La noche había caído completamente sobre Sadala, y aunque el cansancio comenzaba a instalarse en el cuerpo de Caulifla, su mente no encontraba descanso. El entrenamiento del día había sido agotador, pero cada golpe, cada ráfaga de energía, cada pensamiento, la conducía siempre al mismo punto: Goku.
Se encontraba sentada en una roca, observando el firmamento. A su lado, Kale, quien aunque cansada, no se alejaba ni un centímetro de su líder.
"¿Todavía piensas en él?" preguntó Kale con su voz suave y vacilante.
Caulifla bufó, apartando la mirada, incómoda ante la pregunta. "¡No es eso! Solo estoy pensando en... cómo vencerlo. Es todo."
Kale sonrió ligeramente. Había aprendido a no presionar demasiado a Caulifla, pero no podía ignorar lo evidente. "Sabes, no tiene nada de malo admirarlo. Goku es increíble, y tú también lo eres. Él solo te está empujando a ser más fuerte."
Caulifla apretó los dientes. Sabía que Kale tenía razón, pero admitirlo en voz alta se sentía como una especie de derrota. "No quiero que nadie me empuje. Yo misma puedo volverme más fuerte."
Sin embargo, una pequeña parte de ella no podía negar lo evidente: Goku no solo la motivaba, sino que despertaba algo más en su interior. Un sentimiento que le resultaba extraño, incómodo, pero que también la llenaba de una energía que nunca antes había sentido.
"¿Por qué tiene que ser él?", pensó, frustrada. No era solo su fuerza lo que la impresionaba, sino también su manera de ser. La forma en que él la miraba, con esa mezcla de confianza y despreocupación, como si supiera que ella alcanzaría su nivel tarde o temprano. Esa fe que él tenía en ella... la hacía sentir extraña.
---
En el Universo 7, Tierra...
Goku estaba en la Montaña Paoz, descansando después de su entrenamiento con Vegeta. Las estrellas brillaban en el cielo claro, y aunque su cuerpo estaba agotado, su mente seguía activa. Pensaba en Caulifla.
Había entrenado con muchos guerreros a lo largo de los años, pero algo en Caulifla lo había impactado. No era solo su espíritu de lucha, era su determinación, su insaciable hambre de poder. Le recordaba a sí mismo en sus inicios, pero con un fuego que ardía de manera diferente.
"Es increíble lo fuerte que es," murmuró para sí mismo. "Y cómo sigue creciendo... Cada vez que peleamos, siento que me está alcanzando."
Goku no era alguien que soliera pensar demasiado en el porqué de las cosas. Para él, el combate siempre había sido algo natural, un lenguaje en el que las palabras no eran necesarias. Pero con Caulifla, había algo más. Una conexión que iba más allá de los puños y las explosiones de energía.
De repente, recordó la intensidad con la que ella lo miraba en el último entrenamiento. Esa mezcla de desafío y algo más profundo. Goku no era el mejor en interpretar emociones, pero podía sentir que había algo especial en ella. Algo que lo hacía querer volver al Universo 6 una y otra vez.
---
De vuelta en Sadala...
Los días pasaron, y el entrenamiento continuó. Caulifla se esforzaba más que nunca, empujándose al límite en cada sesión, superando obstáculos y encontrando nuevas formas de potenciar su fuerza. Kale, siempre fiel, la acompañaba en cada paso, pero notaba que algo dentro de Caulifla había cambiado.
"Estás diferente," comentó Kale un día mientras descansaban.
Caulifla, que estaba bebiendo agua de un arroyo cercano, levantó la vista. "¿Diferente? ¿Cómo?"
Kale la miró fijamente. "No sé, parece que... entrenas con más determinación, pero también te veo distraída. Es como si algo estuviera en tu cabeza constantemente."
Caulifla no respondió de inmediato. Sabía que Kale tenía razón, pero no quería admitirlo. No quería reconocer que Goku estaba en su mente más de lo que debería. Que el simple hecho de pensar en él la hacía querer ser mejor. No solo por ella, sino por algo más. Por él.
"Solo estoy concentrada en volverme más fuerte," replicó finalmente, con un tono que no convenció ni a ella misma.
Pero la verdad era que la idea de Goku no la dejaba en paz. Cada vez que cerraba los ojos, lo veía. Lo veía sonriendo, invitándola a pelear de nuevo, animándola a romper sus límites. Y eso la enfurecía y la motivaba a partes iguales.
---
Unos días después, en la Tierra...
En la Corporación Cápsula, Bulma había preparado una gran comida para celebrar una nueva invención, y, como siempre, Goku estaba entre los invitados. Sin embargo, mientras todos disfrutaban y charlaban animadamente, Goku estaba perdido en sus pensamientos. Vegeta, sentado a su lado, lo observó con el ceño fruncido.
"Kakarotto, ¿de qué estás tan distraído ahora?" preguntó, molesto por la evidente desconcentración de su rival.
Goku, con la boca llena de comida, respondió de manera desganada. "Solo pensaba en... Caulifla."
Vegeta rodó los ojos. "¿Otra vez esa Saiyajin del Universo 6? ¿No puedes pensar en otra cosa?"
Goku dejó el plato a un lado y se recostó en la silla, pensativo. "Es que... es muy fuerte, Vegeta. Y sigue mejorando. Me pregunto hasta dónde puede llegar."
Vegeta cruzó los brazos. "Hmph, no me sorprende que te intrigue. Esa chica tiene potencial. Pero si sigues pensando en ella, solo demostrarás que te está afectando más de lo que debería."
Goku rió. "No es eso. Es solo que... siento que hay algo más que solo fuerza. Es como si cuando peleamos, hubiera algo más que no puedo entender."
Vegeta lo observó por un momento antes de bufar. "Bah, siempre tan ingenuo. Lo que pasa, Kakarotto, es que has encontrado una rival digna que te hace sentir algo más que solo el deseo de pelear. No te sorprendas si terminas más involucrado de lo que crees."
Goku frunció el ceño, confundido por las palabras de Vegeta. "¿Involucrado? ¿A qué te refieres?"
Vegeta simplemente sonrió, satisfecho de haber dejado a Goku con una pregunta que ni siquiera él podría responder fácilmente.
---
De vuelta en Sadala...
Caulifla, sin descanso, continuaba entrenando, pero su corazón estaba inquieto. Finalmente, después de días de lucha interna, tomó una decisión. Se giró hacia Kale, con una mirada determinada.
"Voy a encontrar a Goku."
Kale, sorprendida, levantó una ceja. "¿Qué? ¿Por qué?"
Caulifla apretó los puños, su corazón latiendo más rápido de lo normal. "Necesito entender esto. Necesito enfrentarme a él de nuevo. No solo para pelear, sino para... descubrir qué es lo que realmente siento."
Y así, con esa decisión ardiendo en su interior, Caulifla estaba lista para embarcarse en un nuevo viaje, uno que la llevaría a enfrentar no solo a Goku, sino también a los sentimientos que había evitado durante tanto tiempo.
Continuará...
ESTÁS LEYENDO
"Dos Almas Guerreras" [Goku x Caulifla]
RomanceDespués de la derrota de Jiren y el regreso de la paz a los universos, Goku no puede olvidar a una guerrera en particular: Caulifla, la Saiyajin del Universo 6. Mientras tanto, Caulifla siente una admiración creciente por el Saiyajin que la venció y...