Jimin era hermoso, tenía una belleza etérea que era sinigual, lo hacía resaltar ante los demás. Él destacaba porque no solo era bonito, si no también, muy inteligente.
¿Su mejor movimiento? Decidir convertirse en el omega de Jeon Jung Kook.
Herede...
Después que el juez nos casara legalmente, después llego un padre para hacerlo ahora, frente a la diosa luna.
Donde juramos amarnos y respetarnos ante todas las adversidades.
Pero unas palabras, en los votos de Jimin, se quedaron en mi pecho. Haciendo cálido el momento, quedándose en mi memoria para siempre.
"No importa que pase, en que situación estemos, kook, siempre me quedaré a tu lado. Me diste lo que siempre me negaron, amor y una familia, y eso tiene más valor que todo lo que me puedas dar. Te amo, nunca dudes de eso".
Para sellar sus palabras con un beso sincero, así lo sentí, sellando una promesa.
Después, bailamos nuestro primer baile como esposos, bajo la melodía de Can't falling in love de Elvis Presley.
La fiesta fue un éxito, la sonrisa de Jimin iluminaba todo el lugar, nunca lo había visto tan feliz. Sin duda, resplandecía el lugar con el aura tan feliz que desprendía y yo, no me cansaba de mirarlo y detallarlo. Esta irremediablemente enamorado, mo corazón latía como un loco, finalmente Jimin era mi esposo, solo mío.
Estar consiente que esta noche lo haría mío me emocionaba, porque sé que él tiene las mismas ganas que yo. Unirnos piel con piel, fundirnos hasta hacernos uno y crear el lazo que nos uniría para siempre.
Mi lobo, por su lado, estaba más inquieto que yo, paseaba como un animal enjaulado de un lado a otro, así de inquieto lo sentía.
Hoy es un día especial, uno que jamás olvidaré, se sumas a las fechas y momentos que he pasado con Jimin. Escritos en la historia que empezamos juntos hace un año y medio, el tiempo pasa volando y jamás me había sentido tan pleno desde que Jimin forma parte de mi vida y rutina diaria.
No me vería con nadie más haciendo las cosas que ya hago con él. Desde levantarlo con pequeño besos en la nuca o besando su hombro, para que él me diera la vista más tierna del mundo, tallando sus ojitos con las manos pequeñas que tenía. La ternura pasaba cuando veía sus muslos desnudos o cuando despertaba y tenía su espalda contra mi pecho y la camisa se levantaba, dándome una vista de su culo espectacular. Mientras unas braguitas adornaban sus cachetes.
Era de ley que amaneciera con mi polla más dura que nada. Los últimos días habían sido una tortura no hacer a un lado su ropa interior y follarlo como tanto quería. Pero no pasaba nada si esperaba un poco más.
Le daría una noche inolvidable, en un lugar que siempre quiso conocer: París.
Es un sitio cliché, lo sabía, pero en una de las largas platicas con su omega, le había dicho que le gustaría conocer París, pues creía que era una ciudad bellísima. Al ver el brillo de ilusión en los ojos de Jimin, no dudo en preparar todo para que ahí fuera su luna de miel.
Tenía todo listo, su estancia de 15 días sería en el hotel Ritz Paris.
Si de lujo hablamos, ahí era la mejor opción. Alquile la Suite Mansart, que tenía vista a la torre Eiffel, a la Vendôme Square, una terraza privada, dos baños, sala de estar privada y un Walk-in closet. Esta suite, se encuentra en el sexto piso, con un ambientador encantador con una vista que nos permitiría contemplar la hermosa ciudad con una vista unica a sus lugares emblemáticos y tejados inclinados. Sabía que ese lugar le encantaría a mi omega. Él se merecía lo mejor, y eso es lo que yo le daré.
**Fotos de la suite que pago Jungkook para su omeguita **
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