De lobos y vampiros

Capitulo 6

"¡Oh, de ninguna manera en el infierno!" Rosalie siseó, mirando abiertamente al lobo más grande que estaba frente a todos los demás, con los brazos cruzados sobre el pecho y la cadera ladeada.

"Rosalie, ¿qué te pasa?" -preguntó Carlisle, preocupado por la repentina reacción de enfado de su hija. Sabía que se iban a encontrar con los lobos; no es que a Rosalie la tomaran por sorpresa.

"Eso... ese maldito mestizo repugnante..." Rosalie se sobresaltó, luchando por controlar su incredulidad, disgusto y deseo, todo lo cual estaba golpeando a Jasper bastante duro, hasta el punto en que luchaba por no arrugarse bajo la fuerza de las emociones. Realmente, era tan impropio de Rosalie ser incapaz de decir lo que pensaba, y mucho menos tartamudear como un tonto. Solo la enfureció más, pero ¿qué se suponía que debía hacer? Se enfrentaba a un lobo, pero su cuerpo, sus instintos, gritaban mate.

Los lobos, sobreponiéndose a su sorpresa, comenzaron a gruñir en voz alta a los vampiros... bueno, Rosalie. Si no fuera por el férreo control de Bella sobre ellos, habrían comenzado a golpearla y abalanzarse sobre ella, posiblemente rompiendo el tratado en el proceso.

Bella también estaba luchando, por supuesto. Claro, quería un nuevo fuckbuddy ya que ya no tenía ninguno, pero definitivamente no quería una huella. Para empeorar las cosas, su huella era nada menos que un vampiro que, por alguna razón, no olía nada a lejía azucarada, sino a algo mucho, mucho mejor. Un aroma en el que Bella se negó a concentrarse porque la sanguijuela olía demasiado bien y Bella se negó a pensar en cuánto quería enterrar su nariz en ese aroma y deleitarse con él, deleitarse con ella.

No solo eso, ¿no dijeron esos malditos ancianos que se suponía que la impronta era una ocurrencia rara? Por el amor de Dios, hasta ahora solo tenían siete lobos, y ahora, gracias a Bella, casi la mitad de ellos habían quedado huella.

-Su alfa quedó grabado en Rosalie y Rosalie siente el vínculo de apareamiento con el alfa -anunció Edward, esperando que eso pusiera fin a la confusión-.

Todos los vampiros parecían sorprendidos mientras trataban de asimilar la información. Esme fue la primera en recuperarse y reaccionar, volviéndose hacia Rosalie con una expresión de alegre emoción en su rostro al darse cuenta de lo que esto significaba para su hija.

-¡Oh, Rosalía, esta es una noticia maravillosa! ¡Pensar que por fin has encontrado a tu pareja! -exclamó Esme de alegría, abrazando a Rosalía-.

Rosalie ni siquiera le devolvió el abrazo, furiosa mientras miraba al lobo alfa, quien parecía tener una mirada oscura en sus ojos mientras le devolvía la mirada a la rubia. Sí, Rosalie siempre había querido tener una pareja, quería estar enamorada y completa. Sin embargo, esperaba que un vampiro fuera su compañero; no es un lobo repugnante.

-¿Quizás al menos uno de vosotros pueda volver a su forma humana para que podamos hablar? Creo que esto hará que sea más fácil para todos nosotros -sugirió Carlisle mientras continuaba el silencio hostil entre Rosalie y los lobos-.

El lobo alfa miró hacia el lobo a su lado, y parecieron comunicarse por un momento mientras el resto de los lobos gruñían inquietos, no les gustaba la idea. Pero entonces, sin previo aviso, el alfa se estrelló contra los árboles.

-¿Por qué tarda tanto? Rosalie soltó irritada cuando pasó un buen rato y el lobo seguía sin salir, lo que le valió algunos gruñidos.

-Parece que vinieron sin ropa -explicó Edward, habiendo sacado el pensamiento de la mente de uno de los lobos-. "El alfa tiene que correr de regreso a donde está uno de sus alijos, vestirse y regresar".

Solo unos momentos después de que Edward hablara, una hermosa chica de largas extremidades, cabello largo castaño oscuro, piel bronceada y ojos oscuros salió corriendo de los árboles, vestida solo con jeans y un sostén deportivo. -¿Sup? -dijo la muchacha mientras se detenía en el lugar en el que había estado parada como lobo solo unos minutos antes.