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Justamente como él lo había dicho, me encontré con un gran escritorio afuera de su oficina. Me senté y comencé a organizar algunas cosas. Los temblores habían cesado, me sentía un poco más tranquilo.

Ya estaba dentro, solo tenía que esperar cualquier llamado.

Alcé mi vista al escuchar el ruido de unos tacones resonar hacia mí. Ignoré el ruido mientras curioseaba en la computadora frente a mí.

- Así que eres el remplazo – una voz femenina habló frente a mí, suspiré y le miré.

- ¿Te puedo ayudar en algo?

Necesitaba tranquilizarme, no podía meterme en problemas en mi primer día. La chica era de tés blanca, envuelta en un vestido completamente adherido a su cuerpo con un escote fácil de notar. Tacones negros de punta. Pelo castaño muy largo y su cara bañada en maquillaje.

- Eres muy inocente para el jefe, no durarás ni dos días con él – dió media vuelta y se fue meneando sus caderas.

Esto parecía una novela estúpida con una mujer que le hace la vida imposible a la nueva.

Pero sin duda no sería parte de nada de eso, ignoré su comentario y seguí adaptándome a mi nuevo lugar de trabajo.

- No le hagas caso a esa chica – volví a suspirar cuando escuché otra voz femenina.

Esta chica era completamente diferente. Tés bronceada, también portaba un bonito vestido amoldado a su cuerpo, pero sin escote. Tacones bajos. Pelo rubio y su rostro al natural.

Muy bonita.

- No lo hacía.

- Me alegra – colocó unas carpetas en mi escritorio – Ella es la asistente personal de la vicepresidencia, su nombre es Somi. Le encanta tener el poder de todo, ella siempre quiso ser la asistente de presidencia y cuando se enteró que el puesto ya estaba ocupado enfureció.

- Yo no vengo a pelear, solo vengo a trabajar y no a tener problemas.

- Se ve que eres un gran chico. Mi nombre es Mina – ofreció su mano y yo la tomé.

- Junhui.

- Es un gusto conocerte.

- Igual.

- Bueno – suspiró – Venía a dejarte algunas agendas, informes, documentos y algunos papeles importantes que debes tener – los miré – Por ahí está un directorio telefónico especial del Señor Jeon, informes sobre las reuniones recientes de él, contratos, vuelos y varias cosas que te harán entretenerte. Algunas carpetas están ordenadas por orden alfabético, al jefe le encanta el orden.

- Espero poder con todo esto – le digo mientras le doy un vistazo a cada carpeta.

- Tienes qué, el jefe es demasiado dedicado a su trabajo, es correcto, perfeccionista y un poco mandón.

Dejé las carpetas y me atreví a preguntar.

- ¿Sabes mucho sobre el Señor Jeon?

- Tengo que.

- Podrías....no sé – sonreí levemente – ¿Contarme?

- Claro – sonrió amigable y comenzó a hablar – El Señor Jeon a sus 28 años ha logrado mucho en su vida. Su padre el Señor Jeon Jiho que era el anterior jefe superior y dueño de todas las empresas Jeon junto a su esposa Jeon Jiae lo hicieron dueño de todo. Desde mi punto de vista sé que él es un hombre realmente atractivo, pero también es una persona correcta, responsable, perfeccionista y dedicado a su trabajo. Yo no sé como sea afuera de la empresa, pero adentro es como todo jefe gruñón. Como te lo dije anteriormente a él le gusta mucho el orden y que las cosas se hagan como él las pidió al pie de la letra y si no pues simplemente te desecha. Es duro sí, pero justo. Puede ser gruñón, un gran dolor en el culo por su perfeccionismo, un poco explosivo cuando está molesto, pero no dejará de ser justo, recuerda que todo buen acto tiene su recompensa y él es muy bondadoso. Aunque no se note.

- Wow, no tenía ni idea.

Seguía procesando toda la información.

Hombre rico.

Padres ricos.

Sin duda el hombre tenía la vida resuelta.

Una vida de sueño.

Que cualquiera querría.

- Si te doy un consejo – me miró comprensiva - Solo trata de ser paciente con él, cumple lo que dice y te acostumbrarás rápido. Él llega a las 9 de la mañana y se va a las 11 de la noche. Aunque hubo una temporada en la que se iba muy temprano. No tiene un horario definido, pero te doy un aproximado – asiento – Le gusta el café completamente negro y cargado. Odia los retrasos y que lo que pida no se cumpla. Te da una hora y un día exacto.

Suspiré tallando mis ojos.

- Siento que lo voy a arruinar – gemí frustrado.

- Oye – me llamó - No seas pesimista, te ayudaré en lo que pueda.

- ¿En serio?

- Por supuesto.

- Oh dios, muchas gracias, Mina. Soy nuevo en todo esto y tu ayuda sería lo que más necesito – le miré agradecido – Eres una excelente, chica.

- Y tú un gran chico – me guiñó un ojo. El teléfono del escritorio comenzó a sonar – Le presionas en el botón rojo y respondes.

Dió media vuelta susurrando un "suerte" y se fue.

Tomé el teléfono y lo coloqué en mi oído. Su voz retumbó en mi cabeza.

En mi oficina. Ahora -

Y simplemente colgó dejándome descolocado. Los temblores volvieron a mí.

Caminé de manera rápida hacia su oficina, toqué y entré cuando escuché su voz diciendo "adelante".

- ¿Me llamaba, Señor Jeon? - pregunté.

Me miró desde su asiento y con su mano señaló una de sus sillas.

Me acerqué y me senté.

- ¿Mina te entregó todas las carpetas? – asentí – Excelente, quiero que las leas y te familiarices con ellas – asentí – Te enviaré unos correos donde vienen unos contratos y algunos documentos importantes. Los quiero dentro de una hora. Después de eso quiero que te dediques a las carpetas – asentí – Puedes irte.

Me levanté e hice lo que me pidió.

Cuarenta minutos después gracias a la ayuda de Mina tenía tres carpetas nuevas diferentes con todos los documentos necesarios ordenados y acomodados.

Toqué la puerta y entré.

- Aquí tiene todo lo que me pidió – coloqué las carpetas en su escritorio.

De inmediato ojeó todas y me miró.

- Perfecto.

Saqué el aire que no sabía que tenía retenido.

- ¿Es todo? – asintió lentamente. Su rostro serio estaba mirándome.

Me levanté dirigiéndome hacia la puerta.

- Junhui – me tensé – Para ser tu primer día – me volteé para mirarlo – No lo haces nada mal.

A Través de la Máscara| WonhuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora