Capítulo 32 Hombre misterioso

19 2 0
                                    


Al entrar al crucero, la realidad es que el lujo me dejó un tanto impactada, nunca antes había estado en uno, así que me quedé mirando cada pequeño detalle a nuestro alrededor. Había un grupo de empleados, estaban todos parados en hilera esperando por nosotros, en cuanto estuvimos en frente una mujer joven y con una sonrisa moderada se aproximó.


—Podrían por favor decirme sus nombres, tengo que revisar en la lista —explicó con exceso de amabilidad.


—Queen Brumby y London Spooner —dijo con seriedad.


Continuaba viendo la tensión en el rostro de Queen, podía comprenderlo, después de todo ante las malas experiencias del pasado, cuando se le expone a lo desconocido suele tener la misma reacción de defensa y no podía culparle por ello.


—Sigan por aquí, por favor, uno de nuestros guías lo acompañará hasta la sala en la cual comenzará la fiesta de esta noche, muchas gracias por acompañarnos —hizo una reverencia la mujer mientras pasábamos.


Sí, realmente aquello estaba muy bien organizado, la cortesía era parte de que te hicieran sentir a gusto, aunque algo en el ambiente no parecía estar del todo bien o aquello fue lo que pensé mientras avanzábamos siguiendo a un hombre.


Detrás de nosotros venía otra pareja que iba acompañada al igual por una persona y más atrás se veían más personas siendo acompañadas, aunque no podía ver a Dalton y Marina, lo que me parecía incluso más sospechoso.


Llegamos a una sala enorme, había una zona con mesas, una pista de baile, un escenario, aquello era tan grande que era probablemente imposible que pudieras lograr ver a todas las personas del sitio.


El hombre que nos había llevado hasta allí se había despedido con una reverencia y yo me sentía muy a gusto contemplando todo, hasta que vi que Queen tenía algo que decir.


—London, antes que todo esto de comienzo, quiero pedirte que no te apartes de mi lado, no te marches demasiado lejos, aún ni siquiera nos han dicho en que habitación nos vamos a quedar, así que no tengo manera de encontrarte —dijo mirando fijamente mis ojos, se veía aterrado.


—Tranquilo, me quedaré cerca de ti —fruncí el ceño— No tienes nada que temer, no va a suceder nada Queen.


—No lo sabemos, ni siquiera hemos visto la cara del anfitrión —se cruzó de brazos— Me preocupa perderte de vista entre tanta gente, seguramente habrá música, no sabemos si tendremos buena cobertura para llamarnos, no tenemos idea de qué planes tienen aquí.


—Lo sé, pero te tienes que relajar —me puse cerca de él con una ancha sonrisa— ¿Ya te dije que estás jodidamente sexy? Te ves como un príncipe.


—Deja de exagerar las cosas para hacer que me sienta cómodo y me olvide de todo —rodea los ojos y una leve sonrisa asoma de sus labios— No puedo compararme a la mujer más hermosa que mis ojos han visto.


De repente fuimos interrumpidos por una presencia aproximándose, o pensé que era una hasta que vi un rostro disgustado y a su lado otro que no estaba mucho más contento. Dalton y Marina, sus caras largas podrían ser contratadas para un velorio, no estaban a gusto con la conversación que habían escuchado al parecer.


—Usas las mismas frases que me decías a mí —dijo Marina de brazos cruzados y clavó su mirada sobre la mía.


Vi que Queen no sabía que responder, una mezcla de pena se apoderaba de su rostro, no esperaba que lo negara, pero tampoco le iba a dar el gusto de que viniera a incomodar.


—Eso es porque en ese entonces aún no me conocía a mí, ahora puede decir con certeza que la mujer más hermosa que ha visto soy yo —coloco una sonrisa de lado.

Sed de venganza ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora