Miré a London dormida y me daba pena dejarla allí, quería quedarme cada momento que pudiera a su lado, pero había algo en mi pecho que necesitaba darle solución, para eso tenía que irme.
Me levanté con cuidado, London se movió un poco y por un momento pensé que se despertaría, pero para mi suerte no lo hizo. No quería tener que darle explicaciones ni decirle nada que pudiera perturbarla o que la hiciera sentir nerviosa, ahora mismo lo más importante para mí era su paz.
Dejé mi chaqueta encima de la silla a su lado y tomé papel para dejarle una nota de una libreta que estaba en una mesa. No estaba seguro de que podía hacerlo, pero no me quería ir sin dejarle nada escrito que le transmitiera la seguridad de que volvería.
Cuando salí de la habitación me encontré con su madre, estaba sentada teniendo una conversación aparentemente seria con el padre de London.
—No quiero perdonarte, no sé ni siquiera como mirarte al rostro —espetó con un tono lleno de tristeza—. Educaste a dos mujeres, las cuales son maravillosas, London nunca desde su niñez nos falló, es más la he visto toda su vida esforzarse por no fallarnos y esta vez no ha sido diferente. Ha sido ese miedo a hacerlo el que la ha llevado a ocultarnos esta verdad, pero ¿Era necesario llegar a pedirle que se hiciera un aborto?
Me quedé paralizado ante aquellas palabras, ahora podía comprender la conversación de la noche anterior con su padre, la tristeza, sus lágrimas. Intenté darme la vuelta para marcharme, pero la madre de London fue mucho más rápida y se puso de pie.
—No tienes que marcharte Queen, es algo que a final de cuentas te incumbe.
No sabía exactamente en que momento se percató de mi presencia, tampoco sabía que responder, ni siquiera quería quedar en medio de aquello, pero inconscientemente ya lo estaba, así que abrí la boca.
—Disculpe señora, en realidad, no sé qué debería de decir en medio de esta situación. No voy a decir que me siento orgulloso de saber que London fue incitada a deshacerse de mi hijo, pero diré que no puedo juzgarle...
El padre de London levantó la mirada, como si mis palabras fueran un rayo de luz al final del túnel.
—Mire, no soy padre aún, pero si pienso en el futuro de mi hijo o hija, me gustaría lo mejor para ese ser y quizá a la vista de cualquier padre con una hija, un hombre que finge un matrimonio para vengarse de su padre no parece ser lo mejor para ella —la madre de London depositó una mueca sobre sus labios—. No justifico sus acciones, simplemente digo que, a veces los padres se equivocan, tanto como los hijos.
Un silencio abrumador se apoderó de la sala, quise retractarme en mis palabras y pedirles que fingieran que no había dicho nada, pero ya estaba hecho. Así que me limité en caminar en dirección a la salida.
—¿Te vas? —preguntó la madre de London cuando sostuve el picaporte.
—Tengo algunos asuntos que solucionar, pero iré por London a la noche, les encargo su tranquilidad y le dejé una nota —les informé.
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Sed de venganza ✔️
RomanceLondon veía en Dalton un amor que no tenía fin, pensaba que un día vestiría un vestido blanco y juntos pasarían el resto de sus vidas. Sin embargo, la vida está llena de sorpresas, un día un profundo amor te eleva al cielo y al siguiente la sed de v...