lo golpearon de manera diferente. Una sensación de culpa se deslizó en su pecho.

"Lo sé, Chi-Chi," respondió Goku, bajando la mirada por un segundo. "Intento estar aquí, pero... siempre siento que hay algo que debo mejorar. Es difícil explicarlo."

Chi-Chi lo miró con una mezcla de comprensión y frustración. "Goku, he estado contigo durante muchos años, y sé que tu vida está llena de peleas y entrenamiento. Pero a veces me pregunto si realmente entiendes lo que tienes aquí. Tienes una familia que te necesita, no solo para que seas más fuerte, sino para que estés presente."

Goku, por primera vez en mucho tiempo, sintió el peso de sus palabras. Mientras Chi-Chi volvía a la cocina, una imagen de Caulifla apareció en su mente. Esa intensidad, esa pasión por la pelea, pero también algo más profundo que había visto en ella. ¿Era eso lo que lo mantenía tan distraído? ¿Podía ser que estuviera sintiendo algo que no había experimentado antes?

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Más tarde esa tarde...

Después de comer, Goku decidió salir a caminar por los alrededores. La charla con Chi-Chi lo había dejado pensativo, algo inusual en él. Mientras caminaba por los campos cercanos a su casa, recordó su tiempo con Caulifla y Kale. Pensaba en cómo había conectado con Caulifla de una forma diferente a otros oponentes.

"Tal vez Vegeta tenía razón," murmuró para sí mismo. "Es más que solo pelear. Caulifla... ella me hace sentir algo que no puedo describir."

De repente, una voz firme rompió sus pensamientos. "¿De qué estás hablando, Goku?"

Se giró rápidamente y vio a Chi-Chi de pie a unos metros de distancia. Tenía los brazos cruzados y una expresión que era difícil de leer. Goku se sorprendió; no la había sentido acercarse, lo cual era extraño para él.

"Eh... Chi-Chi, no es nada. Solo estaba pensando en la pelea que tuve en el Universo 6," dijo Goku, intentando sonar casual.

Chi-Chi lo miró detenidamente. "He notado que estás distraído desde que llegaste. Y ahora hablas de esa pelea. ¿Tiene algo que ver con esa chica Saiyajin de la que escuché? ¿Caulifla, se llamaba?"

Goku sintió una punzada de sorpresa, pero no lo mostró. "Sí, peleé con ella. Es increíblemente fuerte."

Chi-Chi se quedó en silencio por un momento, observando la reacción de su esposo. Sabía que Goku siempre estaba emocionado por las peleas, pero había algo diferente en la forma en que hablaba de Caulifla.

"¿Es solo su fuerza lo que te tiene tan distraído, Goku?" preguntó Chi-Chi, con un tono más suave pero aún firme. "Porque la forma en que hablas de ella es diferente. No es como cuando hablas de Vegeta o de cualquier otro oponente."

Goku se quedó callado, sin saber exactamente cómo responder. ¿Qué era lo que lo tenía tan inquieto? Sabía que la pelea con Caulifla había sido increíble, pero había algo más. Algo que no podía identificar por completo.

"Chi-Chi... no sé qué es," admitió finalmente, con un tono más serio de lo habitual. "Peleé con Caulifla, y fue una de las mejores batallas que he tenido. Pero siento que ella... me hace cuestionarme cosas. No solo sobre las peleas, sino sobre mí mismo."

Chi-Chi se acercó a él, mirándolo con una mezcla de comprensión y preocupación. "Goku, entiendo que la pelea es parte de ti, y que siempre buscas mejorar. Pero también debes recordar lo que tienes aquí. Tienes una familia, y yo te necesito tanto como los demás."

Goku la miró a los ojos, viendo la sinceridad en su rostro. Por primera vez, se dio cuenta del impacto que su vida de luchas constantes estaba teniendo en Chi-Chi. Había estado tan enfocado en entrenar y pelear, en superar sus propios límites, que tal vez había dejado de lado lo que realmente importaba.

"Chi-Chi, lo siento," dijo con sinceridad. "Nunca he querido que te sientas así. Sabes que me preocupo por ti y por Goten, por Gohan y Pan. A veces me pierdo en todo esto del entrenamiento, pero no significa que no valore lo que tengo aquí."

Chi-Chi asintió lentamente. "Lo sé, Goku. Solo quiero que recuerdes eso. No quiero que otra persona te distraiga de lo que tenemos."

Goku entendió lo que Chi-Chi quería decir. Aunque sus sentimientos hacia Caulifla eran confusos, sabía que su corazón pertenecía a su familia, a Chi-Chi. Caulifla era una rival fuerte, una Saiyajin con la que había conectado, pero eso no debía cambiar lo que tenía en su vida aquí en la Tierra.

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Esa noche...

Goku y Chi-Chi se sentaron en silencio en la sala de su casa, con la tranquilidad de la noche envolviéndolos. Goku miró a su esposa, sintiendo una nueva apreciación por todo lo que ella había hecho por él a lo largo de los años. A pesar de sus diferencias, siempre había estado ahí para él, apoyándolo, incluso cuando él estaba perdido en sus propios desafíos.

"Chi-Chi," dijo Goku, rompiendo el silencio, "prometo que voy a estar más presente. No quiero que sientas que no te doy la importancia que mereces."

Chi-Chi lo miró sorprendida, y una suave sonrisa apareció en su rostro. "Eso es todo lo que te pido, Goku. Solo quiero que no te olvides de nosotros."

Goku asintió. Aunque el vínculo con Caulifla seguía siendo fuerte, sabía que su lugar estaba con Chi-Chi y su familia. Tenía claro que su pasión por pelear siempre estaría ahí, pero también comprendía que el amor y el apoyo de su familia eran igual de importantes.

Mientras las estrellas brillaban en el cielo nocturno, Goku supo que, a pesar de las batallas que le esperaban, había encontrado un equilibrio entre la lucha y su vida familiar. Y aunque el camino con Caulifla aún no había terminado, siempre recordaría lo que realmente era más importante.

Continúa...

"Dos Almas Guerreras" [Goku x Caulifla]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora