A Través de la Máscara| Wonhui

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Wonwoo.

Cuando llegué a mi casa dejé mi maletín en el sofá, quité mi saco y me dirigí a mi habitación. Me desprendí de mi ropa y me di un rápido baño.

Salí con una toalla amarrada a mi cadera, me vestí de la cintura para abajo dejando mi torso descubierto. Coloqué una alarma en mi celular, preparé mi maleta y caí dormido en mi cama.

El sueño había vencido en mí finalmente.

Al día siguiente gracias a la alarma de mi celular me levanté, me di un rápido baño. Arreglé algunos papeles en mi maletín, me vestí con unos jeans, tenis cómodos y una camisa a botones sin mangas color azul marino.

Me miré en el espejo y viré mis ojos. Gayoung comenzaba a comprarme ropa "moderna" para mí para que dejara de parecer un abuelo como ella decía.

Me preparé un café. Saqué mi teléfono y le envié un mensaje a Junhui.

- Mándame tu dirección, estoy en 15 minutos. Lleva ropa normal para el viaje.

Salí de mi casa con mi maleta y mi maletín. Conseguí un chofer que nos llevara al aeropuerto. El avión privado de mi padre nos esperaba.

- Buenos días, Joven Jeon – me abrió la puerta trasera del auto.

- Buenos días, Siu – cerró la puerta y puso en marcha el auto.

Le di la dirección de mi asistente personal.

- Me dieron esto al salir de la empresa, Joven – me extendió algo que no pude descifrar hasta que lo tuve en mis manos.

Era la visa que había pedido para Junhui.

- Gracias.

Minutos después estábamos afuera de su edificio.

- Estoy afuera.

Guardé mi celular al enviar el mensaje.

- Siu, necesito que ayudes a subir la maleta del chico que subirá con nosotros.

- Por supuesto – salió del auto.

Al girar mi rostro hacia la ventana mi cuerpo se tensó. El chico venía con unos jeans ajustados, unos vans como calzado, una camisa rosada que se ceñía a su cuerpo dejando admirar su cintura delineada.

Sin duda era muy extraña la vez que tenía la oportunidad de ver una cintura delineada en un hombre.

Como la de aquel chico del club.

Mi cuerpo vibró.

Cintura moldeable, piernas fuertes y definidas como las de él.

Me revolví incómodo en mi asiento al ver sus atributos traseros. Estaba mirando de más.

Siu metió su maleta y le abrió la puerta dejándolo pasar.

Cuando lo tenía frente a mi apreté mi quijada.

Ahora que me tomaba el tiempo para analizarlo, el chico era demasiado atractivo, rostro afeminado y unos rasgos levemente conocidos.

Sus ojos cafés claros me miraron curiosos, sus mejillas estaban levemente sonrojadas y sus labios brillaban como si les hubiera puesto brillo labial.

Mi entrepierna comenzaba a doler.

Jodidos deseos carnales.

Necesitaba echar un buen polvo pronto si no terminaría metiéndosela al primo de uno de mis mejores socios.

- Buenos días - dijo él.

Yo solo podía mirar sus brillosos labios moviéndose al pronunciar esa frase. Solo pude asentir devuelta.