💎El peso de la verdad💎

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Un mes después...

Jungkook.

La cálida mañana entraba por el gran ventanal de la habitación, los primeros rayos del sol calentaban nuestras pieles, que brillaban por la pequeña capa de sudor que resplandecía en nuestros cuerpos.

Eran aproximadamente las 6 de la mañana, me encontraba haciéndole el amor a mi esposo, empujaba adentro de él, perdiéndome en la estrecha, cálida y húmeda entrada de mi omega. Una que me recibía como si hubiera estado hecha para mi, nuestros cuerpos encajaban a la perfección.

Me deleitaba con sus suaves gemidos, con sus uñas arañando la piel de mi espalda y es que era una prueba que sentía lo mismo que yo, que estaba tan loco por mi toque como yo lo estaba por el suyo, y desde que regresamos de nuestra luna de miel, bautice cada rincon de nuestra casa haciéndolo mío. Llenando cada rincón de nuestro hogar con recuerdos de nosotros, haciendo el amor, platicando, riendo o simplemente tranquilos, abrazados y disfrutando nuestra compañía.

Tomamos dos semanas de vacaciones, las que pasamos en París, después una semana más en casa, donde la mayoría la ocupamos en traer las cosas de Jimin a mi casa, corrección, nuestra casa. Acomodamos su ropa, zapatos y una que otra cosa que trajo de su departamento. Esta casa no sería la de nosotros para siempre, ya me había puesto en contacto con mi agente de bienes raíces para que me buscara una más grande.

Queríamos una familia, no sé cuando vendrían los cachorros a nuestras vidas pero quería una mejor casa, más grande y que tuviera nuestro toque. El departamento que es mío, era cuando estaba solo, era tiempo de hacer un nuevo hogar; su hogar.

Sentía como Jimin apretaba su polla, como echaba su atrás su cabeza cada que tocaba ese punto, él también estaba cerca. Renovaría su marca, le encantaba que su omega oliera a él, que su blanquecino cuello tuviera pequeñas marcas  de él, no sabía porque pero ese lado primitivo salía a flote, gruñía si alguien lo abrazaba, ponía posesivamente su mano en las caderas de su omega cuando salían del trabajo o en su espalda baja.  Y esas acciones, fueron más intensas en las ultimas dos semanas. Jimin tenía el aroma más dulce, se veía más radiante y su lobo quería tomarlo cada nada.

—Mírame, bebé—aceleré mis embestidas, quería ver sus hermosos ojos antes de llenarlo con su derrame.

En cuento Jimin abrió sus ojos, el mundo se paralizo y creo que hasta olvidé como respirar.

—A-amor...—susurró Jimin, quien me miraba con un brillo indescriptible pero sobre todo, el claro y hermoso azul de ojos.

Ahi estaba, la prueba más legible que confirmaba lo que él sabía, pero el saber no quitaba lo hermoso que era presenciar ese espectáculo. Los ojos de Jimin ya eran hermoso por si solos, pero ahora, eran más claros y brillaban como si estuviera viendo el mismo azul de la Pasqyra Beach, mi corazón latía tan fuerte, mi lobo estaba eufórico pero a su vez, se agacho y mostro su cuello en sumisión, estaba presentándose ante su omega. Estaba ahí, el lobo de su omega se presentaba ante su lobo.

Omega...—susurré, perdido en la mirada, en el color brillante de esos ojos hermosos.

Alfa..—acuno mi rostro, sin perder la conexión de nuestros ojos.

Mis embistes subieron de velocidad, como sentía que los dos estaban cerca, sus caninos picaron y salieron a relucir, y sin pensarlo, renovó su marca y con eso basto para que el climax fuera alcanzado por ambas partes.

Su corazón estaba volviendo a la normalidad, mientras el nudo se expandía, el que los tendría juntos algunos minutos.

Cuando el nudo bajo, cure la mordida de mi omega, lo limpie y después nos acurrucamos.

💎𝙳𝚒𝚊𝚖𝚘𝚗𝚍 𝚝𝚑𝚘𝚛𝚗𝚜 💎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora