"Dos Almas Guerreras" [Goku x Caulifla]

"Un Combate más allá de la fuerza"

El aire crepitaba con la energía desatada por los dos Saiyajin. Caulifla y Goku se movían tan rápido que eran apenas sombras, impactando el uno contra el otro con una fuerza que sacudía la tierra. Kale observaba desde lejos, con los ojos brillantes de admiración y nerviosismo. Sabía que este combate no era como los anteriores. Algo había cambiado, y no solo en términos de poder.

Caulifla, en su forma de Super Saiyajin, lanzó una serie de golpes directos, pero Goku, en su Super Saiyajin, los esquivaba con agilidad. Cada movimiento de Goku era fluido, como si pudiera anticipar los ataques de Caulifla antes de que siquiera los pensara.

"¡No creas que voy a caer en los mismos trucos!" gritó Caulifla, retrocediendo y cargando su ki para lanzar una poderosa onda de energía.

"¡Eso es lo que quiero ver!" exclamó Goku, emocionado por la creciente fuerza de su oponente.

La explosión de energía resonó en todo el campo, pero cuando el humo se disipó, Goku estaba ileso, flotando sobre ella con su clásica sonrisa confiada.

"¡No me subestimes!" gritó Caulifla, aumentando su energía. Su cabello dorado brilló aún más, y por un momento, se transformó en Super Saiyajin 2. Sabía que para superar a Goku, tendría que darlo todo. Pero lo que no podía dejar de preguntarse mientras peleaban era por qué, con cada golpe y cada choque de fuerzas, algo dentro de ella se removía más allá de la adrenalina del combate.

Goku, observando el cambio en el aura de Caulifla, sonrió de manera aprobatoria. "Estás mejorando rápido, Caulifla. ¡Me gusta esa energía! Pero si quieres alcanzarme, tendrás que esforzarte aún más."

Caulifla gruñó, frustrada por esa eterna distancia entre ambos. No solo quería igualarlo, quería superarlo. Pero cada vez que lo intentaba, algo más surgía en su interior, una especie de confusión que no sabía cómo controlar. "¡Cállate y pelea!" gritó, lanzándose hacia él con una velocidad impresionante.

El choque de fuerzas fue brutal. Ambos se intercambiaban golpes a velocidades extremas, pero en medio de la furia, Caulifla se dio cuenta de algo: cuanto más luchaba contra Goku, más conectada se sentía con él. No era solo por la pelea, no era solo por el poder. Había algo en la forma en que él la miraba, esa mezcla de desafío y respeto, que la hacía sentir vulnerable y poderosa al mismo tiempo.

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En la distancia, Kale observaba con preocupación.

Sentía que Caulifla estaba perdiendo el control, pero no en el mal sentido. Parecía que la intensidad de sus emociones estaba afectando su energía, haciéndola más inestable, pero también más poderosa. Kale conocía a Caulifla lo suficiente como para saber que no se trataba solo de la pelea. Había algo más en juego, algo más personal.

"Caulifla..." murmuró Kale para sí misma. Sentía su propia energía revolverse, queriendo intervenir para proteger a su amiga, pero sabía que no debía interferir. Este era un combate que Caulifla necesitaba terminar por sí misma.

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De vuelta en el campo de batalla, la intensidad aumentaba.

Caulifla estaba dando todo lo que tenía, empujando sus límites una vez más. Pero algo la frenaba. No era la falta de poder, sino la confusión en su corazón.

Finalmente, tras un golpe particularmente fuerte de Goku que la hizo retroceder varios metros, Caulifla cayó de rodillas, respirando pesadamente. Su cuerpo estaba agotado, pero su mente estaba aún más desordenada. Miró a Goku, quien también había dejado de atacar, mirándola con una mezcla de curiosidad y respeto.

"¿Qué pasa, Caulifla?" preguntó Goku, notando el cambio en su actitud. "¿Por qué te detienes?"

Caulifla apretó los dientes, luchando contra las palabras que no quería decir, pero que sentía necesarias. "¿Por qué me haces sentir así, Goku?" murmuró, con la mirada clavada en el suelo. "No es solo la pelea... no es solo que seas fuerte. Hay algo en ti que no puedo entender. Y no puedo seguir peleando sin saber qué es."

Goku, desconcertado, se rascó la cabeza. No era bueno con este tipo de conversaciones, pero sabía que Caulifla estaba lidiando con algo importante. "Bueno... yo también siento algo extraño cuando peleamos. Es como si... me motivaras de una manera diferente. No solo por ser fuerte, sino porque quiero que tú también lo seas. Tal vez eso es lo que sientes."

Caulifla levantó la vista, con los ojos llenos de una mezcla de frustración y sorpresa. "No es solo eso. Es más... más que solo querer ser más fuerte. ¡Es algo que no entiendo, y me está volviendo loca!"

Goku la observó en silencio por un momento, tratando de encontrar las palabras correctas. Finalmente, sonrió de manera cálida y sincera, una sonrisa que había desarmado a muchos antes. "Tal vez no necesitas entenderlo ahora. Tal vez solo necesitas dejar que suceda. Nosotros los Saiyajin no somos muy buenos con los sentimientos, ¿verdad?"

Caulifla lo miró, sintiendo que sus palabras, aunque simples, tenían mucho más peso del que parecía. "Tch, tal vez tienes razón. Eres un idiota... pero quizás eso es lo que me gusta de ti," dijo, bajando la mirada por un instante, sintiéndose vulnerable por primera vez en mucho tiempo.

Goku se sorprendió al escuchar esas palabras, pero en lugar de sentirse incómodo, sonrió aún más. "Bueno, si eso te ayuda a pelear mejor, entonces genial. Porque a mí también me gusta cómo peleas."

Caulifla se levantó lentamente, todavía jadeando por el cansancio, pero con una renovada energía. Su corazón aún estaba desordenado, pero algo en ella se sentía más en paz. "De acuerdo, Goku. No sé qué es lo que siento, pero no voy a dejar que eso me detenga. ¡Vamos a terminar esta pelea!"

Goku asintió, asumiendo de nuevo su posición de combate. "Eso es lo que quería escuchar."

Con una sonrisa desafiante en el rostro, Caulifla desató todo su poder, su cabello chispeando con energía eléctrica mientras se transformaba en la forma de Super Saiyajin 2. Goku, sonriendo como siempre, también aumentó su ki, preparándose para el ataque final.

Ambos se lanzaron el uno contra el otro, pero esta vez, el combate no era solo por la fuerza o por el orgullo. Era algo más profundo, una batalla para entender lo que sus corazones aún no podían descifrar.

Continuará...