Era el gran día del desfile de la marca de la familia Bertrand. Juliette estaba en su habitación, frente al espejo, aplicándose el maquillaje con precisión. Su padre, Rogerick Bertrand, un elegante poodle gris con gafas negras, la observaba con orgullo, sintiendo que era un momento crucial en la carrera de su hija.
—Recuerda, Juliette, lo más importante es que te diviertas y des lo mejor de ti —le dijo Rogerick, sonriendo con confianza—. Este desfile será un éxito, estoy seguro.
Juliette asintió, aunque la emoción la llenaba de nerviosismo. En ese momento, se escuchó un ligero golpe en la puerta. Al abrirla, encontró a Alessia y Monroe, quienes llegaban con sus propias preparaciones.
—¡Hola, chicas! —exclamó Juliette, aliviada al ver a sus amigas—. Estoy tan emocionada por hoy. ¿Cómo se sienten?
Alessia, con su blusa de diseño y un look que acentuaba su estilo, se pasó nerviosamente una mano por el cabello.
—Estoy un poco nerviosa... —admitió, sintiendo cómo su corazón palpitaba con fuerza—. No sé si estoy lista para esto.
Monroe, quien llevaba un atuendo impresionante y sofisticado, se acercó a Alessia y le dio un ligero empujón amistoso.
—Vamos, Alessia, ¡tú puedes! Solo piensa en lo increíble que te verás en la pasarela —dijo con una sonrisa, intentando transmitir confianza—. Además, ¡Juliette estará contigo!
Rogerick, notando la inquietud de Alessia, se acercó y le dijo:
—Recuerda, querida, la confianza es clave. Tienes un gran potencial, y todos están aquí para apoyarte. Solo sé tú misma.
Alessia tomó un profundo respiro, sintiéndose un poco más tranquila con las palabras de Rogerick.
—Gracias, todos —respondió, sonriendo tímidamente—. Estoy lista para dar lo mejor de mí.
Con el tiempo corriendo, las tres chicas se reunieron para ajustar sus atuendos y hacer los últimos toques. Juliette terminó su maquillaje, asegurándose de que todo estuviera perfecto.
—Recuerden, chicas, la pasarela es nuestro momento de brillar —dijo Juliette, sintiéndose más empoderada—. ¡Vamos a hacerlo!
Mientras se preparaban para salir, la emoción en el aire se podía sentir. Era el momento de mostrar su estilo, su confianza y, sobre todo, su amistad en un escenario tan importante. Con una última mirada al espejo, las tres chicas se dirigieron hacia el backstage, listas para enfrentar el desafío que les esperaba.
En el escenario, Rogerick tomó el micrófono y, con una sonrisa brillante, comenzó su discurso de agradecimiento. La sala estaba repleta de diseñadores, críticos de moda, y entusiastas que esperaban ansiosos el inicio del desfile.
—¡Buenas tardes a todos! —dijo Rogerick, su voz resonando con confianza—. Estoy muy agradecido de tenerlos aquí para el lanzamiento de nuestra colección 2008-2009 de la marca Bertrand. Este año, hemos trabajado arduamente para presentarles una mezcla de innovación y estilo que refleje las tendencias actuales y la esencia de nuestra marca.
El público aplaudió mientras la emoción crecía en el ambiente. Rogerick continuó, entusiasmando aún más a la audiencia.
—Hoy, verán una variedad de looks que van desde la moda urbana hasta el elegante estilo de oficina. Esperamos que cada modelo que pase por esta pasarela les inspire y les haga sentir la esencia de lo que es ser parte de esta temporada.
Con un gesto de su mano, Rogerick dio inicio al desfile. Las luces del escenario se encendieron, y el primer grupo de modelos comenzó a aparecer en la pasarela, desfilando con gracia y confianza.
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Rebeldes Sin Causa 2: El desafío
Fanfictionel año es 2005 y nos trasladamos a Berlín, Alemania. Donde dos chicas de clase alta: Alessia y Monroe, reciben un reto: conseguir una cita antes del mundial del 2006 qué se celebrará pronto en la ciudad. Las dos chicas tienen en claro que necesitan...