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Aparté mis pensamientos concentrándome en la mujer que me tenía en sus brazos.

Ella rompió el abrazo y tomó mi mano dirigiéndonos a su habitación.

- Acuéstate, no te preocupes por mí – le pedí.

- Estuve acostada todo el día, hijo – se sentó en su cama, yo lo hice en una silla que estaba al lado de su cama – Hasta que te dignas en venir a ver a tu madre – regañó.

- Lo siento, la empresa me consume mucho.

- Comprendo, yo le había dicho a tu padre que era mucha carga para ti, pero como siempre no me hizo caso y pues, yo no quería discutir con él.

- Tal vez sea mucha carga, pero me ayuda a ser más hábil y bueno en lo que hago.

- Me alegra que te esté yendo bien – me regaló una cálida sonrisa.

- ¿Cómo te sientes?

- Ahora que te veo, mejor.

Piensa en tu madre, no quieres matarla de un infarto ¿o sí?

Mi corazón se oprimió.

- Mamá – le llamé mirando hacia el suelo.

- Dime.

- ¿Soy un buen hijo? – la miré, ella frunció su ceño.

- ¿Qué clase de pregunta es esa? Eres lo mejor que le pasó a mi vida.

- ¿Es en serio?

- Hijo – tomó mi mano – Sé que no fui la mejor de las madres, sé que no te di la atención suficiente por estar en otras cosas, pero aun así quiero que sepas que eres lo mejor que le ha pasado a mi vida, eres mi único hijo – acarició mi mejilla – Eres mi orgullo, mi niño grande.

- No importa lo que haya pasado, lo que importa ahora es que te quiero, mamá.

- Yo te amo, hijo. Ven, dale un abrazo a mamá – sonreí levemente y la abracé con todas mis fuerzas - ¿Tu esposa está aquí también? – mi sonrisa se borró.

Rompí el abrazo y le miré - ¿Te agrada Dahyun, mamá?

- Que raras preguntas me haces, hijo, pero respondiéndola – se quedó callada uno segundos y después me miró - Si a ti te hace feliz, a mí también – acarició mi mejilla - No sabes cuanta emoción tengo porque empiecen los preparativos de tu boda. ¿No estás contento por eso, hijo?

Por primera vez seré un buen hijo.

Por mi madre.

- Si tú lo estás, yo también, mamá.


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- Dahyun, mira que hermosa estás hoy, querida – elogió mi padre.

Dahyun cruzaba la puerta de la casa de mis padres y ahora se dirigía a saludar a mi padre. Mi madre y yo veníamos bajando las escaleras.

- Es muy hermosa – susurró mi madre mirando el atuendo de Dahyun.

Un vestido corto de color negro con escote ajustado a su cuerpo y de complemento unas zapatillas de punta del mismo color con su pelo suelto.

- Lo es - afirmé.

- Hola, Dahyun, me da gusto verte por fin aquí – mi mamá se soltó de mi agarre y abrazó a Dahyun.

Ella me miró.

Yo la miré.

Cuando mi madre se separó de ella Dahyun caminó hacia mí y me abrazó.

- Tenemos que hablarsusurró cortante en el abrazo, yo asentí.

A Través de la Máscara| WonhuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora