𝐓𝐞 𝐑𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝𝐚𝐫𝐞 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 ,𝐍𝐞𝐰𝐭 ♡

Capítulo XXXI-El Acecho de la Traición La Caída Del Brazo Derecho

CUENTA REGRESIVA 3/5

FIN DEL ACTO DOS

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El caos reinaba en el campamento improvisado de los jóvenes rebeldes. El estruendo ensordecedor de los helicópteros de CRUEL rasgaba el aire, sus aspas cortando el viento como cuchillas afiladas. Los soldados, vestidos con uniformes negros y máscaras que ocultaban cualquier rastro de humanidad, descendían de las aeronaves con una precisión militar aterradora.

El aire se llenó de gritos y el crepitar de las armas eléctricas. Rayos azules y blancos surcaban el cielo nocturno, iluminando la escena con una luz fantasmagórica. Los jóvenes corrían en todas direcciones, algunos buscando refugio, otros intentando contraatacar con las pocas armas que tenían a su disposición.

—¡Todos a cubierto!z— gritó Vince, su voz apenas audible sobre el estruendo de la batalla. -¡Newt, Nick, protejan el flanco izquierdo!

Harriet, con una determinación feroz en sus ojos, se agazapó junto a Vince detrás de un vehículo volcado. -No voy a dejar que nos lleven sin pelear,- gruñó, recargando su arma.

James y Melissa se habían separado del grupo principal en medio de la confusión. Ahora se encontraban escondidos detrás de una gran caja metálica, sus cuerpos presionados contra el frío metal, sus corazones latiendo con tanta fuerza que parecían querer salirse de sus pechos.

James, con el rostro perlado de sudor y los ojos llenos de adrenalina, se volvió hacia Melissa. Su voz era un susurro urgente:

—Melly, tenemos que movernos. ¡Ahora!

Extendió su mano, sus dedos buscando los de ella con desesperación. Melissa, sin embargo, se resistió. Sus ojos, llenos de determinación y miedo a partes iguales, escaneaban frenéticamente el caos que los rodeaba.

—No podemos irnos sin los demás, James— insistió ella, su voz quebrada por la emoción. —Newt, Nick... todos están allí fuera. ¡No podemos abandonarlos!

James siguió la mirada de Melissa. A unos veinte metros de distancia, pudo ver a Vince y Harriet, junto a los otros chicos. Estaban parapetados detrás del vehículo volcado, respondiendo al fuego enemigo con una valentía que rayaba en la temeridad.

—Melissa, por favor,—rogó James, intentando una vez más tirar de ella. -Si nos quedamos aquí, nos capturarán. Aún hay tiempo de escapar, de reagruparnos y volver por ellos.

Melissa se soltó bruscamente de su agarre, sus ojos ardiendo con una mezcla de rabia y determinación.

—¿Cómo puedes siquiera sugerir que los abandonemos?spetó ella. -Son nuestra familia, James. Todo lo que nos queda en este mundo infernal.

En ese momento, la voz de Nick llegó hasta ellos, cargada de pánico

—¡Se nos acaban las municiones! ¡Vince apresurate !

Justo entonces, una explosión sacudió el suelo bajo sus pies. James, actuando por puro instinto, se lanzó sobre Melissa, cubriéndola con su cuerpo. El calor de la explosión lamió sus espaldas, y el aire se llenó de polvo y escombros.

Cuando el mundo dejó de temblar, James se incorporó ligeramente, sus ojos buscando los de Melissa. -¿Estás bien?- preguntó, su voz ronca por el polvo.