Capitulo 21: Una cita romántica

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Alessia estaba inmersa en sus pensamientos mientras caminaba hacia la salida del colegio. Su mente seguía dando vueltas sobre quién podría estar detrás de los mensajes anónimos y qué intenciones podrían tener. De repente, sintió unos brazos envolviéndola por detrás, y al girarse con una mezcla de sorpresa y alivio, se encontró con Zabivaka, que la miraba con cariño y una gran sonrisa en el rostro.

—Hey, ¿te encuentras bien? —preguntó Zabivaka, notando la expresión pensativa en el rostro de Alessia.

Alessia, aún un poco sorprendida, se relajó al ver al lobo, su preocupación momentáneamente olvidada. La calidez de su abrazo le dio un sentido de seguridad.

—Sí, solo estaba pensando en algunos problemas que hemos tenido —respondió Alessia, tratando de sonar tranquila a pesar de la inquietud que sentía.

Zabivaka la miró con comprensión y le tomó la mano con ternura. —Si necesitas hablar o distraerte un poco, estoy aquí para ti. ¿Qué te parece si damos un paseo por el parque?

Alessia asintió, sonriendo levemente. —Me encantaría.

Ambos comenzaron a caminar juntos hacia el parque cercano, el silencio cómodo entre ellos interrumpido solo por el sonido de sus pasos sobre las hojas caídas. La presencia de Zabivaka era un consuelo para Alessia en medio de la confusión que la rodeaba. La conversación fluyó de manera natural mientras compartían historias y risas, alejando un poco las sombras del día.

Zabivaka, notando la mejoría en el ánimo de Alessia, aprovechó el momento para tomarse un tiempo para hablar de cosas ligeras y agradables, intentando distraerla de los problemas que la habían estado inquietando. La simple compañía y la atención que le ofrecía el lobo ayudaron a Alessia a sentirse más en paz, aunque la intriga por los mensajes anónimos seguía en su mente.

Alessia y Zabivaka se sentaron en una pequeña banca del parque, rodeados por la tranquilidad del entorno. El lobo mantenía las manos de Alessia entre las suyas, con una ternura y delicadeza que reflejaban el cariño que sentía por ella. La zorrita se sentía completamente a gusto, disfrutando del momento y del confort que le brindaba la compañía de Zabivaka.

—Gracias por estar aquí conmigo —dijo Alessia, mirando a Zabivaka con una sonrisa sincera—. Realmente necesitaba esto hoy.

Zabivaka sonrió, apretando suavemente las manos de Alessia. —Para eso estoy, para hacerte sentir bien. Si hay algo que pueda hacer para ayudarte, solo dímelo.

La conversación continuó de manera ligera, con ambos compartiendo anécdotas y risas. Después de un rato, Zabivaka, con una expresión de entusiasmo, tuvo una idea.

—Oye, ¿qué te parece si me acompañas a las prácticas de la liga juvenil? Están en el campo de fútbol cercano y me encantaría que vinieras a verme practicar.

Alessia se iluminó con la propuesta, sus ojos brillando con curiosidad y emoción. —¡Eso suena genial! Nunca he visto una práctica de fútbol en vivo.

Zabivaka se levantó, tomando la mano de Alessia para ayudarla a levantarse de la banca. Ambos caminaron juntos hacia el campo de fútbol, conversando alegremente en el trayecto. La energía del parque se mantenía mientras se dirigían al campo, y Alessia sentía que su ánimo mejoraba aún más con cada paso.

Al llegar al campo de fútbol, Zabivaka le mostró a Alessia el área desde donde podía observar la práctica. El lobo se unió a sus compañeros de equipo, preparándose para la sesión. Alessia se acomodó en un lugar cómodo, con una vista perfecta del campo, mientras observaba a Zabivaka calentar y prepararse para la práctica.

La habilidad y pasión de Zabivaka en el campo eran evidentes, y Alessia se sorprendió gratamente por su desempeño. El lobo, notando la presencia de Alessia, sonreía de vez en cuando y le lanzaba miradas hacia la grada, lo que hacía que Alessia se sintiera aún más especial. La experiencia fue un momento memorable para ambos, y la compañía de Alessia parecía darle a Zabivaka un extra de motivación y energía durante la práctica.

Rebeldes Sin Causa 2: El desafíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora