Anneliese estaba sentada en el borde de su cama, con la luz tenue de la lámpara iluminando su rostro. Aún podía sentir el ardor en su mejilla donde Monroe le había golpeado, pues ella en realidad era la autora de todos esos mensajes anónimos. Se llevó una mano a la cara, recordando la mezcla de sorpresa y dolor que había sentido en ese instante. Sin embargo, ese golpe solo avivó su determinación.
Mientras observaba su habitación desordenada, comenzó a recordar cómo había conseguido la información sobre el embarazo de Edna. Todo había sido cuestión de astucia y de saber a quién preguntar. Conocía a varios de los asistentes de la familia Van Der Woodsen y había logrado sonsacar detalles mientras fingía ser una amiga preocupada. La traición la llenó de satisfacción; después de todo, había sido ella quien había expuesto la vulnerabilidad de Edna.
Con una sonrisa torcida, Anneliese se puso a escribir en su diario, delineando su plan. Quería asegurarse de que sus viejos amigos supieran lo que era la verdadera traición. No solo revelaría secretos, sino que también revelaría las verdades ocultas que habían estado evitando.
Al mirar por la ventana, su mente se llenó de ideas oscuras. Quizás podía utilizar lo que sabía sobre Edna y Goleo para crear tensión entre ellos. Y no solo eso; si podía descubrir más sobre la relación entre Alessia y Zabivaka, tendría en sus manos una poderosa arma.
"Esto solo es el comienzo", murmuró Anneliese para sí misma, sintiendo que la adrenalina empezaba a fluir. Con cada palabra que escribía, su venganza tomaba forma. ¿Quién podría detenerla ahora?
A la mañana siguiente, la joven dálmata despertó con su celular un Motorola Razr V3 sonando, Mientras Anneliese sostenía el teléfono, una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro. Escuchó la voz de Edna al otro lado de la línea, llena de energía y optimismo, como si el golpe del día anterior no hubiera ocurrido.
—¡Hola, Edna! —respondió Anneliese con un tono alegre, tratando de ocultar sus verdaderas intenciones—. Me alegra saber que te sientes mejor.
Edna le propuso que combinaran sus vestuarios para el día en la escuela, lo cual le pareció una idea divertida y una oportunidad perfecta. Mientras charlaban, Anneliese prestaba atención a los detalles, buscando cualquier información que pudiera utilizar más tarde.
—Claro, me encanta la idea. ¿Qué llevas en mente? —preguntó Anneliese, ya pensando en cómo podría aprovechar la situación.
A medida que Edna describía su atuendo, Anneliese comenzó a trazar un plan en su mente. Si podía hacer que Edna luciera espectacular, tal vez podría atraer la atención de Goleo y, al mismo tiempo, desviar la mirada de Alessia hacia Zabivaka, creando una especie de competencia.
—Tal vez deberíamos coordinar algo llamativo, algo que haga que todos se fijen en nosotras —sugirió Anneliese, pensando en cómo podía manipular la situación a su favor.
Al finalizar la llamada, Anneliese se sintió más segura de sí misma. Se acercó al espejo y comenzó a maquillarse, preparándose no solo para el día, sino para ejecutar su plan maestro. Con cada brochazo, la venganza se hacía más real.
El objetivo: sembrar la discordia entre Zabivaka y Alessia, y hacer que Edna y Goleo duden de su relación. Después de todo, la mejor manera de destruir a alguien era hacer que se sintiera inseguro, y Anneliese estaba lista para comenzar su juego.
Anneliese sonrió al ver a Edna con su atuendo llamativo. La dalmata lucía radiante, y aunque por dentro la envidia burbujeaba, decidió jugar su papel de la amiga comprensiva.
—¡Edna, te ves increíble! —exclamó Anneliese, manteniendo su tono alegre mientras ajustaba sus lentes de sol—. Esa combinación de colores realmente resalta tu figura.
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Rebeldes Sin Causa 2: El desafío
Fanfictionel año es 2005 y nos trasladamos a Berlín, Alemania. Donde dos chicas de clase alta: Alessia y Monroe, reciben un reto: conseguir una cita antes del mundial del 2006 qué se celebrará pronto en la ciudad. Las dos chicas tienen en claro que necesitan...