Capitulo XVI-Un nuevo escape: Una confesión esperada

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Varias horas después y luego de muchas discusiones acaloradas, finalmente acordaron un plan. Minho, con su fuerza y determinación, empujaría a Teresa hasta la baranda, donde ella se sujetaría para luego bajarlos a todos.

Los primeros intentos fueron frustrantes. La adrenalina corría por sus venas mientras se esforzaban una y otra vez, acercándose cada vez más a su objetivo, pero sin alcanzarlo del todo. El sudor perlaba sus frentes y sus músculos ardían por el esfuerzo.

-¡Una vez más! -gritó Thomas, su voz cargada de desesperación y esperanza.

Minho asintió, tomó aire profundamente y, con un último empujón que pareció drenar todas sus fuerzas, logró impulsar a Teresa lo suficiente.

-¡Sí! -exclamaron todos al unísono, una mezcla de alivio y emoción en sus voces.

-Teresa, hazlo -ordenó Thomas, su tono urgente.

Con manos temblorosas por la tensión, Teresa jaló la palanca. La soga bajó con un chirrido metálico y ella quedó en la plataforma firme, jadeando, pero triunfante.

De repente, James alzó la cabeza, su expresión cambiando de alegría a preocupación. -Oigan, ¿oyen eso? -murmuró, aguzando el oído.

El inconfundible sonido de las aspas de un helicóptero comenzó a hacerse cada vez más fuerte, como un presagio ominoso.

-Mierda -masculló Minho, verbalizando lo que todos pensaban.

-Debemos apurarnos -dijo Thomas, ya en movimiento para ayudar a los demás a subir. Su voz traicionaba una mezcla de determinación y miedo.

La voz de Janson, fría y calculadora, comenzó a resonar por todo el edificio a través de los altavoces. Su discurso sobre la cura y el sacrificio necesario sonaba como una letanía macabra que solo aumentaba la urgencia de su escape.

En unos frenéticos minutos que parecieron eternos, los chicos finalmente lograron liberarse y se prepararon para marcharse. Sin embargo, la libertad, como siempre, tenía un precio. Steve, el mismo que había venido en busca de Jorge, apareció frente a ellos, su arma apuntando directamente a sus corazones.

-Miren a quiénes tenemos aquí -dijo con burla, examinando al grupo. Newt se interpuso entre Melissa y Steve, protegiéndola-. ¿Pensaban que se irían sin despedirse, bonita? -murmuró, dirigiéndose a Melissa, lo que provocó que Newt se llenara de rabia y quisiera abalanzarse sobre él, pero Nick le puso una mano en el hombro para calmarlo.

Steve sonrió con desdén y habló por radio, su voz cargada de traición al revelar su ubicación a Janson. Thomas, en un arrebato de valentía o quizás de desesperación, intentó desarmarlo. Fue un movimiento precipitado, guiado más por instinto que por estrategia.

-¡No! ¡No hagas eso! -gritó Melissa, tratando de frenar a Thomas.

Sin embargo, sus palabras solo lograron provocar más ira en Steve.
-Eres un idiota -refunfuñó, apuntando su arma hacia Thomas con intensidad.

El sonido del gatillo al ser apretado congeló el tiempo. Thomas cerró los ojos, esperando sentir el impacto de la bala. Pero el dolor no llegó. Abrió los ojos lentamente, sintiéndose incrédulo mientras revisaba su cuerpo.

De repente, el hombre armado cayó al suelo con un ruido sordo, la vida escapándose de sus ojos. Detrás de él, Brenda sostenía un arma humeante, su mirada feroz, pero también asustada.

-Está bien, ¡vengan! -dijo Brenda, su voz temblorosa pero llena de determinación.

Como si estuvieran paralizados, nadie se movió. La realidad de lo que había sucedido parecía demasiado abrumadora.

 𝐓𝐞 𝐑𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝𝐚𝐫𝐞 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 ,𝐍𝐞𝐰𝐭 ♡  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora