Días después de la emocionante graduación, la atmósfera en la mansión Marriot era mucho más tranquila y formal. Alessia se estaba preparando para una importante entrevista, un momento clave en su vida. El equipo de televisión y los entrevistadores llegarían en cualquier momento, y la joven zorrita albina estaba lista para hablar sobre su futuro en la universidad y el papel que pronto asumiría como la futura matriarca de los Marriot.
Alessia había elegido un atuendo elegante y sobrio para la ocasión: un vestido blanco de corte sencillo que realzaba su porte refinado, complementado con un collar de perlas que le había regalado su padre. Su larga cabellera albina, perfectamente peinada, caía en ondas sobre sus hombros, dándole un aire de sofisticación.
—Estás perfecta —dijo Aldebert, mirándola con orgullo mientras ajustaba los puños de su camisa, visiblemente emocionado al ver cómo su hija estaba a punto de dar un paso importante hacia su futuro.
—Gracias, papá —respondió Alessia con una sonrisa—. Me siento nerviosa, pero también lista.
Aldebert, sabiendo lo importante que era esta entrevista para la familia, se acercó a su hija y la tomó de la mano por un momento.
—No tienes nada de qué preocuparte. Eres brillante, y lo harás increíblemente bien. Además, ya estás demostrando lo que significa ser una verdadera Marriot.
Alessia asintió, reconociendo la responsabilidad que llevaba sobre sus hombros. Mientras tanto, la mansión ya estaba preparada para recibir al equipo de televisión. El personal había trabajado diligentemente para asegurarse de que todo estuviera en orden, y la sala de entrevistas estaba decorada con elegancia, con detalles que reflejaban el linaje y la importancia de la familia Marriot.
Cuando los entrevistadores llegaron, Alessia respiró hondo y se dirigió a la sala principal. La joven estaba preparada para responder preguntas sobre su futuro, su formación, y cómo asumiría el legado de su familia con responsabilidad y orgullo. Aldebert observaba desde un rincón, manteniendo una sonrisa de satisfacción, mientras el equipo comenzaba a encender las cámaras y la luz enfocaba a su hija, la futura matriarca Marriot.
La entrevista comenzó en un ambiente elegante y tranquilo. Kimberly, una perra de pelaje café, fue la primera en hablar. Su tono era calmado y profesional, con una sonrisa cortés en su rostro.
—Alessia, primero que todo, felicitaciones por tu reciente graduación —dijo Kimberly, mientras extendía su mano para estrechar la de Alessia—. Este es un momento crucial en tu vida, y estamos encantados de poder estar aquí para conocer más sobre tu futuro.
Alessia, manteniendo su compostura y con una sonrisa discreta, agradeció el gesto.
—Muchas gracias, es un honor estar aquí con ustedes.
Theodor, un akita inu de pelaje anaranjado, tomó la palabra con una actitud más relajada pero no menos respetuosa. Su voz profunda llenaba la sala mientras hacía su primera pregunta.
—Alessia, eres muy afortunada de estar en la posición de pronto convertirte en la futura matriarca de una familia tan influyente como los Marriot. Nos encantaría saber más sobre la historia de tu familia. ¿Podrías contarnos un poco acerca del legado que ha sido transmitido a lo largo de las generaciones?
Alessia, sintiéndose preparada para este tipo de preguntas, asintió levemente antes de empezar.
—Claro, con mucho gusto. Mi familia tiene una historia rica y diversa que ha sido forjada a lo largo de varias generaciones. Todo comenzó con mi bisabuela, Marguerite Marriot, quien emigró a Europa en busca de mejores oportunidades. A través de su perseverancia y visión, logró establecer las bases de lo que eventualmente se convertiría en una empresa familiar próspera. Su espíritu emprendedor fue clave para el éxito de la familia y dejó una marca profunda en la forma en que llevamos los negocios hasta el día de hoy.
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Rebeldes Sin Causa 2: El desafío
Fanficel año es 2005 y nos trasladamos a Berlín, Alemania. Donde dos chicas de clase alta: Alessia y Monroe, reciben un reto: conseguir una cita antes del mundial del 2006 qué se celebrará pronto en la ciudad. Las dos chicas tienen en claro que necesitan...