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Me levanté temprano para arreglarme, ¡Robby por fin sería libre!. El vestido blanco que tenía la última vez que salimos, sería mi acompañante en esta aventura, mis labios cubiertos de su gloss favorito y mi perfume playero también me acompañaban. Me estacioné en la puerta del correccional de menores y vi a dos figuras que reconocí al instante. Eran Johnny y papá, Robby no estaría nada feliz.

-Están cerradas las puertas. Las abrirán cuando salga-

-¿Es broma? ¿Te hablaron a ti?- dijo Johnny viendo a papá notablemente molesto

-En realidad me hablaron a mí- contesté llamando la atención de los dos – No te enojes conmigo Johnny, él me pidió que viniera sola-

-Mini LaRusso- me habló Johnny – Era obvio que estarías aquí también – me sonrió - Ya puedes irte- le dijo a papá

-No quiero problemas, solo vine por Robby- le contestó papá

-No te necesita. Ya hiciste suficiente. Gracias, vete-

-¿Lo tienes controlado?-

-Así es-

-¿Cómo Kreese? ¿Qué creíste que pasaría al invocar el demonio?-

-Kreese es problema mío-

-No más. Dejo claro que es un problema para todos y como siempre tendré que limpiar tu desastre-

-Yo limpio mis desastres y me encargaré de él- se acercó Johnny a papá

-Basta- les pedí

-¿Y cómo lo harás? ¿Irás a molerlo a palos como en el taller? – papá siguió peleando

-Esos tipos se lo merecían-

-Ese es tu problema, Johnny. Tú arreglas todo dando el primer golpe, nunca consideras que hay que pensar primero-

-¿Sabes que pienso?-

-Tengo una idea-

-¡Robby!- grité llamando la atención de todos y corrí a abrazarlo -Que bueno que estás bien- él me estrujó en sus brazos -¿Te siguieron molestando?-

-No, bonita. ¿Tú estás bien?-

-Sí, de una pieza- le sonreí, Robby tomó mi cintura con un brazo y volteó a ver a los adultos que se comportan como niños

-A ti te dije que no vinieras- le dijo a Johnny

-Eres mi hijo, quería estar aquí-

-Yo también – dijo papá

-Es tu culpa que terminará acá- le contestó a papá

-Sé que estás molesto, pero era lo mejor para ti y quiero que cuentes conmigo. Miyagi- Do siempre será tu hogar –

-O conmigo- interrumpió Johnny a papá

-Escúchenme ustedes dos, no se metan en mi vida. Liv, vámonos- me tomó consigo para irnos de allí. Me despedí de ambos con la mano -¿Qué hacías con ellos?- me preguntó en el auto

-Me los encontré en la entrada y pues uno de ellos es mi papá- le contesté cuando me estacioné en las oficinas de los trámites de su libertad condicional -Robby...-

-No, Liv- me interrumpió – No quiero que me digas que tratan de ayudarme-

-Esta bien, no te lo diré – lo miré

-Liv...-

-No dije nada-

-No es eso, ¿Qué pasa? Te conozco –

Little VictoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora