De lobos y vampiros

Capitulo 20

"¡Kate! ¡No podemos secuestrar a Bella!" Tanya siseó, pero se llevó una sorpresa cuando Rosalie soltó un resoplido molesto, dirigido a Tanya.

"Primero los perros callejeros dicen que no, ¿y ahora tú también rechazas la idea?" —refunfuñó Rosalía—. "Nunca he sido de los que están de acuerdo con Kate, pero como tuve la idea primero, me siento más que cómodo diciendo que secuestrar a ese alfa exasperante es una opción perfectamente viable".

Afortunadamente, Irina puso una mano sobre la boca de Kate antes de que Kate pudiera agregar su propio comentario. Era casi como si Tanya pudiera fingir que solo estaban Rosalie y ella.

"Secuestrar al Alfa, independientemente de la razón, lo más probable es que inicie una guerra entre nosotros y los cambiantes. No podemos secuestrar a Bella —Tanya hizo todo lo posible por recordarle a Rosalie, pero estaba claro que la rubia más joven no estaba satisfecha.

"No lo creo. Si bien es posible que no lo aprueben, estoy seguro de que los lobos no nos perseguirían por secuestrarla, siempre y cuando expliquemos por qué".

Tanya miró fijamente a Rosalie, atónita momentáneamente de que incluso estuviera argumentando a favor de ello hasta ese punto. Sin embargo, una mirada a la cara de Rosalie, y Tanya pudo ver la frustración y la desesperación en sus ojos. Tuvo que recordarse a sí misma que, si bien Rosalie no tuvo que esperar tanto como Tanya para que su pareja finalmente apareciera, tuvo que lidiar con no tener a su pareja por mucho más tiempo. Todas esas horas que pasó despotricando contra Tanya no le contaron a Tanya toda la historia. Solo podía adivinar cuánto había luchado y sufrido Rosalie mientras intentaba aceptar que Bella era suya, especialmente con sus personalidades enfrentadas. Luego, cuando finalmente decidió ir con todo, solo para que su compañera corriera y aún la alejara... no era tan difícil entender por qué Rosalie estaba tan cerca de su límite.

"Puede ser una opción. Pero primero tratemos de llegar a nuestra pareja de otras maneras; Secuestrarla puede ser el último recurso. ¿Qué te parece? —preguntó Tanya, con la fuerza de voluntad desmoronándose bajo la clara desesperación de Rosalie. Rosalie parecía un poco conflictiva por tener que esperar aún más para lo que ella veía como la única forma de conseguir a Bella, pero finalmente asintió con la cabeza.

"Tanya, no puedes hablar en serio. ¿De verdad estás pensando en secuestrarla? —preguntó Irina desconcertada mientras Kate dejaba escapar un grito de emoción.

Tanya se encogió de hombros con impotencia. Fue en parte por Rosalie, sí, pero también por su propio egoísmo. Si Bella seguía corriendo y Tanya y Rosalie se encontraban sin opciones, Tanya sabía que terminaría considerando la idea de secuestrar a Bella cada vez más hasta que terminara aceptando. Podrían ser capaces de hablar de las cosas, o al menos Bella no tendría que irse a la entera disposición de los Ancianos. Al menos decir que podría considerarlo ahora no llevaría a Tanya a ser una hipócrita una vez que su propia desesperación llegara a ser demasiado.

"¡No puedo esperar! Ha pasado tanto tiempo desde que secuestré a alguien, y es muy divertido jugar con ese lobo". Kate se escondió rápidamente detrás de Irina cuando Tanya y Rosalie se volvieron para mirarla. Recordarles lo que le había hecho, accidentalmente o no, a la pierna de Bella probablemente no era lo más inteligente que había hecho en su vida.

Irina dejó escapar un suspiro. "Bueno, todos sabemos que los lobos no van a volver pronto. ¿Por qué no volvemos a la casa de los Cullen y vemos lo que los demás tienen que decir? ¿O tal vez volver al hospital y hablar con Carlisle?

—Carlisle —dijo Rosalie con firmeza antes de que nadie pudiera decir lo contrario—. "Bueno, Tanya y yo iremos. Bella estaba en el hospital de Forks y quiero saber por qué.