7

24 1 0
                                    

- Sí....sí....me encanta....¡Sí!

- Eres....eres - trataba de articular palabra - Fantástico.

- Dedos no... te quiero a ti... ¡ah!

- Sí...así...me encanta, tan bueno, tan mío.

Tan mío

Tan mío

Mío.

- ¿Señor Jeon? ¿Señor Jeon? ¿Llamo a un doctor? ¡Señor Jeon!

- ¿Ah?

- ¿Se siente bien?

Parpadeé volviendo en mí y logré captar a Haerin parada en la puerta de mi oficina.

- ¿Qué sucede, Haerin?

- Bueno, en parte venía para recordarle que pasado mañana me voy ¿el permiso que me dió sigue en pie?

- Claro que sí, Haerin. ¿Conseguiste algún vacante temporal?

- No aún no.

- Entiendo. ¿Algo más?

- El Señor Choi quiere verlo, aguarda afuera con una chica.

Alcé mi vista hacia ella.

- Déjalos pasar y que nadie me interrumpa - asintió.

- Como ordene - salió.

Segundos después Seungcheol y Gayoung entraron por la puerta de mi oficina.

Ella silbó.

- Mira nada más ¿esto es tuyo?

- Lamentablemente, sí

- Pues para mí no es nada lamentable ¡esto es un paraíso!

- Supongo - me recargué en el respaldo de mi silla.

Ella posó sus brazos en su cadera y me miró regalándome una mirada evaluadora. Se acercó caminando hasta colocarse detrás de mí. Sentí sus manos en mis hombros masajeando mis trapecios, cerré mis ojos.

- No mames, estás bien tenso.

- Yo siempre le digo que muchas horas de trabajo le hacen daño, pero aquí el masoquista sigue - habló desde una de las sillas que estaban enfrente de mi escritorio.

- ¿No tienes personal que te ayude?

- Sí, es solo que prefiero hacerlo por mi cuenta, aparte mi secretaria personal me pidió un tiempo de descanso, dijo algo así de que habían hospitalizado a su mamá y obviamente le di el permiso.

- ¿Y ahora tienes más trabajo? - dejó de masajearme y se sentó junto a Seungcheol en la otra silla.

- No tanto, pero sí - me reacomodé en mi asiento mientras dejaba salir un suspiro.

- ¿Tanto como para salir con nosotros? - puso un puchero en sus labios que en ella se veía completamente divertido mientras que yo viraba mis ojos mientras sonreía.

- No lo creo - respondí finalmente.

- Ay - cruzó sus brazos.

- Te lo dije, ahora paga - habló Seungcheol y los miré a ambos confundido.

Gayoung maldijo bajo y le extendió un billete a Seungcheol.

- Muchas gracias, Won, me hiciste perder dinero a lo pendejo.

- ¿Es en serio que apostaron? - ambos asintieron.

- Yo le dije que nadie lograba sacarte de aquí y apostamos que ella podría convencerte y mira. Ya tengo para la gasolina - reí y tallé mi rostro.

A Través de la Máscara| WonhuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora