"Sentimientos en el Fragor de la Batalla"

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El aura de Caulifla, envuelta en la transformación del Super Saiyajin 2, crepitaba con energía pura. Su cabello brillaba con un dorado intenso, y chispas eléctricas recorrían su cuerpo. Goku, aún en su forma de Super Saiyajin, la observaba con una sonrisa de satisfacción. Sabía que esta pelea había superado el simple enfrentamiento físico, y ahora era una lucha donde ambos buscaban respuestas.

"¡Caulifla!" gritó Goku mientras cargaba hacia ella con una velocidad abrumadora, preparándose para un ataque directo.

Pero Caulifla estaba lista. sus reflejos se habían agudizado, y con un grito de pura determinación, esquivó el golpe de Goku en el último segundo, contraatacando con un puñetazo directo a su abdomen. El impacto resonó como un trueno, enviando a Goku varios metros hacia atrás.

"¡Esa fue buena!" exclamó Goku, recuperando el equilibrio en el aire, aún con su sonrisa característica.

Caulifla, con su respiración agitada, pero con una expresión de pura concentración, lo miró desafiante. "No me subestimes, Goku. No soy la misma de la última vez."

Goku asintió, admirando el espíritu de lucha de Caulifla. "Lo sé. Y por eso me encanta pelear contigo."

Caulifla sintió cómo esas palabras resonaban dentro de ella. Había algo en la forma en que Goku hablaba, en su mirada sincera, que despertaba algo más allá del deseo de pelear. Ese sentimiento que la había estado atormentando desde que lo conoció volvía a su mente. No era solo el deseo de ser más fuerte. Era algo más, algo que no sabía cómo manejar.

Ambos se lanzaron nuevamente el uno contra el otro, intercambiando golpes con una velocidad y poder que hacían temblar el aire. Cada impacto creaba ondas de choque que se extendían por el área, arrancando árboles y levantando polvo del suelo.

Pero en medio de la violencia de la batalla, había una extraña armonía. Era como si, a pesar de los golpes, hubiera una conexión más profunda entre ambos, algo que ni Goku ni Caulifla podían negar.

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Desde el borde del campo de batalla, Kale observaba con el corazón acelerado.

Sabía que esta pelea significaba más para Caulifla de lo que ella admitía. Kale, siempre a su lado, había visto cómo su amiga había cambiado desde su encuentro con Goku. Pero ahora, esa conexión era evidente. Kale no podía evitar sentir una mezcla de emociones: orgullo por la fuerza de Caulifla, pero también una sensación de pérdida al darse cuenta de que algo entre Goku y Caulifla era diferente. Algo que ella, como su amiga más cercana, no podía entender completamente.

"Caulifla..." murmuró Kale, apretando sus puños mientras su energía comenzaba a agitarse en respuesta a sus emociones.

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De vuelta en la batalla, Goku y Caulifla seguían luchando con una intensidad inquebrantable.

Caulifla lanzó una patada giratoria hacia la cabeza de Goku, pero él la bloqueó con su antebrazo, contraatacando con una ráfaga de energía que Caulifla apenas pudo desviar. Ambos se apartaron por un momento, jadeando y evaluando la situación.

"Caulifla, tienes algo especial," dijo Goku, con una expresión más seria. "Cada vez que peleo contigo, siento que me empujas más allá de mis límites. No es solo tu poder, sino tu determinación... y algo más que no puedo explicar."

Caulifla se quedó inmóvil por un segundo, sintiendo su corazón acelerarse ante esas palabras. ¿Podría ser que Goku también sentía lo mismo que ella? ¿Que no era solo la lucha lo que los mantenía conectados?

"Yo... tampoco lo entiendo, Goku," admitió finalmente, con una sinceridad que sorprendió incluso a ella misma. "Pensé que era solo porque quería superarte, pero hay algo en ti... que no puedo dejar de pensar."

Goku, sin ser del todo consciente de lo profundo de la confesión de Caulifla, simplemente asintió, pero su mirada era más suave ahora. "Tal vez lo que sentimos no se trata solo de pelear. Tal vez es algo más que no hemos descubierto todavía."

Caulifla respiró profundamente, intentando calmar el torbellino en su pecho. "Goku, no sé qué es lo que pasa entre nosotros, pero sé que no puedo dejar que eso me debilite. ¡Voy a seguir luchando hasta el final, y voy a superarte!"

Goku asintió, volviendo a su postura de combate. "Eso es lo que quiero escuchar. Vamos a pelear hasta que los dos lleguemos a nuestro límite."

Con renovada determinación, ambos guerreros cargaron sus energías una vez más, listos para darlo todo. Las auras de Caulifla y Goku se entrelazaron en el aire, creando una tormenta de poder que sacudía el terreno bajo sus pies. El cielo, oscurecido por las nubes de ki, reflejaba la intensidad del combate que estaba a punto de alcanzar su clímax.

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De repente, una nueva presencia se hizo sentir en el campo de batalla.

Era poderosa, familiar, pero también inestable. Goku y Caulifla detuvieron su pelea abruptamente cuando un estallido de energía resonó desde donde Kale estaba observando. Ambos voltearon al mismo tiempo, viendo cómo Kale, ahora rodeada por un aura brillante y violenta, comenzaba a perder el control de su poder.

"Kale... ¡no!" gritó Caulifla, corriendo hacia su amiga.

Kale, con los ojos desorbitados y su cuerpo temblando por la energía desatada, estaba al borde de una transformación completa. El poder de la furia legendaria que la hacía perder el control se estaba desatando, y la intensa conexión entre Caulifla y Goku parecía haber desencadenado algo en ella.

"Kale, ¡calma! Estoy aquí," dijo Caulifla, poniéndose frente a ella, pero Kale no parecía escucharla.

Goku, sintiendo el peligro inminente, también se acercó, pero manteniendo cierta distancia, sabiendo lo inestable que Kale podía ser cuando alcanzaba ese estado. "Caulifla, su poder es demasiado inestable. Si no hacemos algo, va a destruir todo a su alrededor."

Caulifla miró a Goku, sus ojos llenos de preocupación por su amiga. "Déjamelo a mí, Goku. Yo puedo detenerla."

Con decisión, Caulifla se acercó más a Kale, quien ahora parecía estar en el borde de un colapso emocional. La rabia y la tristeza de Kale la estaban consumiendo, pero Caulifla sabía que había una manera de llegar a ella. "Kale, mírame. Estoy aquí. No estás sola."

Kale, con su respiración agitada, finalmente enfocó su mirada en Caulifla. Por un momento, la furia en sus ojos pareció calmarse.

"Caulifla..." susurró Kale, con lágrimas acumulándose en sus ojos.

Caulifla sonrió suavemente, poniendo una mano en el hombro de Kale. "Estoy contigo. Siempre lo estaré."

El poder de Kale comenzó a disminuir, y con un último suspiro tembloroso, su aura se calmó. Goku observó en silencio, admirando la conexión profunda que Caulifla tenía con Kale. Era evidente que entre ellas existía un vínculo inquebrantable, algo que iba más allá de la simple amistad.

"Gracias, Caulifla..." murmuró Kale, mientras Caulifla la ayudaba a mantenerse en pie.

Goku sonrió al ver cómo la situación se resolvía. "Tienes una gran amiga, Caulifla."

Caulifla, con una sonrisa más relajada, respondió: "Sí, lo sé."

El ambiente, aunque aún cargado de energía, se había calmado. La batalla entre Goku y Caulifla había terminado, pero algo más profundo había sido comprendido.

Continuará...

"Dos Almas Guerreras" [Goku x Caulifla]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora