A Través de la Máscara| Wonhui

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- ¿Tú como estas tan seguro de eso? - me retó con una mirada divertida plasmada en su rostro.

- No sé, tú dime si me equivoco - él cruzó sus brazos.

- Tú mismo lo has dicho antes, solo hago mi trabajo - bajé mi mirada y recorrí su cuerpo completo con mis ojos. No me había dado cuenta que tenía una bata blanca con una lencería que era tapada por la misma bata.

- ¿Te vestiste así para mí? - sus mejillas comenzaron a teñirse rojizas.

- Es s-solo para provocar y atraer clientes.

- Pues sí funciona - comencé a acercarme peligrosamente a él.

Traía puesto un antifaz plateado brillante, nos miramos unos segundos analizando nuestras expresiones.

- ¿Podemos hablar? - me quedé estático al escuchar su voz detrás de mí. Esa sonrisa que 508 tenía hace unos momentos desapareció cuando la vio, puedo apostar a que la estaba fulminando con la mirada.

- Vendré después, ve con el Señor X, por favor - le pedí girándome hacia ella.

- ¿Volverás a desaparecer por horas? Se supone que estarías con nosotros, conmigo - me acerqué y besé su coronilla.

- Prometo que te lo recompensaré - una sonrisa traviesa salió de sus labios.

- Oh, claro que lo harás - suspiró - Sólo no tardes, no me quiero aburrir tanto - abrió sus brazos y le correspondí al instante abrazándola.

- Sé lo que estás haciendo - susurré en el abrazo, ella se separó y me sonrió radiante.

- Nos vemos, señor R - me giñó un ojo provocándome una ligera sonrisa bajo mi máscara.

Ya tendré tiempo para hablar con ella.

Giré mi rostro y noté como el chico frente a mí miraba todos los pasos de Gayoung.

- ¿Me huele a celos, precioso? - me miró.

- ¿Yo? ¿Celoso de ti? Por favor - dió media vuelta y comenzó a caminar mientras meneaba sus caderas.

Reprimiendo la risa que me provocaba su comportamiento comencé a seguirlo.

Cuando pasamos por los pasillos de las habitaciones no pude aguantar un segundo más y lo jalé hasta estrellarlo contra la pared a la vista de algunas personas.

Soltó un pequeño chillido de sorpresa.

- No sabes lo que me haces sentir cada vez que te veo - pegué mi entrepierna a la suya - Que te siento y que te tengo.

Lo escuché jadear.

- Va-vayamos a la habitación - pidió.

Solté una risita y me alejé - Iremos, claro que iremos, pero será para aclarar algunas cosas - parpadeó confundido - Te sigo.

Aún con el ceño fruncido comenzó a caminar hacia una de tantas habitaciones que había en ese lugar. Abrió la puerta y se dirigió al cajón por los antifaces. Me aventó la mía y él se fue al baño.

Cerré la puerta detrás de mí, me coloqué el antifaz y me quité mi máscara dejándola en uno de los muebles. Respiré y exhalé.

Minutos después salió del baño, yo permanecía parado frente al buró de la habitación, este tenía un gran espejo, él me veía por el.

- Acércate - le pedí aún de espaldas.

- ¿De qué quieres hablar? - se colocó a mi lado mientras que yo me giraba para verlo.