Capitulo XVIII-El camino hacia la salvación: Somos una Familia

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—Lissy, despierta...— La voz de Nick flotaba en la bruma de la inconsciencia, un susurro lejano y preocupado.

—Missy, ¡despierta, por favor! —Esta vez, la voz de Minho atravesó la niebla, cargada de desesperación y un toque de pánico.

Melissa luchó contra la pesadez de sus párpados, el mundo a su alrededor un remolino confuso de sensaciones. Finalmente, con un esfuerzo que pareció sobrehumano, logró abrir los ojos, encontrándose con los rostros ansiosos de Minho y Nick.

—¡Gracias a Dios! —exclamó Nick, el alivio inundando su voz mientras la abrazaba. —Por un momento pensé que tendríamos que recurrir a medidas desesperadas. Ya sabes, como en esos cuentos de hadas donde el príncipe besa a la princesa dormida.
Minho, indignado, intentó apartar a Nick. —Quítate, soy su mejor amigo., tengo derechos exclusivos en situaciones de emergencia.

—Mi chinito, — murmuró Melly con cariño, una sonrisa débil iluminando su rostro separándose de Nick para abrazar a Minho.

—No me vuelvas a dejar con estos idiotas— se quejó Nick dramáticamente. — ¿Sabes lo que ha sido lidiar con este grupo sin ti? Es como tratar de mantener el orden en un jardín de infantes, pero con menos modales y más testosterona.

Todos le lanzaron miradas asesinas, a pesar del dolor punzante en su cabeza, Melissa no pudo evitar reír. —¿Qué pasó? —preguntó, frotándose las sienes con confusión.

—Oh, nada del otro mundo, — respondió Nick, su voz rebosante de sarcasmo. —Solo decidiste tomar una siesta en el momento más inoportuno posible. James y Aris te encontraron.

—Junto a Newt, —añadió Minho, moviendo las cejas sugestivamente y bajando la voz a un susurro conspiratorio. —Y déjame decirte, el pobre chico parecía un león enjaulado todo el tiempo que estuviste inconsciente. No dejaba de murmurar tu nombre como si fuera algún tipo de mantra mágico para despertarte.

El rostro de Melissa se tiñó de un rojo intenso al recordar las palabras de Newt antes de perder el conocimiento. —¿Dónde está él? — preguntó, intentando sonar casual y fallando miserablemente.

Minho, con una sonrisa conocedora, señaló con la cabeza hacia un sofá cercano donde Newt conversaba con Brenda, aunque sus ojos no dejaban de desviarse hacia donde estaba Melissa.
Al notar que estaba despierta, el rostro de Newt se iluminó con una sonrisa que parecía capaz de disipar todas las sombras de la habitación.

—Entonces, — continuó Minho, incapaz de contener su curiosidad, —¿pasó algo interesante durante tu pequeña aventura con el rubio?

Antes de que Melissa pudiera responder, James se acercó, tomando sus manos con gentileza. —¿Cómo te sientes? preguntó, la preocupación evidente en su voz.

—Como si hubiera decidido beberme todo el alcohol del mundo de una sentada, — respondió Melly con una mueca, —pero sobreviviré. Gracias por preguntar, James.

—Uh oh, — susurró Minho, señalando disimuladamente hacia Newt. —Parece que a alguien no le está gustando esta pequeña reunión.

Efectivamente, Newt observaba la escena con una expresión que podría haber congelado el infierno, sus ojos fijos en las manos unidas de James y Melissa.

Incapaz de contenerse más, Newt se acercó al grupo, su voz suave pero tensa. —Me alegra ver que estás despierta, Lissa. Nos diste un buen susto a todos.

James, notando la atmósfera cargada, soltó las manos de Melissa y dio un paso atrás. —Bueno, creo que iré a ver si Jorge necesita ayuda con... lo que sea que esté haciendo. Me alegro de que estés bien, Melly.

 𝐓𝐞 𝐑𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝𝐚𝐫𝐞 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 ,𝐍𝐞𝐰𝐭 ♡  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora