Jungkook.
La rutina se estaba haciendo pesada de sobrellevar, llegar tarde y levantarme temprano para no tener que escuchar y enfrentarme a mi omega. Mi lobo estaba enojado conmigo, él me dice que al menos debía escucharlo, que me diera alguna explicación, pero mi orgullo no me dejaba.
No besarlo, tocarlo o simplemente pasar tiempo juntos me estaba costando más de lo que pensé. Amaba a mi omega, pero me sentía engañado y traicionado, pues lo creí diferente al resto. Que sus ojos no podían mentirme, que en la forma en la que brillaban no podían mentir y lo creí firmemente.
Cuando escuché aquella conversación rompió mi corazón en mi pedazos, el dolor me cegó y me invadió, no me permitió pensar en nada más, solo en lo que sentía. No soy de emborracharme hasta que no tuviera control de mi caminar, como ese día, pero quería que aquello que taladraba mi corazón desapareciera, que dejara de doler. Cuando lo vi dormido en el sillón, luego sus ojos preocupados, después confundidos por lo frio de mis palabras, que es una de las cosas más difíciles que he hecho, hablarle de esa manera me dolió más de lo que pensé.
Cuando lo deje al pie de las escaleras, con sus ojos llorosos, me costó mucho no regresar y abrazarlo. Envolverlo entre mis brazos como cada noche desde que empezamos a dormir juntos. Pero mis sentimientos y mi orgullo me dieron en la fuerza para seguir subiendo las escaleras.
Los días no habían sido menos difícil, porque veía el esfuerzo de mi esposo en querer que lo escuchara pero me negaba. Me dolia verlo y no poder estar con él. Sabía que su campaña otoño-invierno con Dior fue un éxito en su pasarela en París. El que no pudiera hablar con él, no quería decir que no estuviera al pendiente de él.
Había pasado casi un mes desde que no entablo una conversación larga con mi omega, donde por más que quiero hacerle caso a mi lobo y escuchar la explicación de él, siento que mi corazón se rompe un poco más. La gente empieza a especular, porque siempre estábamos juntos. Actualmente, poco salgo de mi oficina, para evitar que se vea el distanciamientos entre Jimin y yo. Y aunque él viene a dejarme ya sea el desayuno o un café, desde que regresamos de la luna de miel, no se nos ha visto juntos. Más cuando Jimin es quien es el que siempre primero se va y yo me quedo.
No es normal ante una nadie, tampoco es normal que este tan distante cuando Jimin estaba recién marcado.
Una razón más para que lo escuches, imbécil.
Me dijo mi lobo, lo ignore.
Jimin seguía esperándome cada noche en el sofa de nuestra sala, un plato de comida en el microondas con una nota de él, cada mañana iba a la oficina para dejarme el desayuno o un café.
Sus ojos brillaban cada vez que hacíamos contacto visual pero se iba cuando yo no decía nada más que monosílabos.
"Gracias.
Si.
No.
Nos vemos en casa.
Ve tu primero, tengo trabajo que terminar.
Todo esto sin despegar mi vista de mi computadora, pero sentía el cambio de humor y el ligero tirón desde el lazo que nos unía.
Estaba concentrado en mi trabajo cuando se escucho la puerta de mi oficina, pensando que era él porque nadie más entra sin previo aviso.
Para mi sorpresa no era él, un sentimiento de decepción se sintió en mi pecho cuando vi a Da-hyun, la amiga de mi esposo.
—Hola, Da-hyun, ¿en qué puedo ayudarte?—dije sin levantar mi vista.
ESTÁS LEYENDO
💎𝙳𝚒𝚊𝚖𝚘𝚗𝚍 𝚝𝚑𝚘𝚛𝚗𝚜 💎
FanfictionJimin era hermoso, tenía una belleza etérea que era sinigual, lo hacía resaltar ante los demás. Él destacaba porque no solo era bonito, si no también, muy inteligente. ¿Su mejor movimiento? Decidir convertirse en el omega de Jeon Jung Kook. Herede...